Ángel Sánchez, un galdense que retorna del mundo - por Nicolás Guerra Aguiar
Ángel Sánchez, un galdense que retorna del mundo - por Nicolás Guerra Aguiar *
Triple encumbramiento, pues, en un semestre el de este docto por La Sorbona, lector en Alemania (y traductor al español) de Ingeborg Bachmann (siglo XX) o del poeta y ensayista Hans Magnus Enzensberger, uno de los pensadores más importantes de la posguerra alemana. Estudió también la obra de Eugen Gomringer, creador de la llamada “poesía concreta” para la cual lo importante es el componente visual, no el lenguaje… Así inició su visión universal de una producción hecha por el ser humano: para leerla, analizarla y traducirla aprendió sus lenguas y conoció sus culturas. (Universitas: ‘universalidad’).
Sin embargo, las universidades canarias no contaron con él. Ni tan siquiera la de Las Palmas desde su creación -1989-, tan vitalmente necesitada de doctores con proyección internacional y demostrada capacidad no ya solo para el aula sino, y fundamentalmente, para crear escuela. Fue la misma Universidad que debió cubrir plazas de docentes con excesiva precipitación a veces cuando no por amiguismos u obviando básicas capacidades de algunos seleccionados. Y digo bien cuando digo “algunos”, pues como adjetivo indefinido se refiere no al todo, sino a una parte no elevada (de personas). En fin: quizás padeció, inconscientemente, de una extraña selectividad cuando empezó a incorporar a recién licenciados frente a otros expedientes curriculares superiores a la limitación marcada o, como tope inviolable, a la confraternidad.
Tres sectores de la sociedad canaria, pues, vienen a coincidir en el reconocimiento al profesor Sánchez Rivero. Lo cual acaso signifique la popularización de su actividad intelectual, rigurosa por científica y comprometida desde el habla canaria (también lo social) hasta más allá del lenguaje antropológico. Pero siempre, eso sí, sin mezquindades, localismos folcloristas o apasionamientos: es la visión renacentista, la universal, pues Pensamiento y Razón pasan a ser el centro de la vida en cuanto que el hombre –antropocentrismo- es el único propietario de tales formas de análisis y estudio para llegar al saber universal.
O lo que es lo mismo, y en gradación ascendente, desde lo local (Ayuntamiento adoptador) a lo regional (ACL) con estancia intermedia en lo insular (Cabildo de GC)…, pero siempre con la mar abierta como vía, vereda o ruta para establecer relaciones comunitarias e, incluso, más allá de lo puramente europeo. Porque los canarios somos un pueblo mestizo. De la misma manera que aquí se cruzaron nativos con muchísimas razas y pueblos (bereberes, españoles, normandos -La Salle-, portugueses –voces agrícolas, marineras…-, genoveses, flamencos, malteses -calle de los Malteses, en Las Palmas-, británicos –agricultura…-), las culturas de cada uno de ellos se manifestaron junto a las tradiciones isleñas. Canarias, pues, se llenó de saberes y luces (con sus sombras) europeos, africanos, americanos… Así nos debemos a la cultura hispana, pero también a la universal.
Por tanto, Ángel Sánchez ejerció de caminante a la búsqueda de pensamientos nacionales y de fuera (el dominio de las lenguas es fundamental): desde la Deutsche Schule y la Alliance Française (ambas en Las Palmas) a las universidades de La Laguna, Salamanca, Grenoble, Sorbona, Paris-Vincennes, Göttigen… Junto a las aulas, claro. Pero también al margen de ellas. Así, presta especial interés por San Bernardo en Luisiana (St Bernard Parish) donde se mantienen lo que llama “burbujas identitarias isleñas” (memoria oral) desde 1788 hasta 2003, lugares arrasados por el huracán Katrina.
¿Estudio exclusivamente lingüístico? En absoluto: la antropología, como ciencia que analiza los aspectos físicos y las manifestaciones sociales y culturales de las comunidades humanas, representa un papel fundamental en los trabajos de investigación. Si no hay personas en sociedad, no hay lenguas.
* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar