Crónicas libres del Mercado de Tegueste (10) -por  Alba Piñol Farré

Esta mañana, a pesar de la fuerte lluvia y la borrasca que ha predominado durante estos últimos días en la región, el Mercadillo de Tegueste estaba bien aprovisionado. No faltaba ningún agricultor, la mercancía además de fresca era variada (en un principio pensé que con la intensa lluvia hubieran tenido problemas para entrar en los campos) y los horticultores estaban de excelente humor ¡lo que puede cambiar la vida una buena lluvia a pesar de los fuertes vientos!

Los que menos fe han tenido en la actividad del Mercadillo han sido de una parte los asiduos clientes, no había mucha concurrencia; y, de otra, algún que otro artesano ha fallado que podría ser debido al mal tiempo o al largo fin de semana; el caso es que algunos de sus puestos estaban desocupados. También ha fallado el músico. Por lo demás ha sido un sábado como cualquiera. Estaban los calados canarios, el carpintero artesano (que hace unos excelentes bolígrafos de madera), la bisutería a base del cristal soplado mezclado con distintos minerales de la isla que producen dibujos y diseños muy curiosos, la simpatía y eficiencia de las chicas que nos ofrecen gran variedad de pan, el vecino con sus figuritas de porcelana o barro cocido, las floristas rodeadas de tantos colores y olores que en el peor de tus días te pone de buen humor.

Nada, que además acompañada de los amigos, ha sido una mañana bucólica aunque al traspasar la puerta de hierro me he dado, nos hemos dado, de narices con la realidad: la incapacidad permanente y la impertinencia del gobierno, tanto central, como autonómico o municipal a tomar sus responsabilidades, no solo eludiéndolas y echándolas directamente sobre la ciudadanía. Por ejemplo, en el caso de Tegueste, no sé que diferencia de presupuesto puede haber y sobre todo en qué medida se puede comparar el interés entre dos decisiones tomadas por el ayuntamiento: por una parte se cierra la escuela de música con lo que esto significa socialmente, por el otro, se inaugura un panel electrónico a la entrada de la calle peatonal para informar a los teguesteros y sus visitantes de la dirección web del ayuntamiento, de sus horarios de apertura al público, de la temperatura, del nivel de humedad, bueno todas estas cosas tan importantes que nos facilita un panel electrónico.

De cada día que pasa hay más peticiones de comida no perecedera; como se acerca el invierno, se ha añadido a las peticiones mantas y prendas de abrigo, casas donde poder alojar a las familias desahuciadas,…A esto se le llama falta de responsabilidad y exceso de indolencia de nuestros gobernantes. Que, dicho lo dicho, no solo son ellos los únicos culpables de  la situación y cada uno tiene lo que se merece y si no lo creen echen un vistazo a Galicia ¡y después que se quejen!