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jueves, 25 de abril de 2024 23:44h.

Dos hilando la hebra - por Adolfo Padrón Berriel


La situación que describe Adolfo Padrón Berriel en este artículo la hemos tenido que sufrir mucha gente muy a menudo. La sensación de ira, o de vergüenza ajena comprobando cuantas personas todavía no están informadas de la tremenda desgracia que, a ellas también , les ha caido encima.

- … Y digo yo que esto de la crisis y la recesión se tendrá que acabar algún día de estos, ¡vamos, digo yo! ¿no?

 - ¡Diga usted que sí! Que si nos dejaran gobernar, vamos, … ¡como Dios manda!, ya estaríamos viendo brotes no verdes, sino lilas, como los billetes de 500 euros ¿sabe usted? Que en este país, entre ecologistas, sindicalistas y rojos masones no hay quien consiga hacerse explicar y claro, todo lo mal interpretan, los muy condenados, que por algo son todos ellos unos herejes desalmados y terminan llevando al populacho a la confusión, ¿sabe usted?

 - Que nada, que si descubrimos petróleo, allá en las colonias, te montan un guirigay porque les vas a manchar las playas y nada, a ver cómo un ministro “como Dios manda” se prepara el camino para ser consejero de una multinacional como REPSOL, si no le dejan hacer su trabajo; porque digo yo que la gente tiene que entender que no se puede ser ministro para siempre, ¡ya quisiéramos!

 - Es que cuando no se quiere entender, … Mire, ahí tiene ya la huelga general …, ni cien días nos han dado.

 - Dígalo bien alto, si señor: ¡Huelga contra España!, porque no quieren que levantemos cabeza, sí señor. Unos rebanándose los sesos, los españoles de bien, vamos, para que la gente asuma que con tanto gandul suelto no hay país que salga adelante; que se paga demasiado y que sobran derechos; que los parados son unos parásitos y que los que aún trabajan son unos acomodados desagradecidos; …; y vienen estos sindicalistas a soliviantar al personal metiéndoles ideas raras en la mollera y venga: ¡Huelga General! ¿Qué te parece?

 - Derechos, derechos, … derechos los ponía yo, ¡cómo una vela, vamos! Claro que los sindicatos tienen la culpa porque, como no quieren perder el chollo, nos echan encima a la muchedumbre. Mire, yo esto del paro lo solucionaba rápido: las mujeres en casita, que bastante tienen con que traiga un sueldo el cabeza de familia; el que quiera trabajar que acepte lo que le ofrezcan y calladito la boca, que “es de bien nacido ser agradecidos”; los jóvenes, ¡cuando sean mayores comerán papas! y si no, de aprendices, que ya se sabe ¡que la letra con sangre entra!; y todos los inmigrantes para sus países, menos las filipinas, que esas son muy buenas criadas y nunca rechistan.

 - ¿Y qué me dice de tanta defensa de los Servicios Públicos? Para mí la cosa esta clara: quien quiera salud, educación, justicia, …, que las paguen, que no puede ser tanta protección, tanta equidad, tantos servicios sociales y ¡tantas hostias en vinagre! ¡Si es que así no hay quien haga negocios!

 - ¡Si es que les das la mano y te cogen el codo! ¿Pensaban que iban a vivir como marqueses toda la vida? Que no hombre, que de siempre fue sabido que “para que haya ricos tienen que haber pobres” “y aquí paz y en el cielo gloria”, que encima tienen enchufe para entrar en el reino de los cielos, así que a nosotros nos toca vivir bien en esta vida, que ya ellos tienen asegurada la eterna.

 - No, si ya verá como terminan quemando iglesias.

 - Por cierto, ¿no oyó a Rouco? Tuvo que salir el hombre a meter en cintura a los jóvenes católicos y a esos que se llaman hermandad obrera porque se revelaban contra las medidas del gobierno y la reforma laboral.

 - Cuando sólo había un sindicato, el vertical, no hacían falta reformas laborales porque las cosas funcionaban como tenían que funcionar, un trabajador iba dónde se le mandaba y el sueldo se le pagaba en sobre, que nadie tiene porque saber lo que cobra el de al lado. Tanta transparencia, tanta regulación, … ¡para que se te suban a la chepa, hombre!

 - Clarito lo dijo el dueño de Mercadona: Lo que hay que hacer en este país es aprender de los chinos y trabajar como ellos. ¡Otro gallo nos cantaría!

  Esperaba la guagua. Ellos también. No parecían propietarios de grandes empresas, ni miembros ilustres de rancias familias, pero defendían con tal pasión todo aquel discurso, cacareando lo que sin duda habían escuchado una y mil veces en algunos medios de comunicación, que no pude permanecer allí más tiempo. Aquella conversación me quemaba por dentro. Eché a andar, casi corriendo. De pronto me sentí sereno, acababa de percibir muy clara, como un haz de luz, la razón por la que voy a secundar la jornada de huelga del 29 de marzo y terminé convencido de que, inevitablemente, tendrán que venir otras.

 Y usted ¿cómo lo ve?

(Adolfo Padrón Berriel. Miembro de Co.bas-Canarias y de Canarias por la Izquierda-Si Se puede)

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http://www.sanborondon.info/content/view/42164/34/