El debate político en España, por la pendiente barriobajera - por Erasmo Quintana
El debate político en España, por la pendiente barriobajera - por Erasmo Quintana *
Vivimos en un país lleno de paradojas. ¿Podemos ser una “democracia plena” cuando la máxima representación de la Justicia, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), incumple un mandamiento de la Constitución que tiene que ver con el propio Consejo? Si su incumplimiento obedece a criterios jurídicos, ¿por qué no propicia el cambio de la Constitución en cuanto a la elección de sus sus miembros y su durabilidad? Hasta tanto no haya cambiado lo que se establece en la Carta Magna que tiene que ver con esa materia, el CGPJ debe ser escrupulosamente obediente con lo que está dispuesto constitucionalmente. Lo contrario es “tirarse al monte”, cosa que no es procedente, y menos en lo referido a la Justicia en España al más alto nivel. Un órgano como el Tribunal Constitucional, también caducado y, además incompleto, porque falta uno de sus integrantes, que, desde su inconstitucionalidad, declara inconstitucional el primer confinamiento. Cosas veredes, amigo Sancho.
La cuestión político-judicial la vemos tan mal, que un partido político (antidemocrático) VOX, lleva al Tribunal Constitucional (TC) el primer confinamiento ordenado por el Gobierno, inspirado únicamente en salvar miles de vidas humanas por una pandemia, la Cobid-19, totalmente desconocida por entonces, bajo la indicación y supervisión de las autoridades sanitarias. El TC, sorpresivamente, ha fallado en contra de la medida, convirtiéndolo en parcialmente ilegal, solo por hacer la puñeta. Por seis votos a cinco (falta un magistrado que había dimitido hace nueve meses y todavía no ha sido sustituido, sospechamos porque no es de la cuerda de los seis). La discusión fue qué era lo más legal, si “estado de excepción” o “estado de alarma”. El legalismo quedó por encima de las muertes de las personas. Qué nos importa si eran galgos o podencos: lo primordial era la vida de quienes estaban afectados. Además, lo curioso aquí es que VOX estuvo inicialmente de acuerdo con la medida del confinamiento decretada por el Gobierno en 2020. Ahora ¿por qué se desdice y denuncia al TC un hecho que veía bien, incluso había ratificado?
Es tan ridículo el pepero, que haga lo que haga el Gobierno, todo está mal y digno de censura pública. Lo último es la actual revuelta del pueblo cubano, pidiendo pan y medicinas para paliar la pandemia del coronavirus. Aquel problema del pueblo hermano, que malvive y sufre durante tanto tiempo el peso de la bota imperialista de los yankis, lo usa oportunamente, una vez más, para atacar al Gobierno de España. Yo no sé quién tiene como asesor, que lo hace caer con tanta frecuencia en el más espantoso de los ridículos. Si todos dicen que Cuba no es un país con democracia, se sobrentiende que es una dictadura, de otro signo, pero como la nuestra, que tuvimos durante cuarenta años. Si en la Isla caribeña hay presos políticos y muertos, cabe preguntarnos ¿cuántos hubo entre nosotros con el régimen dictatorial franquista? Hablan de todo, menos de lo importante: el Bloqueo económico impuesto por los EEUU.
Al parecer, en los precedentes cinco años, dos empresas, siete inversores y un ministro del gobierno de Rajoy han sido socios capitalistas de “Dos mil palabras, SL.”, editora de OKDIARIO. Aunque a simple vista algunos socios aparezcan como personas anónimas, en realidad representan a importantes grupos empresariales interesados en influir en la opinión pública a través de esta línea editorial, los diarios digitales de la extrema derecha. José Manuel Soria, había concedido en 2016 a través de la empresa pública ENISA un préstamo estatal de 300.000 euros a la editorial de Eduardo Inda. Durante el postrer período del mandato de Soria, con su ministerio de Industria se vio atenazado por diferentes casos de corrupción, mientras estaba inmerso en una sucia guerra (con el exjuez Alba) contra la magistrada de Podemos, Victoria Rosell, cuando era candidata de este partido por la provincia de Las Palmas. Sin embargo, consiguió lo que quería: desbancarla de ser diputada.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana