Una de cal, otra de arena - por Nicolás Guerra Aguiar
Una de cal, otra de arena - por Nicolás Guerra Aguiar *
Todo lo cual perpleja, además, no ya solo a causa de su entramado protocolario sino, y fundamentalmente, porque tales galardones -máximos honores civiles- se otorgan a quienes hayan demostrado “buenas acciones en beneficio de España y la Corona”, condición que me lleva a un doble desconcierto racional.
La interesada conclusión, por tanto, es contundente: si pierde el PP, pierde España. Y el PP perdió ante los tribunales: la Sala Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional lo tuvo claro en el caso Gürtel, pues lo condena por corrupción como partícipe a título lucrativo.
Segunda confusión racional: la Jefatura del Estado participa con Presidencia (“A propuesta del Presidente del Gobierno… Vengo en concederle…”). Y en el mismo decreto se lee: “Queriendo dar una muestra de Mi Real aprecio a [don / doña]…”.
Dejo a un lado el trasnochado y arcaico uso de mayúsculas (“Mi Real”) y el decimonónico lenguaje usado (“Mi Real aprecio”), ajenos a la simplificación lingüística con que una sociedad avanzada y democrática se expresaría. Y planteo otras tres cuestiones: ¿por qué el rey aprecia, estima o valora a cada uno de los catorce miembros del anterior Gobierno? Porque si beneficiar es ‘hacer bien a alguien o a algo’ (en este caso la institución monárquica), ¿cuál fue la “buena acción en beneficio de la Corona” hecha por todas las personas a quienes se premia? ¿Y de qué beneficio se trata?
Presidencia del Gobierno -previa deliberación del Consejo de Ministros- fue la parte proponente para las condecoraciones. Sin embargo ni en el BOE ni en el Parlamento adelanta o explica las razones -o la quijotesca “razón de la sinrazón que a mi razón se hace”- de tales y cuales mercedes. Y lo considero necesario para la comprensión natural de las cosas pues, a fin de cuentas, uno relaciona la gracia de la Gran Cruz y el Collar con méritos, virtudes y valores…
Pero el actual Boletín Oficial del Estado ya es sabio por viejo. Y como tal es capaz de equilibrar y nivelar sus decisiones dándoles a lectores (los hay, pues un amigo me envió foto de la página) y contrincantes lo que la sapiencia popular llama “Una de cal y otra de arena”. Porque a pesar de su formalismo lingüístico –bien es cierto que el papel aguanta todo- es astuto y contemporizador. Hoy, por su edad, conoce todas las triquiñuelas necesarias para dejar contentos a espartanos y troyanos, socialistas y peperos.
Por tanto, a la manera machadiana es fuente, manantial, venero de vida. Incluso a ratos se convierte en fontana galdosiana como lugar de encuentro de progresía y modernización del país, España. Pero tras la victoria del señor Sánchez amplió su disposición por contentarlos a todos: llega a ser surtidor de contrastes bien pronunciados. Así, por ejemplo, dos boletines casi inmediatos castigan y premian, respectivamente, a personas muy vinculadas al PP.
Pero, ¿y los altos cargos de empresas públicas como Paradores, CIS, Correos, Empresa Nacional de Uranios…? ¡Aaamigo, esos son otros López! El BOE es, en tales casos, unánime: todo para la gente de casa. (Pero no puede publicar el fichaje de la mujer del señor presidente por una empresa privada… Casualidades veredes, españolito.)
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar