Doctrina Botín, Fernández de la Vega, Rato, Villarejo... - por Alberto Garzón
Nota de Chema Tante: Este texto lo publica Alberto Garzón en su muro de FACEBOOK y Federico Aguilera Klink, que lo señala, comenta sobre él: "...Impagable. Un texto que, por si había dudas, deja claro por qué la gente se aleja del PSOE de "izquierdas", que tanto sigue mintiendo y engañando a sus votantes y a la sociedad en conjunto; menos a los poderosos, claro" palabras que suscribo completamente, lo mismo que las de Garzón. Es que parece mentira que estas sociedades de lo que va quedando del imperio español no terminen de enterarse y rebelarse contra la escandalosa estafa bancaria que sufren, que no cesa, sino que crece., con la complicidad mercenaria de los sucesivos gobiernos PpPsoE, la connivencia de una Justicia abochornante y la colaboración de una prensa venal. Todo, bajo la mirada impasible de un parlamento que no actúa. Porque en el estado que dejara Franco atado y bien atado, lo de la división de poderes es una patraña. La banca es la deidad en este estado español y la Botín su profeta, por herencia.
Doctrina Botín, Fernández de la Vega, Rato, Villarejo... - por Alberto Garzón, coordinador general de Izquierda Unida
Tenía ganas de explicar esto con detalle: el Banco Santander es una de las entidades que mejor representa cómo funciona realmente el sistema político español. Un tipo de clientelismo en el que participan jueces, políticos y empresarios.
Entre 1987 y 1991, el Banco Santander comercializó unos productos financieros -cesiones de crédito- para evitar el pago de 2.600 millones de euros en impuestos. El Banco vendía dichos productos a los clientes y movía el dinero negro usando testaferros y otras trampas. Ese mismo año, y tras una querella del empresario especulador Ruiz-Mateos, el juez entró con policías en la sede del Santander y descubrió todo el entramado. Había implicados hasta políticos del PP. Por ejemplo, el entonces diputado Luis Fernando Cartagena dimitió 6 años después.
El juez que admitió la querella en 1992 fue Miguel Moreiras, encargado en la Audiencia Nacional de los delitos económicos. El juez consideró que había claros indicios de criminalidad en las acciones del presidente del Banco Santander, Emilio Botín, y le llamó a
Para que nos entendamos: la fiscalía -que nos representa a todos- estaba diciendo que no le importaba que el Estado -que somos todos- hubiera perdido 2.600 millones de euros… Además, la Abogacía del Estado también cambió el criterio y pidió no celebrar el juicio. En 2004, y pese al criterio de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, claramente presionadas desde el Gobierno, se abrió el juicio oral en el que se juzgaría a Emilio Botín y otros directivos del Banco Santander. ¿Se referiría Teresa Fernández de la Vega a este juicio oral? Recordemos que las palabras de la entonces vicepresidenta del Gobierno del PSOE son de 2005 y allí anuncian una intervención del Gobierno para salvar a Emilio Botín. El cambio de rol de la fiscalía y de la Abogacía del Estado no había sido suficiente.
Pero, ¿cómo fue esto posible? El Tribunal Supremo confirmó la tesis del juez Gómez Bermúdez, aceptando así la llamada «Doctrina Botín» que permitía a los acusados librarse del juicio en caso de que la fiscalía y la abogacía del Estado no acusaran estableciendo que la acusación popular no era suficiente.
Manel Fontdevila en eldiario.es
La Doctrina Botín fue una estratagema para no juzgar al presidente del Banco Santander. Fue una interpretación tan escandalosa que desde entonces nunca más se ha usado. De hecho, hubo cinco votos particulares, y es altamente recomendable leer sobre ellos: https://diario16.com/la-doctrina-botin-la-muestra-la-prote…/
Pero seguimos. La pregunta es: ¿influyó el Gobierno del PSOE en 2006 para que se aprobara esa «Doctrina Botín»? Hay dos actores importantes que aseguran que así fue. En primer lugar, Fernández de la Vega en la conversación hoy difundida. En segundo lugar, Rodrigo Rato.
Efectivamente, el que fuera ministro del PP fue juzgado en 2008 ante la sospecha de haber hecho favores políticos al Banco Santander en la compra de varias empresas de la familia Rato. Su defensa consistió en decir que los favores venían de antes. En concreto, Rato se defendió diciendo que Fernández de la Vega dio instrucciones en abril de 1996 para que la Abogacía del Estado y la Fiscalía retiraran sus acusaciones contra Emilio Botín, que como recordamos estaba siendo investigado por fraude fiscal de 2.400 millones de euros.
En 2010, la querella contra Rato fue archivada y respiraron tranquilos junto a él tanto su hermano, Ramón Rato, como Emilio Botín, el hermano de éste, Jaime Botín, y el entonces jefe del Santander Alfredo Sáenz. Pero no perdamos de vista estos nombres.
¿Qué pasó? Pasó que el 25 de noviembre de 2011 el Gobierno del PSOE, ya en funciones tras las elecciones generales de ese año, decidió darle un generoso y anticipado regalo de navidad al banquero Alfredo Sáenz: le indultó. Quedaba libre.
En 2013 el Tribunal Supremo anuló el indulto del Gobierno del PSOE, pero Emilio Botín se negó a cesar a su amigo Alfredo Sáenz. Finalmente éste se marchó dimitiendo y se llevó un pequeño honorario de 88 millones de euros.
¿Sabéis quién es uno de los abogados de Jaime Botín en ese juicio pendiente? Se trata de Gómez Bermúdez, el mismo juez que creó la «Doctrina Botín» y que en un ejercicio de puertas giratorias ahora trabaja para un bufete de abogados y tiene como cliente a la propia familia Botín.
Mientras tanto, el Santander ha ido comprando diferentes espacios de la vida pública. Todo el mundo sabe que la Liga de Fútbol se llama Liga Santander, pero menos conocen que desde 2006 el Santander ha penetrado en las universidades incluso condicionando los planes de estudio.
¿Qué fue de Teresa Fernández de la Vega? Fue premiada y ahora mismo es presidenta del Consejo de Estado. Cobra unos 80.000 euros al año por unas funciones que parecen más un premio que una responsabilidad. Hoy desde Izquierda Unida hemos pedido su dimisión inmediata.
En definitiva, este ejemplo demuestra que bajo el capitalismo lo que se eleva es la dictadura del dinero y que ésta se impone habitualmente por encima de la democracia. Son muchos los que se ponen bajo el sol que mejor calienta, pero la factura la paga siempre la clase trabajadora.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Alberto Garzón y la colaboración de Ramón Trujillo