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jueves, 02 de mayo de 2024 17:49h.

Crónicas libres del mercadillo de Tegueste (9) - por Alba Piñol Farré




Esta semana la crónica nada tiene que ver con el Mercadillo en cambio si tiene un gusto amargo y pesimista. Sin hablar de todas estas noticias de primera plana, como el rescate solicitado por Canarias, la destrucción de los litorales por la Ley de Costas, la supresión de las subvenciones a la desalinización del agua,…no, hoy me centraré de nuevo en la sanidad.


 

Crónicas libres del mercadillo de Tegueste (9) - por Alba Piñol Farré

Esta semana la crónica nada tiene que ver con el Mercadillo en cambio si tiene un gusto amargo y pesimista. Sin hablar de todas estas noticias de primera plana, como el rescate solicitado por Canarias, la destrucción de los litorales por la Ley de Costas, la supresión de las subvenciones a la desalinización del agua,…no, hoy me centraré de nuevo en la sanidad.

¿Sabían ustedes que la campaña de la vacuna contra la gripe comenzó el día tres de octubre? Así lo anuncian los carteles y los trípticos que se encuentran en los centros de salud canarios. Bueno, pues no es así. No hay vacunas. Hemos sido informados que no llegarán, probablemente, hasta la semana del 15 al 22 de octubre. En las salas de espera de los centros de salud, los pacientes comienzan a preguntarse si además de necesitarla tendrán que pagarla.

Otra curiosidad de la que me enteré en el HUC es que no todo el personal del hospital está obligado a fichar a la entrada y a la salida de su jornada laboral. Parece que a la mayoría se le exige, cosa normal; que a las x horas de no asistencia al trabajo por las razones que sean se les suprime un día de asuntos propios, acto más bien doloroso pero en los tiempos que vivimos es comprensible. Lo que no es comprensible, ni moral, ni ético es que exista un puñado de dicho personal, todas categorías confundidas, que no estén obligados a fichar encubiertos por sus jefes y/o por la administración del centro, pero que en todo caso cobran todas las pagas y primas que existen para cada categoría.

Por último, quisiera volver al planteamiento que en esta columna hice sobre las enfermedades raras en general y en particular la de Von Hippel-Lindau, que es la que conozco mejor. Recuerdo a los lectores que es una enfermedad rara, incurable, degenerativa, cancerosa y mortal. Existen en Tenerife dos personas que la sufren y que luchan por recibir de la Seguridad Social y del HUC el único remedio que les permita sobrevivir: la prevención con unas pruebas muy específicas. Pues bien, cuando estas dos pacientes solicitan de los neurocirujanos, algunos oftalmólogos, urólogos, y otros “os” les realicen las pruebas necesarias las consideran “hipocondríacas” como mínimo, contestándoles que no son las únicas que sufren esta enfermedad, que cada uno de ellos, médicos, tiene una lista de estos enfermos. Pues bien, como las pruebas necesarias para la prevención son muy específicas, estas dos personas se han preocupado de preguntar a varios profesionales cuantos pacientes realizan dichas pruebas, la respuesta ha asido siempre la misma: Únicamente ustedes dos. Lo que nos llevaría a hablar de la calidad y del interés de nuestros profesionales de la sanidad en el HUC, pero no queriendo entrar en faltar al respeto y a la profesionalidad de dicho personal en general, pondremos punto final a la crónica de hoy.

Alba Piñol Farré