Crónicas del Mercadillo de Tegueste -  Por Alba Piñol Farré

Desde la última vez que pasó el grupo de música de la Asociación Azoca del Portezuelo por el mercadillo no hemos vuelto a tener música en directo. Antes, hasta hace cosa de un mes o un mes y medio y durante mucho tiempo, vino un músico, en realidad era un trompetista de jazz que ayudado con estos aparatos electrónicos que marcan el ritmo o hacen de acompañantes, nos deleitaba de un fondo musical que si bien no siempre se le prestaba atención completaba la armonía de los sentidos que se despiertan y que ahora nos falta. No sé cómo se llamaba. Tampoco sé si lo traía la dirección del mercadillo o lo pagaba el ayuntamiento o simplemente vivía de lo que recolectaba durante su actuación. De todas maneras, en los tiempos que corren también podría ser un recorte.

No sé si se habrán dado cuenta ustedes, pero a través de nuestros pequeños o grandes encuentros del sábado por la mañana, se nota de que España, y por supuesto Canarias, está de vacaciones. Ni los dos últimos viernes fueron tan dolorosos como de costumbre, desde que el gobierno tiene la mayoría absoluta exenta de sentido democrático y por lo tanto con matiz dictatorial. Como consecuencia, también está de vacaciones la RTVE, en versión nacional y autonómica. En España, en este momento no ocurre nada, ningún comentario o información válida. Menos mal que los telediarios y los espacios informativos en general han sido salvados por la ola de calor, los incendios (desgraciadamente) y los juegos olímpicos. Hasta la bolsa y la prima de riesgo que siguen amenazando, casi en las mismas condiciones que antes de las vacaciones del gobierno, no ocupan ni la cuarta parte del telediario ni los grandes y amenazadores títulos de las portadas de la prensa escrita.

¡Qué bien se está sin este gobierno que machaca desde diciembre! Y es que visto lo visto podría quedarse de vacaciones, o lo que sea, que la ciudadanía o las instituciones sabrían reorganizarse. Aquí hay que hacer hincapié en que, en los últimos tiempos con el gobierno anterior tampoco se estaba mejor.

Pero no nos vayamos por la tangente. Si España está gobernada por una mayoría aplastante de un solo partido es por qué ha sido elegido en las urnas y esto es de responsabilidad general. No vale a estas alturas sacarse las pulgas de encima: No he sido yo; Yo no le voté;…Son todos igualmente responsables: los que votaron al PP creyéndose su discurso electoral vacío y hecho de insinuaciones; los que votaron PSOE tampoco se salvan ya que ni son socialistas, y lo peor es que todavía se están buscando ya que no saben ni lo que son; pero tampoco aquellas formaciones políticas más minoritarias o alternativas, que fueron votadas por idealistas tienen justificación, por que trabajaron más para los resultados electorales que para plantear a los ciudadanos una solución alternativa y real al país; y finalmente las abstenciones y los votos en blanco salen todavía peor parados ya que pensaron que las elecciones no iban con ellos e igualmente sufren las consecuencias. Aquí no se ha salvado nadie. Ese es el problema de la democracia española consecuencia directa y definida en la Constitución.

¿Es que esto supone que hay que aguantarse hasta terminar los cuatro años de dictadura-democrática? Si es así acabarán con el 99% de la población -incluyendo los que les votaron-; es dejarse quemar por el fuego lento del infierno (no del que se amenaza para después de la muerte que este último no es nada frente al que se vive actualmente).

No se puede pasar por alto lo ocurrido en RTVE y en lo que se ha convertido. La RTVE es un ente público, independiente en su gestión y administración, al servicio de la información y de los españoles que se ha convertido en esos últimos meses en el órgano oficial del partido que gobierna con mayoría absoluta. Antes de diciembre pasado había siempre quejas sobre las informaciones contenidas en el telediario, pero es que el alma humana es así, quejica de naturaleza, pero hay que reconocerles –al antiguo equipo- que tanto la sociedad como los movimientos sociales y partidos minoritarios tenían cabida en su programación. Actualmente nada. Los informativos están vacios de contenido.

Se supone que la cosa se animará cuando los políticos regresen bien descansados y tranquilitos, de sus vacaciones –dicho de paso será mejor que así sea, que las hayan disfrutado por ellos y por los más de cinco millones de españoles que no han podido permitirse ni un picnic en el jardín del barrio-, regresará a voces el desmoronamiento de la bolsa, el aumento de la prima de riesgo, la Lucrecia de Europa: Angela Merkel,… y el miedo volverá a acechar de cerca, pero esta vez no se puede estar desprevenido, no pueden acallar la calle, ya se está harto de la situación. Hay que pedir, solicitar, rogar a los letrados constitucionalistas lúcidos que busquen y encuentren el resquebrajo, por pequeño que sea, en la Constitución para hallar la manera de librarse de esta situación lo antes posible.

Alba Piñol Farré