Amnistía, amnesia y ruido

Juan García Luján

SOMOS NADIE

LA SER

No sé cómo empezará Pedro Sánchez su discurso de investidura, pero creo que podría imitar a Winston Churchil y la célebre frase “nos ha costado sangre, sudor y lágrimas”, que pronunció el  primer ministro británico en el Parlamento a comienzos de la segunda guerra mundial, cuando la batalla contra los nazis estaba siendo muy complicada. Hay quienes dicen que antes de Churchil otros dirigentes emplearon esa expresión. Pero no vamos a distraernos en eso, porque la realidad es que en la reciente historia democrática de España nunca las semanas previas a un debate de investidura se había provocado tanto griterío, tanto insulto, tanta violencia política en contra de un candidato y de un partido.

Frente a las frases dichas en tono solemne de dirigentes políticos actuales como Feijoo, que acusa de acto de corrupción de Pedro Sánchez por lograr votos a cambio de dinero, algo hecho desde la amnesia histórica que intenta, por ejemplo, hacernos olvidar el pacto en el hotel Majestic de Aznar con Jordi Pujol, que se comprometía con cambiar el sistema de financiación autonómica para favorecer a Cataluña. O frases de expresidentes del gobierno como el propio Aznar, que acusó a Sánchez de ser un peligro para la democracia constitucional y pidió que todo el que pudiera hacer algo en contra de la investidura lo hiciera.

Aznar prendió la mecha que estalló días después con manifestaciones frente a la sede central del PSOE en Madrid, que acabaron en una sola noche con treinta policías heridos, papeleras rotas, contenedores quemados, lanzamiento de piedras a la policía. Algo que si hubiera sido en las calles de Bilbao o Barcelona, toda la derecha lo estaría llamando “terrorismo callejero o Kale Borroka”, pero como los convocantes son organizaciones de talante tan democrático como Falange, Vox o los ultrasur, pues resulta que vemos a políticos de derechas hablando de represión policial…

Investidura constitucional

El proceso de investidura de Pedro Sánchez está cumpliendo el artículo 99 de la Constitución, como lo cumplió la investidura fallida de Feijoo. Dice ese artículo que tras la renovación del Congreso de los Diputados el rey, previa consulta a los partidos, propone un candidato que debe lograr la mayoría absoluta de la cámara. Y ese procedimiento seguido por Pedro Sánchez y el PSOE , cuando han estado negociando con los diferentes partidos.

Si la ley de Amnistía que acaba llegara al Congreso de los Diputados es considerada por partidos o asociaciones como  inconstitucional, pues también hay un procedimiento de recurso ante el Tribunal Constitucional. Y son los magistrados del alto tribunal los que deberán estudiar el texto y declarar en una sentencia si se ajusta o no a la Constitución. Así funciona la democracia. Todo lo demás: reunión de magistrados que hace 5 años debieron de haber salido del Consejo del Poder Judicial, autos judiciales express para acusar de terrorismo a Puigdemont, declaraciones de una confederación de empresarios, o de obispos que han callado o tapado la pederastia en la iglesia, o un comunicado de un sindicato policial criticando las cargas policiales (sin condenar que los manifestantes provocaron una treintena de heridos entre las fuerzas de seguridad), todo lo demás, insistimos,  lo que demuestra es que la derecha y la ultraderecha tienen muchos aliados en el poder judicial, en el poder económico,  en la Santa Madre Iglesia, en los sindicatos policiales o  incluso en el PSOE, aunque los aliados socialistas sean señores como Felipe González y Alfonso Guerra, que se avergüenzan porque su partido negocia con un prófugo de la justicia y en 1998 rindieron homenaje en la puerta de la prisión de Guadalajara a José Barrionuevo y Rafael Vera, condenados a prisión por delito de terrorismo, e ¡indultados! por…, ta chan, ta chan… José María Aznar.

Diferentes periódicos de distinta ideología calculan que la ley de amnistía pactada entre el PSOE y los independentistas podría beneficiar entre 300 y 400 personas. Dicho en canario, la amnistía son flejes de indultos. Pues, queridos míos, el presidente constitucional José María Aznar amnistió en un solo día a más de 1.400 personas. ¿Y por qué esa desigualdad con otros españoles que no fueron aministiados? Pues porque otro jefe de Estado, el Papa de Roma, jefe de un estado absolutista como el Vaticano, se lo pidió. Lo mismo hizo Portugal, aprobó una ley de amnistía para indultar a jóvenes condenados con motivo de la visita de España. Así es la Europa del siglo XXI, se puede indultar por encargo del jefe de un Estado absolutista, pero no se puede aprobar una ley de amnistía cuando hay una mayoría parlamentario.

La amnesia histórica puede servir para agitar las calles y lograr que tiren piedras en las sedes del PSOE. Pero en la democracia los aliados no están en la iglesia, en la patronal, ni en los jueces,  ni en la Falange, en la democracia los aliados hay que ganarlos en las urnas, y hace solo tres meses que el PP y Vox no lograron los aliados suficientes para llegar a la Moncloa. Esa es la realidad, lo demás es ruido, ruido, mucho ruido…

@juanglujan

Texto emitido en el programa La Ventana de Canarias de la cadena SER en las islas el 9 de noviembre de 2023

* Gracias a Juan García Luján. Publicado originalmente en la web del autor  SOMOS NADIE