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jueves, 25 de abril de 2024 15:33h.

Continuistas renovaciones del nuevo PSOE - por Nicolás Guerra Aguiar

   Andan los tres grandes partidos nacionales (PP, PSOE, IU), emisoras de televisión y radio, mesas de redacción… tan  obsesionados con Podemos que, hoy por hoy, parece que la formación liderada por el señor Iglesias o es la hecatombe, el caos, la desordenada anarquía o, por el contrario, el aliado vital e imprescindible para lo que algún sector de IU llama “el bloque de izquierdas”, estructura lingüística absolutamente contradictoria en cuanto que en ella incluye al PSOE actual.

Continuistas renovaciones del nuevo PSOE - por Nicolás Guerra Aguiar

 

   Andan los tres grandes partidos nacionales (PP, PSOE, IU), emisoras de televisión y radio, mesas de redacción… tan  obsesionados con Podemos que, hoy por hoy, parece que la formación liderada por el señor Iglesias o es la hecatombe, el caos, la desordenada anarquía o, por el contrario, el aliado vital e imprescindible para lo que algún sector de IU llama “el bloque de izquierdas”, estructura lingüística absolutamente contradictoria en cuanto que en ella incluye al PSOE actual.

   Y este partido, que busca su esencia ideológica, su razón de ser, habla hoy de renovaciones, cambios profundos, nueva visión generacional. Sin embargo, al menos aparenta que permanece anclado en el anteayer por más que la cúpula nacional se haya renovado. Valga un ejemplo en este municipio: el señor Franquis (concejal con mando en plaza con los tres alcaldes del PSOE; actual secretario general municipal del partido y parlamentario nacional con tendencia a continuar) propone al señor Hidalgo Macario para el Ayuntamiento de Las Palmas de GC, elecciones de 2015. Tal disimulada digitalización parece persistencia de maneras y cacicadillas que significan más de lo mismo, fijeza de modos y portes absolutamente opuestos a urgentes regeneraciones.

   Pero es que incluso el nuevo y tan prometedor secretario general del PSOE, señor Sánchez, parece a veces el eco del eco (con permiso de Arturo Macanti) del expresidente señor González cuando insiste en la venezuelación de Podemos y en “su rancio populismo”. Anonada y bloquea racionalizaciones y planteamientos serenos en cuanto que también coincide ya no sólo con aquel sino con el señor Jiménez Losantos. Porque este locutor – ideólogo - director de programa  de radio emite mensajes apocalípticos contra tal formación desde las del alba. Y ya conocemos, con todos mis respetos, las tendencias ideológicas que iluminan su pensamiento.

   Perpleja tal influencia gonzaliana en el señor Sánchez. A fin de cuentas, se trata de aquel señor que en su etapa de Gobierno se entregó absolutamente al feudal sistema marroquí, posiblemente más corrupto que el venezolano, aunque en justicia debemos reconocer la fuertísima presión económica y política a que es sometido el Gobierno del señor Maduro por muy poderosos caciquismos interiores y el manto protector norteamericano. Es el mismo señor González que a causa de su deshonesto Gobierno en nombre del socialismo catapultó el avance del PP y la llegada del señor Aznar al poder en 1996. Desde su divina cátedra pagada con decenas de miles de euros anuales estatales y de alguna empresa privada, el expresidente psocialista derrapa y también compara a Podemos con otros movimientos europeos de hoy.

   Por tanto, ¿considera el nuevo secretario general del PSOE que Podemos –tal dicta el Supremo González, a la manera de Roa Bastos- puede cotejarse, por ejemplo, con el Frente Nacional francés de Marine Le Pen, movimiento de extremísima derecha? ¿Y por qué no con Demócratas de Suecia, ultraderechista partido, hoy tercera fuerza en aquel país? Más: quizás hasta podríamos pensar en los ideólogos de Falange Española, camisa azul, yugo y flechas. Porque si universitarios son los dirigentes de Podemos, la élite de aquel pensamiento fascista español  también lo fue,  e incluso hasta amante y cultivadora de la poesía; con estrofas a la manera garcilasista cantó a su líder, por ejemplo, y al Imperio hacia Dios; y muestra la mística fascista cuando habla de la Patria, de España…

   Pero hay una grandísima diferencia: Podemos ni es Gobierno ni alcaldiza municipios españoles  por el momento. Solo se trata de un movimiento –ni tan siquiera partido- que en tres meses se formó y convenció a 1.300.000 votantes.  Y si las votaciones europeas fueran hoy, estoy convencido de que sobrepasaría los tres millones. Por tanto, me parece que lo prudente no es la desconcertante -por apasionada- crítica (“es populismo”; “piensa en Venezuela y en Cuba”) del señor Sánchez, el innovador aunque aparente continuista. Me parece que lo prudente es plantearse el porqué de su triunfo.

   Sin embargo, cuando ha de mostrar rigor, seriedad, principios éticos y autoridad moral, el señor Sánchez se achanta y amonesta tímidamente al Divino. Así, no cree que el señor González “haya tenido la mejor tarde” cuando puso en duda que el señor Pujol sea un corrupto. Pero fue incapaz no solo de decirle que sus palabras habían hecho muchísimo daño a la ética psocialista sino de exigirle que se retractara de lo dicho, a fin de cuentas gobernó en nombre del PSOE durante catorce años. Con tal tímido y disculpatorio comentario, el señor Sánchez muestra pavor ante el expresidente.

   De la misma manera tampoco ha sido crítico con otro personaje del poder psocialista: el señor Guerra, perenne diputado desde 1979 y aún en la bancada del Congreso como reminiscencia de épocas ya pasadas y, a la vez, eterno vividor de la política. Porque el señor vicepresidente de varios Gobiernos del PSOE (milenio anterior) reclama la alianza entre su partido y los populares frente a Podemos, formación –dice- que representa el “neocomunismo”, “monstruo” que se ha despertado con el neofascismo a causa del malestar social. Pero si 1.300.000 personas le dieron su voto, ¿son todas neocomunistas? ¿O teme el señor Guerra que los rojísimos de Podemos lo envíen a Siberia y le quiten todos los exquisitos privilegios de que viene gozando desde el pasado milenio?

   Pero hay una luz, parece: los socialistas andaluces llaman “simplistas” a sus propios compañeros (entre ellos, el señor Sánchez) porque comparan a Podemos con la Venezuela de Chávez. Por tanto, como al poeta gomero Pedro García Cabrera, “La esperanza me mantiene”.