Yo, Camille Saint-Saëns - por Erasmo Quintana
Yo, Camille Saint-Saëns - por Erasmo Quintana *
Yo, Camille Saint-Saëns, fui un compositor de música clásica, pianista y escritor francés, que me enamoré de Guía de Gran Canaria. Recibí las primeras lecciones musicales de mi madre (una maravillosa profesora) y me convirtió en un excelente pianista, estudiando más tarde en el Conservatorio de París. Di mi primer concierto en la sala Pleyel, contando tan solo con 10 años de edad. Fui Organista en la Iglesia parisina de la Madeleine. Fundé la Sociedad Nacional de Música, en la que se daban a conocer los nuevos valores de la joven escuela francesa, como Fauré, Ravel y Gigout. Me llamaban “el Beethoven francés”, y mi música, a veces excesivamente academicista, la superaba por calidad de mi inspiración y magistral factura.
Nací en París (Francia) el 9 octubre 1835 y mi último día en este mundo sucedió en Argel un 16 diciembre 1927. En toda mi vida tuve problemas de salud, padeciendo de los pulmones, por lo que en las épocas invernales prefería el clima templado del Norte de África y de Gran Canaria. La Isla Afortunada de Gran Canaria la visité en siete ocasiones, y fue Guía, después de Las Palmas capital mi lugar preferido para el descanso, inspirándome en aquel pueblo tranquilo y acogedor de finales del siglo XIX y principios del XX.
En las primeras visitas logré pasar por completo desapercibido de la gente, la que me veía como un ser raro, extraño para las viejas costumbres lugareñas. Así, un buen día, mientras paseaba por la plaza de Santa Ana, de fama y sabor colonial, me tropecé con un comerciante de la calle Triana, que a la primera vista me reconoció, pues él era también francés. Me paró y me dijo “Usted es el afamado músico Saint- Saëns, no tengo duda”. No me quedó otro remedio que darle la razón, y en pocos minutos toda la ciudad de Las Palmas sabía que el estrafalario personaje que yo era, correspondía a un importante compositor y concertista de fama internacional, nacido en Francia.
A partir de ese momento se acabó mi tranquilidad, pues toda la sociedad cultural de la ciudad me requería para que interpretara mi música y diera conferencias en los más encopetados círculos culturales. No había día que no tuviera que hacer vida social con la gran cantidad de amigos que me aparecieron de debajo de las piedras. Dondequiera que había un festejo o una celebración de amigos, allí tenía que estar yo, tocando si era preciso incluso una guitarra o un timple.
En 1900 me tocó inaugurar, con un magistral concierto, el órgano de la Iglesia Matriz de Guía. El instrumento aconsejé a las autoridades comprarlo en una fábrica de Turín (Italia), donde se hacían los mejores órganos románticos, con mucha diferencia de los fabricados en los principales países europeos. El acto se desarrolló en presencia del obispo Padre Cueto, las principales autoridades de la capital, las del municipio guíense y todo el pueblo.
Mis composiciones más conocidas y que gozaron del favor del gran público son: “Sansón y Dalila”, La Danza Macabra”, “La juventud de Hércules” y “El carnaval de los animales”. Cinco conciertos para piano, tres para violín; la “Tercera sinfonía” para orquesta, órgano y dos pianos. También soy autor de obras de ensayo y escribí un libro de “Memorias”. Mi obra, formalista y ecléctica, interesa siempre por su excelente factura y por el humor que se filtra en ella salvándola de su evidente academicismo.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana