¡Bonita chispa lleva, compadre! - por Nicolás Guerra Aguiar
¡Bonita chispa lleva, compadre! - por Nicolás Guerra Aguiar
Cuenta Pepe Monagas en un monólogo que su conocido Mastro Manué el Garepa tuvo unos malejones en la boca lestógamo, fue un tiempo después del casorio con Candelarita la Fina. Y estaba nuestro hombre tan jeringao que iba patrás sin que los médicos supieran de qué se trataba. La vecina le dio el remedio a sus males: una ginebra asustá en ayunas y un champurrio de ron y vermú al atardecer. Y como empezó a irle bien, Mastro Manué se fue acostumbrando a la ginebra, al ron y al vermú y llegaba a su casa cantando aquello de “Esta noche no alumbra / la farola del mar”.
Pero su mujer, jartita de las diarias mamás del paciente, lo corrió de su casa y anduvo tras él con una alpargata para estrellársela en los besos. El hombre salió disparado y, claro, trompicó y cayó en la calle. Un vecino le dijo aquello tan conocido de “¡Bonita chispa lleva, compadre!”. A lo que él, impasible, le contestó con la frase que se hizo célebre entre los canarios: “Pos ya usté ve, ¡y a mi mujé no le gusta!”.
Porque los cuentos de Pancho Guerra son asomadas a la calle, entradas en las casas, acercamientos a grupos de gentes que hablan y también chismian de ventana a ventana, atenciones a mujeres que mientras lavan la ropa en las acequias con el jabón suasto (en origen, Swaston) ironizan y cuentan de amores a escondidas, disimulos... O personajes en los cafetines mientras se despachan gaznate abajo unos buenos piscos roneros de Ariucas, de Terde o de Laldea…
Pero sí es así: prestemos atención en aglomeraciones de personas (despachos médicos, por ejemplo) para recopilar mucha información de la calle, aquella que no se lee en los periódicos. Aunque también es cierto que con esto de los wasap cada vez se hace más complejo prestar atención y tomar notas, pues hoy ya no hablan, escriben. Por tanto, lo que ahora nos queda es más difícil, pero se convierte en un reto: interpretar qué quieren decir con los gestos faciales, otro lenguaje casi nada estudiado. Mas, como no tiene palabras, puede resultar hasta libertino, precoz, osado… o sanaca, claro. Sin embargo, la política canaria sigue siendo manantial de disparates.
Porque el problema es que los policías municipales santacruceros denunciantes no entienden nada sobre tratamientos de hipnosis mentales del prócer encausado, al igual que Candelarita la Fina desconoce todo sobre malejones estomacales. Y es que el denunciado, tras un voto de censura contra el anterior alcalde, lleva diez meses en la alcaldía de su municipio porque el absoluto desprecio a la voluntad popular lo puso aunque él es el único concejal de su partido, el Popular, frente a seis concejales del PSOE y otros seis de CC. Había obtenido doscientos diecisiete votos en las elecciones de 2011 (votaron tres mil cuatrocientas cuarenta personas). Por tanto, hay que estar templado como un chucho para, encima, mantener ante la ciudadanía que el proceso responde a la pura esencia de la democracia, tal pregona nuestro hombre por calles, vías, rutas y caminos municipales e insulares.
De ahí que la chispa o tajada (“peo de cojones, moña”, me apuntan exalumnos) que este hombre agarró metafóricamente en febrero parece que no la ha soltado, llega hasta nuestros días y le sirve de cura como al Garepa, el hombre del malejón en la bocalestógamo. Y el vinillo de la tierra, de paso, limpia y abrillanta al sistema democrático que permite tal disparate, barbaridad de la que es responsable el grupo que lo eligió como alcalde.
De todas maneras, no debe preocuparse. El señor Rajoy es un hombre sensible ante las debilidades humanas, y echa mano a la autoridad que le confiere aquello de que todos los ciudadanos buenos son iguales ante la Ley. Por tanto, si el señor alcalde del PP es condenado debe presentar instancia (aunque tiene muchos delante) en la que solicita el reglamentario indulto que tanto se prodiga con simples transgresores ingenuos e inocentes, y no los malévolos ladrones de supermercados que empiezan por los salchichones y terminan hasta creyendo que pueden emular a otros, gentes de bien.
También en
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?Id=321691
http://www.teldeactualidad.com/articulo/opinion/2014/01/02/9236.html