Desde la coherencia democrática y socialista - por Antonio Aguado
Desde la coherencia democrática y socialista - por Antonio Aguado Suárez, coherente veterano militante socialista *
La coherencia en esta sociedad tan materialista es muy fácil perderla. Lo he venido comprobando en mi larga trayectoria sindical, social y sobre todo política.
Serán las personas que me conocen y fundamentalmente las que han compartido conmigo esos compromisos, quienes puedan valorar y juzgar si he mantenido mi coherencia, que empecé a desarrollarla y manifestarla tomando como ejemplo, la implantación de la O.J.E. (Organización Juvenil Española). Fue en marzo de 1961, cuando recién había cumplido 15 años. Por mediación de la “asignatura”: “formación del espíritu nacional”, los profesores del régimen franquista que la impartían, reunían a los alumnos tratando de “convencernos” (aleccionarnos) para que nos integráramos en esa referida organización.
Efectivamente, desde el desconocimiento que tenía a mis 15 años para hacer ninguna valoración política a la fascista Falange, pero en mi retina había queda- do dos visitas furtivas (bueno en realidad no tenían tanto furtivismo, ya que los falangistas hacían publica ostentación de su condición), al interior de su sede en la
Expresé a mis aleccionadores profesores mi rechazo a pertenecer a la OJE. La mayoría de mis compañeros, muchos por desconocimiento o ignorancia si se prestaron a participar en semejante proyecto. Por supuesto en las asignaturas que impartían: formación del espíritu nacional y educación física (gimnasia) merecidamente (aunque en ésta no lo hacia tan mal), me imponían el correspondiente y “mas que merecido suspenso”. Nunca me ha gustado las imposiciones tanto recibirlas como darlas y creo que en esto he dado muchos y variados ejemplos. Me considero un rebelde (con causas) socialista autogestionario y como tal, pienso que me comporto y actúo. Imagine de John Lennon es de todas las canciones la que más comparto y me identifica, precisamente por su componente autogestionario.
Con esas experiencias y bagaje, en el mundo que desde 1971 me he comprometido el sindical primero, político y social, lo he vivido de diferentes formas, al principio y hasta mediados o casi final de los 80, con entusiasmo, buen compañerismo y camaradería. No había ambiciones y menos aún desmedidos egoísmos. Todo era más bien sacrificios, no sólo nuestros también de nuestras familias, soportando los compromisos que habíamos adquiridos, en pro de conseguir y consolidar la libertad y democracia.
Pero todo eso se fue desvaneciendo al socaire del poder que los partidos políticos iban acumulando, (incluyendo el PSOE que por ser uno de sus militantes era el que más me preocupaba y afectaba) y con la llegada masiva de arribistas y oportunistas, para copar los cargos orgánicos y sobre todo públicos, habiéndose creado el político profesional que para perpetuarse en sus puestos tanto de elección como de designación (muchos auténticos enchufados), no lo han dudado y vienen imponiendo y utilizando practicas deshonestas e indeseables. Han jerarquizado las estructuras de sus partidos y secuestrado a estos desde las instituciones. Lo podría esperar de los advenedizos, pero las mayores decepciones las he recibido de mis compañeros veteranos, que para defender sus intereses personales, “tiraron por la borda” nuestras señas de identidad, principios y convicciones.
* La csa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Aguado Suárez