El antidemocrático impedimento a Antonio Aguado - por Erasmo Quintana
El antidemocrático impedimento a Antonio Aguado - por Erasmo Quintana *
El amigo Antonio ha ido mandándome en diferentes remesas la importante cantidad de enmiendas de adición al documento de la Federal, (que está publicando La casa de mi tía) por lo que, sin pretender despreciar a otros, no creo que ninguno haya hecho más y mejor trabajo que él para enriquecer el texto de la Ponencia Marco. De modo resumido abordaré algunos de los más importantes, donde propone fórmulas para combatir el terrorismo yihadista; la regeneración democrática y una sociedad más justa, plural y participativa, empezando, claro está, por el propio partido; el desarrollo de los referéndums y la Iniciativa Legislativa Popular que sean vinculantes; lucha y medidas para erradicar la corrupción en nuestro país, lacra que padecemos, afectándonos a todos; formas para hacer más democrático y justo el Poder Judicial; Ley de partidos políticos; nuevas leyes electorales; nuevo modelo de Estado; por un sindicalismo de clase fuerte, ya que nuestro modelo de sindicalismo está obsoleto y caduco; erradicación del maltrato animal; por una banca pública y del Estado; retomar el olvidado apoyo a la causa del Pueblo Saharaui; renacionalización del sector energético y remunicipalización del abastecimiento de agua; leyes efectivas en defensa de los usuarios y consumidores; disolución de instituciones costosas, obsoletas e inservibles como: el Senado, diputaciones, Consejo de Estado, consejos consultivos, tribunales de cuentas, Defensor del Pueblo y sus homólogos regionales (en nuestro caso Diputado del Común); nuevo modelo educativo, etc.
Esto y mucho más lo ha desarrollado Antonio Aguado extensamente, por lo que es de lamentar que un compañero suyo, el secretario general de la Agrupación capitalina, Sebastián Franquis, responsable máximo, creo, de que se hagan bien las cosas, le niegue en plan cacique y antidemocráticamente la posibilidad de asistir a ese importante Congreso Federal, que debería recuperar valores y principios perdidos, y en la línea de volver a sus orígenes ideológicos recogiendo la bandera socialista, tirada por los suelos por la vieja guardia aburguesada: Felipe, Guerra, Bono, Corcuera, Susana, Rubalcaba, etc., de un partido que nació mediado el siglo XIX para emancipar a la clase trabajadora y los sectores más desfavorecidos de aquella sociedad sumida (más o menos como la de ahora) en todo tipo de carencias y de sufrimiento.
*En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana