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viernes, 26 de abril de 2024 15:48h.

Cosas de Clavijo - por Rubens Ascanio Gómez

 

RUBENS ASCANIONo sé si tiene que ver con eso de irrumpir en política a la sombra del poder más absoluto de nuestra Isla o es por algo que viene de serie, lo que es evidente que nadie puede decir que el señor Fernando Clavijo no es ocurrente.

Cosas de Clavijo - por Rubens Ascanio Gómez, portavoz de Unid@s se puede en el Ayuntamiento de La Laguna 

No sé si tiene que ver con eso de irrumpir en política a la sombra del poder más absoluto de nuestra Isla o es por algo que viene de serie, lo que es evidente que nadie puede decir que el señor Fernando Clavijo no es ocurrente.

El exalcalde lagunero ya saltó a la palestra siendo uno de los pocos ediles que en su momento se ofreció para acoger en su municipio la polémica Eurovegas, ese mega proyecto de casinos que en la mente de alguno podían haberse situado sin problema en los terrenos de Geneto. Por suerte la cosa solo quedó en una de esas clavijadas que están haciendo famoso a nuestro actual presidente, igual que la reciente idea sobre el aumento del turismo en Canarias gracias al muro de Trump o lo de resaltar los bajos salarios del Archipiélago como atractivo para los inversores extranjeros.

Algunas de esas “clavijadas” no pasan de los titulares que hacen sonrojar a algunos, por desgracia otras han tenido un efecto mucho más duradero en el tiempo y más significativo para la ciudadanía, en La Laguna sabemos bien lo que es eso. Clavijo fue el gestor que privatizó en 2003 las grúas municipales, con un coste estimado de 150.000 euros más al año para los presupuestos laguneros. Ese era el precio que había que pagar para, según se ha denunciado en sede judicial, poder colocar a personas muy allegadas al poder en determinados puestos de ese servicio público.

Clavijada también fue el proceso que nos ha dejado con un Plan General paralizado, lleno de irregularidades que han sido puestas sobre la mesa por la propia COTMAC y que fue respondido por miles de alegaciones vecinales. El coste electoral de este proceso es de sobra conocido, CC lo pagó en importantes zonas del municipio por la megalomanía de algunos. El efecto posterior de ese golpe tan traumático para el exprimer edil tiene un nombre para todos los canarios y canarias, Ley del Suelo.

Posiblemente las clavijadas más dolorosas están en las transcripciones de las llamadas telefónicas del famoso caso Corredor, publicadas en diversos medios. En ellas un distendido alcalde se muestra más que decidido a llamar a la empresa que haga falta por colocar a determinadas personas por interés político, a realizar las actuaciones necesarias para paliar la bajada electoral prevista en CC y que les hacía vislumbrar la necesaria colaboración del PSOE. La más escalofriante de todas, para mi gusto, es una en la que un importante dirigente “socialista” de Tenerife le llama para recordarle su compromiso de colocar a una amiga delineante en alguna empresa de construcción, la respuesta del alcalde fue una llamada a su secretaria para presionar a los responsables de una constructora y colocar a esta persona, aunque “la pongan a mirar”.

Parece que algunos asumen con mucha claridad y tranquilidad que lo público es una herramienta más para lograr sus objetivos políticos, que no hay límite, aunque solo sea para tener gente mirando mientras los que valen cogen el primer avión disponible rumbo a la esperanza. Este modelo insostenible, el de los políticos ocurrentes y sus favorcitos, es insostenible, la ciudadanía ya lo está avisando, aunque siguen sin escuchar.

* En La casa de mi tía por gentileza de Rubens Ascanio Gómez