El Coronavirus: la peor pandemia de la Historia - por Erasmo Quintana
El Coronavirus: la peor pandemia de la Historia - por Erasmo Quintana *
Cuando conocimos la primera noticia de que el coronavirus lo teníamos ya en nuestro país, nadie, absolutamente nadie, imaginaba lo que se nos venía encima. Gobierno y oposición, Catedráticos de Universidad, Técnicos de Medicina Preventiva, Epidemiólogos, ciudadanos, nadie. A medida que se fue conociendo la virulencia tremenda del Covid-19, se empezó a tomarlo en serio y por el Gobierno las primeras medidas preventivas de algo que ya se había instalado entre nosotros para cambiar radicalmente nuestras vidas. Esta pandemia (la peor y más grande de la Historia) ha venido para arrebatarnos el poco bienestar que teníamos. Ya nada será igual a partir de ahora y se tardará mucho tiempo -tal vez años- en volver a ser lo que éramos antes. Y por lo tremendamente grave que es este virus, no parece tan inocente su ominosa presencia; que es posiblemente más debido a oscuras y lejanas maniobras para desestabilizar un orden mundial del que no obtienen los especulativos intereses que esperan, pues siempre habrá quienes se benefician de esta apocalipsis.
Hasta que sepamos con certidumbre qué se hizo con esa cepa convertida en un monumental veneno y con qué propósito, somos libres de opinar por nuestra cuenta. Su origen pudiera ser que la población estaba receptiva al virus por vacunas antigripales que estaban incorrectamente administradas por encontrarse en mal estado, al romperse la cadena de frío, o aplicadas en estados febriles, incluyendo toxinas, o por su misma composición dañinas para ciertas personas. Donde más claro se ha visto es en Madrid y
¿Financiación pública o privada, de los Hospitales y las Residencias de Mayores? Parece que la diferencia es palmaria. La razón de ser de lo privado es el producto comercial, todo incardinado en la rentabilidad crematística; nada está por encima de, con el mínimo coste, lograr la máxima ganancia. Lo público es todo lo contrario: su “producto comercial” consiste en dar la mejor prestación profesional a los enfermos hospitalarios o residentes mayores, cueste lo que cueste al erario público. Por tanto, no es de recibo que se potencie la Sanidad y las Residencias de Mayores en lo privado, cuando es de más calidad todo lo público. Ahora mismo hay 110 denuncias a Residencias de Mayores por irregularidades, de las que 42 son en Madrid y una denuncia en Canarias. Lo peor, es que esas Residencias están subvencionadas con dinero público, cuyos propietarios, de mucho poder adquisitivo, se benefician, siendo algunos de ellos incluso extranjeros.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana