Crece el empleo en el sector privado - por Nicolás Guerra Aguia
Tañeron las campanas. Desde las primeras horas del jueves 22 de enero llevaron con sonoros cantos la buena nueva: el empleo en España creció en 430 000 puestos de trabajoel año pasado. Por tanto, solo quedan 5 500 000parados, aunque bien es cierto que la economía sumergida mueve muchísimo trabajo entre personas supuestamente inactivas.
Crece el empleo en el sector privado - por Nicolás Guerra Aguiar *
Tañeron las campanas. Desde las primeras horas del jueves 22 de enero llevaron con sonoros cantos la buena nueva: el empleo en España creció en 430 000 puestos de trabajoel año pasado. Por tanto, solo quedan 5 500 000parados, aunque bien es cierto que la economía sumergida mueve muchísimo trabajo entre personas supuestamente inactivas.
Así pues, pletóricos, eufóricos y deslumbrantes están los altos cargos de Economía. Y, por supuesto, el PP y su Gobierno con el señor Rajoy a la cabeza. A fin de cuentas, por primera vez desde 2007 aumenta la contratación. Aunque no se trata, en este caso, de calidades, sino de cantidades. O lo que es lo mismo, no se consideran las especiales situaciones en que se contrata. Lo importante es que el trabajador reaparezcaen la Seguridad Social y aumente el tanto por ciento oficial, como los aprobados en la enseñanza canaria. Lo otro (cuánto tiempo; cuánto percibirá; en qué condiciones ejercerá su trabajo; cuántas horas reales dedicará a la empresa y cuántas horas oficialescobrará; qué será de sus vacaciones…) no está recogido en los números. A fin de cuentas solo son estadísticas para demostrar que España va bien, que España se locomotoriza.
Pero, sobre todo, debe quedar claro que las medidas aplicadas a la gran masa obrera están resultando efectivas (aunque desestabilizadoras y explotadoras, pero eso no se cuantifica). Por tanto, mérito propio a pesar de que ninguna de ellas se pregonó en la anterior campaña electoral para echar al PSOE, por más que este dio la victoria al PP gracias a torpezas, inmoralidades, mentiras, oscurantismos, incapacidades, prepotencias y mataperrerías de los psocialistas, embriagados en el poder.
Mérito propio, claro; pero también del sistema ideológico que se pregona y defiende con legítimo derecho, faltaría más, y que quizás hasta coincida con parte de la población, conservadora o continuista -da igual-pero siempre temerosa de lo que pueda llegar por otros caminos. Y, sobre todo, resignada, conformista, impotentemente mansa: acepta su destino como algo que no se puede torcer, a la manera de culturas orientales que pregonan la imposibilidad de cambiarlo en cuanto que se graba en las estrellas desde el momento en el cual nos nacen.
Sin embargo, no se trata de planteamientos originales, acaso producto de ministerios españoles -los de Economía y Hacienda- incapaces de crear por sí mismos en ese complicado mundo de actividades económicas. No, en absoluto: España ha caminado prietas las filas y sin moverse un centímetro de las rutas marcadas por entidades u organismos (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización Mundial de Comercio) que defienden los intereses de capitales privados internacionales: ellos son el gran poder económico. Por tanto, no solo dominan el mercado, sino que este responde a sus conveniencias. Y para la defensa de las mismas su autoridad influye sobre gobiernos nacionales que se doblegan ante mandatos e imposiciones si no son, como en muchos países, puestos por aquellos.
Solo dos ejemplos: los señores ministros españoles de Economía y Defensa ocuparon cargos en los gobiernos del PP desde 1996 (respectivamente, secretario de Estado de Economía; de Defensa y, luego, de Seguridad en Interior). Ambos vuelven al sector privado en 2004. El primero, como miembro del Consejo Asesor del banco de inversión Lehman Brothers para sus actividades en Europa. En 2006 pasa como director a la filial del banco de inversión estadounidense en España y Portugal (su quiebra en 2008 desencadena la crisis financiera actual). Quizás como premio, accede a la presidencia de la división financiera de Pricewaterhouse Coopers (PwC) hasta su nombramiento como ministro.
El segundo, el de Defensa, fue director general para España de la empresa paneuropea de misiles MBDA6. Asimismo, consejero de la entidad Instalaza, S.A., la fabricante española de bombas de racimo. Era Presidente de SegurIbérica cuando fue nombrado ministro de Defensa. (Y cuando ambos dejen los cargos, retornarán a la empresa privada, el hogar común, seguramente con medallas y distinciones por los servicios prestados.)
Pero tampoco los psocialistas se escapan de esta farándula (Felipe González –cobra 126 000 euros en Gas Natural-, Elena Salgado, Narcís Serra, Pedro Solbes, nuestro paisano Luis Carlos Croissier…) aunque, por supuesto, de manera legal, casual coincidencia con otros políticos que también pasaron por la misma inmoral puerta giratoria (señores Aznar, Rato, Zaplana, Piqué…, por el PP). Por tanto, también desde esta perspectiva hemos de analizar la tan loada actividad del Gobierno rajoyano en la consecución de 430 000 nuevos empleos. Veamos algunos ejemplos.
Uno. Dos mecánicos -950 euros mensuales- son legalmente parados en su empresa. A los diez días el jefe se pone en contacto con ellos. Les ofrece la vuelta al trabajo: 500 euros mensuales para realizar exactamente la misma actividad. “Y ni lo piensen, cincuenta currículos esperan en el cajón; pero quiero ayudarlos porque están ustedes casados y tienen hijos”. (Por supuesto: fueron “recuperados”).
Dos. Una señora en la panadería que, además, vende refrescos, agua… Ella mete el pan en el horno; lo controla para que no se queme; ha de sacarlo; lo envuelve; cobra; devuelve y, además, debe vigilar para que nadie le robe nada. Está sola.
Tres. Una panadería de Jerez de la Frontera ofrece un puesto de trabajo: 500 euros al mes; nueve horas diarias; todos los días de cada mes, todos; doce meses al año sin derecho a vacaciones. En caso de que sobre pan, su importe se deducirá de la paga mensual.
Estoy seguro, estimado lector, de que usted aumentaría el listado de mis tres básicos ejemplos. Pero ya lo dijo el señor ministro de Economía: “Vale más un puesto de trabajo por 450 euros que el paro”. (¿Me pregunta usted por la justicia social, la dignidad personal, el respeto a la condición humana, la huida de jóvenes al extranjero? No, no disparate: no toca. Solo hablamos de números. ¿Qué son, si no, los nuevos esclavos del sistema que votaron once millones de españoles en 2011?)
* Publicado con autorización del autor