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sábado, 20 de abril de 2024 07:48h.

Distintas maneras de ser político - por Nicolás Guerra Aguia

Un concejal de IU en Lanzarote -señor Valencia- renuncia al móvil y a la tableta que con espléndida dadivosidad puso en sus manos el equipo de Gobierno de San Bartolomé (a fin de cuentas, pagamos los contribuyentes). Pero, además, dona a su partido y a una ONG las dietas por asistencia a plenos. (¡Ya empieza la ética a sobar analidades!)

Distintas maneras de ser político - por Nicolás Guerra Aguiar *

 

   Un concejal de IU en Lanzarote -señor Valencia- renuncia al móvil y a la tableta que con espléndida dadivosidad puso en sus manos el equipo de Gobierno de San Bartolomé (a fin de cuentas, pagamos los contribuyentes). Pero, además, dona a su partido y a una ONG las dietas por asistencia a plenos. (¡Ya empieza la ética a sobar analidades!)

   En la misma isla conejera el presidente del Cabildo cobrará 15 400 euros menos al año frente a sus emolumentos en el mandato anterior. Y no es que el hombre se haya sensibilizado ante tragedias sociales y terribles desajustes que a miles se ven en esta tierra nuestra, no. Se trata, simplemente, de que la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local así lo dispone. Y si hubo necesidad de una ley reguladora para nominillas, fácil es deducir por qué fue propuesta y aprobada. (Tiene, sin embargo, aspectos muy negativos como, por ejemplo, que los municipios no tendrán competencias amplias en servicios sociales,sanitarios, cultura, promoción de la igualdad, derechos de consumidores y usuarios… O lo que es lo mismo, vitales aspectos que afectan directamente al ciudadano más desprotegido.)

   Pero como la Ley de Racionalización no considera que se pueda racionalizar organizando el trabajo para reducir costos, permite a las corporaciones (locales, insulares, autonómicas, nacionales) que al comienzo de cada legislatura se inviertan centenares de miles de euros en la adquisición de móviles y tabletas (terminales de alta gama) para concejales, consejeros cabildicios, señorías autonómicas, senadores, diputados nacionales… Así, un ejemplo: el Parlamento de Canarias acaba de invertir más de 25 000 (veinticinco mil) euros en la renovación de móviles para sus señorías. Y si sus señorías canarias son sesenta, el resultado estremece en una tierra castigada por el paro: cada móvil ha costado en torno a los 420 euros. (Bien es cierto que incorpora traductor de inglés, chino y guanche en cuanto que ya se sabe cómo ha funcionado la consejería de Enseñanza en esto de los idiomas. Pero, de todas todas, es un despilfarro.)

Escapa también a cualquier racionalización –por más que usen la mayúscula en la Ley de Racionalización cual si se tratara de una disciplina científica- que el señor presidente del Gobierno de Canarias permita la ampliación de la estructura política del poder en tres consejerías más con un aumento de gasto de 500  000 (quinientos mil) euros. Porque el mismo señor Clavijo, en apariencia impactado por la realidad de Canarias, habló de 600 000 (seiscientas mil) personas “en situación de exclusión social o en riesgo de caer en ella”. Y con aparente lucidez consideró tales circunstancias como “asunto de gravedad”.

Resulta perplejante –o al menos muy confuso para mi capacidad- que se enfrente a los “asuntos de gravedad” con aumento de los gastos políticos en 2 000 000 (dos millones) de euros a lo largo de cuatro años. Tal dadivosidad económica, por tanto, me hace temer que se trata de justificar lo que en lenguaje de la calle se entiende como pagar a quienes lo llevaron a la presidencia del Gobierno. Puestos políticos, por otra parte, casualmentemuy bien remunerados. Y en tales espléndidas nominillas acaso se encuentren no solo personas de su conglomerado político sino, además, de su aliado en el poder, el PSOE, para quien oficialmente quedaron muy pocos cargos de los anteriores. Por tanto, la ampliación no solo era necesaria para ubicar a un mayor número de personas: era, además, conditio sine qua non (‘condición sin discusión posible’) para conseguir la mayoría absoluta en el Parlamento y, así, evitar el tan temido voto de censura.

   Tampoco es conforme a la razón –es decir, a la facultad de pensamiento o discurso, exclusiva del ser humano- que en una consejería como Turismo, Cultura y Deportes (consejero, viceconsejero, director general de Infraestructuras…) en su organigrama aparezcan también una secretaría general de Turismo y un director general de Turismo. O que en otra fluyan las direcciones generales cual ramificaciones de los naranjeros de las Ruices, cuyos productos en mi infancia galdenseadquiríamos tras agilísimos ascensos mientras la familia propietariaestaba en la misa de las siete de la tarde. Así, dentro de la viceconsejería de Administraciones Públicas dieron nominillas a políticos que ocuparán las direcciones generales de Modernización y Calidad de los Servicios (?); de Transparencia (?), Participación Ciudadana y Relaciones Institucionales; de Función Pública; de Relaciones con la Administración de Justicia; del Instituto Canario de Administración Pública; del Instituto Canario de Igualdad; de Juventud. (Quedan pendientes las de Segunda Juventud, de Mediana Edad, de Sesentones y la de Aproximaciones a la Senectud. Y es que como al PSOE le tocó tan poco en el reparto…)

   Y mientras se prodigan cargos, subcargos, vicecargos, medioscargos en la Administración canaria (siempre, eso sí, con la mirada puesta en los pálpitos sociales), el Cabildo de Gran Canaria (hay gente con mala leche) iniciará el próximo mes la distribución ordenada y espero que racional de 5 000 000 (cinco millones) de euros del Plan contra la Pobreza a municipios y ONG. Es decir, a paisanos de nuestra Isla que no alcanzaron ni el reintegro en la ampliación de las consejerías;tampoco son hermanos de alguna que otra alcaldesa; noasesoran a 2 500 (dos mil quinientos) euros mensuales ni llegaron a señorías por fidelidad absoluta a pesar de sus marcadas limitaciones… Ni tan siquiera forman parte de ese milagro económico del señor Rajoy a seiscientos euros las doce horas diarias de trabajo ¡y otras doce de descanso, qué dadivosidad, qué trato humano, qué consideraciones!

   Sí. Tras las elecciones todo vuelve a la normalidad. Pero indiscreciones e inoportunidades que deberían estar en la “ley Mordaza” las manifiestan quienes como el señor de Lanzarote renuncian a móviles, tabletas y dietas por asistencias a plenos. Yo, desde luego, los pondría en la lista de sospechosos, incluso de yijadistas.  Son un peligro muy desestabilizador.

* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar