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jueves, 25 de abril de 2024 15:33h.

El adiós de la política. Un relato de anticipación. - por Rafa Dorta

Rafa Dorta ha escrito un relato de terror, más que de anticipación. Creo que, contra lo que desea el firmante, lo que describe ya está ocurriendo.
Dice el propio Rafa de este artículo:
"Espero que el contenido de este texto no se haga nunca realidad... "

Dice el propio Rafa Dorta de este artículo: 

"Espero que el contenido de este texto no se haga nunca realidad. Lo malo es que se parece demasiado a esas películas de ficción que llevamos viendo bastantes años y el caso es que la mayoría tienen un nexo común: la visión de un poder concentrado en un sistema dictatorial que lo controla absolutamente todo, y enfrente el coraje de la resistencia de un grupo de rebeldes, que viven fuera del sistema, y que luchan a pesar de la evidente fortaleza del stablishment. Quizás entre esos marginados, entre ese grupo residual, aparezca algún líder político, que proponga un nuevo tiempo, un tiempo de esperanza, de solidaridad, un tiempo mejor para una nueva política, para una nueva democracia."


El adiós de la política. Un relato de anticipación. - por Rafa Dorta

Se les acaba el tiempo a los políticos, a los malos, a los regulares y también a los decentes, porque lo próximo no será el socialismo digital 4.0, ni tampoco la autosuficiencia casposa de la derecha. Durante mucho tiempo no se convocarán elecciones, y quedaremos a merced de la tecnocracia, que nos será impuesta por nuestra culpa y con la sana intención de redimirnos, una suerte de religión monoteísta, dirigida por los sumos sacerdotes del neocapitalismo financiero, adoradores de un Dios escurridizo que no quiere a nadie porque solo se quiere a sí mismo, el Dios Dinero. Esta nueva y agresiva fe acaparará todo el poder económico, delegando la gestión de sus decisiones en manos de doce apóstoles, cuyos nombres saldrán de las doce multinacionales más grandes del planeta. El advenimiento de este exitoso negocio contribuirá a la consolidación de un modelo único y globalizado, un sistema de dominación que controlará a la población mediante el almacenamiento de nuestros datos personales, el estudio pormenorizado de los diferentes perfiles de consumidores, la elaboración de campañas de marketing y publicidad que influyan en nuestras decisiones, el establecimiento de controles estrictos en cuanto a la identificación y objetivación de las tendencias, la dotación presupuestaria para la ampliación y mejora tecnológica del equipamiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad, el estudio de nuestras reacciones ante las terapias de shock, la estructuración de un sistema educativo selectivo en función de la renta y de contenido uniforme, la garantía en la prestación de los servicios sociales y sanitarios de última generación para una exclusiva élite, y toda una serie de normas y leyes que conseguirán la cuadratura de un círculo irrompible, argumentado bajo la justificación de una pretendida sostenibilidad respecto a los escasos recursos naturales disponibles. Una espléndida y perfecta operación de amortiguamiento contra los efectos nocivos de la superpoblación.

Los ciudadanos declarados en rebeldía serán juzgados por traición a los intereses de la comunidad representada por el órgano supremo de estabilidad. Todos aquellos que incumplan las normas, quedarán excluidos del sistema, y dependiendo del carácter de las faltas cometidas, serán encarcelados, o bien ejecutados. Se les ofrecerá una salida alternativa solo a los que voluntariamente rellenen un cuestionario aceptando entrar en un programa de adiestramiento con el objetivo de re-direccionar sus deseos y objetivos vitales.

A los futuros líderes políticos les será extraordinariamente difícil hacer oír su voz en la sociedad. Su discurso no calará porque la automatización de los procesos informativos diluirá su proyecto ideológico reduciéndolo a un eco perdido en el apartado de comentarios y opiniones, un reducto marginal minimizado por la versión oficial, una maquinaria de propaganda establecida por el organismo encargado de la detección y supervisión de críticas independientes así como del seguimiento de cualquier tipo de manifestación cultural, actividades susceptibles de investigación pudiendo ser declaradas ilícitas por atentar contra el orden establecido.

A los aspirantes a hacer de la política un medio de transformación de la realidad, a los rebeldes que quieran recuperar las libertades perdidas para el conjunto de la sociedad, a los que amen la democracia a pesar de sus imperfecciones, a todos ellos y a los que se sumen a esta causa, quiero advertirles de que se acaba el tiempo y que, o se unen formalizando un gobierno de concentración, ante la emergencia que supone el ataque de un enemigo que podemos considerar común, o habrá que acarrear con las consecuencias de una debacle política, moral, social, y por último, económica, de la que resultará muy difícil recuperarse.