Candidatura de Unidad Popular (CUP), ¿ y en Canarias que ? - por Fernando Álvarez Ruano *

La CUP, si algo tiene digno de admirar, al menos visto desde otras posiciones de izquierda, es su coherencia, su inflexibilidad frente al capitalismo y su profundo sentir del funcionamiento democrático interno como con otras realidades externas.

Cuando en la actualidad la política está concebida como el arte de vencer en los procesos electorales para acceder al poder y no en el arte de convencer a otros ciudadanos de la honestidad de nuestro pensamiento y la necesidad de que éste sea aplicado democráticamente para dar solución a los problemas humanos, sorprende la congruencia de este partido que, aun siendo partidario del independentismo catalán, subordina este anhelo a la probidad de su conducta ante unos resultados, los del 27-S, cuyo procedimiento no se ajusta a lo establecido en las conciencias democráticas: El independentismo (Junts pel sí – CUP)) ganó las elecciones holgadamente como partidos, pero no así los ciudadanos catalanes, que no obtuvieron la mayoría de los votos.

No hay otra manera de entender el significado de un plebiscito o referéndum: o los ciudadanos, uno a uno, con sus votos, obtienen la mayoría en una convocatoria electoral, destinada a dirimir si Cataluña ejerce su derecho a la autodeterminación, o se continúa como se estaba y se espera a que la oportunidad se presente.

Y eso es lo que ha hecho la CUP: No han ganado los catalanes en votos, luego no nos corresponde en esta ocasión proclamar la D.U.I. Seguimos siendo leales al independentismo, pero no ejercemos este derecho subrepticiamente. Dirigiremos nuestros esfuerzos hacia la administración de un referéndum, cuando las condiciones sean las adecuadas,nada mejor que contemplar su posición de no investir a Mas. Por una sencilla razón: Una persona que representa al neoliberalismo más duro, que lo ha administrado a base de recortes, ajustes y austeridad sin límite no merece el apoyo de quienes se consideran enemigos a ultranza de esas políticas, y si ello conlleva la inestabilidad política después de las elecciones, serán otros los que se hagan cargo de la situación, ellos no.

De la misma manera, produce satisfacción en quienes así lo contemplamos, ver que alguien, fuera de cualquier ambición de poder y del rechazo que pueda provocar su imagen, mantiene con firmeza su oposición a la UE, el euro y la troika. Una actitud que no provoca beneficios tangibles…hoy, pero que sin duda atraerá voluntades, que han de tener su reflejo en próximas citas electorales.

Lo dicho, Vivan la coherencia, la radicalidad y la inteligencia! Qué pena que no haya una CUP en mi tierra… pero podríamos hacerla.

* En La casa de mi tía por gentileza de Fernando Álvarez Ruano