Los enemigos ppolíticos del señor Antona - por Nicolás Guerra Aguiar
Los enemigos ppolíticos del señor Antona - por Nicolás Guerra Aguiar *
Las campanas resuenan a glorias y acción de gracias en el PP canario. Al fin, dicen, el novísimo presidente regional, señor Antona, es bendecido por los dioses: consecuentemente, la estima de los mandos aumenta. Pues, sin discusión, la estructura piramidal de poder en su partido es esencia pura y básica como lo fue en el PSOE del señor González, férreamente controlado por el señor Guerra, jefe de la guardia pretoriana en aquellos tiempos del absolutismo democrático y primeros tanteos para la monarquización tras pecaminosos coqueteos con Montesquieu.
Y cual si se tratara de “La marcha triunfal” rubendiana suenan clarines, trompetas y timbales: anuncian el ascenso triunfal del señor Antona y entonan loas y alabanzas, riman plácemes y exaltaciones. A la par, sus virtudes y dignidades ascienden a los cielos cantadas por cálidos coros. Urgentes glorificaciones acaso debidas a cambios tácticos o milagrosos arrepentimientos por intrigas y conjuras anteriores, pues desde el Parnaso llegaron las nuevas: será el presidente regional, heredero universal, el Máximo… (A fin de cuentas, hay que estar a bien con el jefe.)
Las trompas peperas resuenan: el señor Antona, con capacidad digital para listas y cargos, es llamado a formar parte del selecto grupo de ponentes (el IBEX 25 del PP) sobre Educación, Cultura, Innovación y Europa en el congreso nacional del próximo febrero. Así, tal encumbramiento ante el Olimpo reforzará su posición de cara al siguiente congreso, esta vez regional y de trascendental importancia pues allí podría dejar su condición de PPNN (ppresidente no numerario) y trascender a la condición de fijo. Lo cual, claro, le permitirá aflojar de su cuello cariñosos dogales y escurridizas lazadas en manos de eternos servidores de la Patria… empeñados en complicarle la vida: están en juego sacrosantos derechos adquiridos desde tiempos remotos pues algunos nacieron y crecieron en el ejercicio de cargos, puestos impuestos, (i)rresponsabilidades políticas… muchas veces antítesis de rigores, capacidades o competencias.
Dos: su muy peligrosa titulación universitaria (la cual, sea dicho, no garantiza universal formación en otros). Actúa –comentaron- con cierta arrogancia y a veces prepotencia, cuando no con soberbia y altivez como si la licenciatura en Ciencias Políticas y de la Administración (Universidad del País Vasco, añado) fuera premio nobel. (¿Que quiénes hablaban?: tres personas… y seis gintónic sin enyesque, quijotescas esencias para enderezar tuertos, torcidos o cambados…)
Yo añado un tercer inconveniente: su juventud. Y plenamente identificada con ella, la natural y
Pero no es la ensoñación machadiana; no le entregará al poeta una nueva España reclamada por él, “la del cincel y de la maza”. Los de Machado fueron tiempos distintos y muy distantes de la nueva sociedad, absolutamente renovada… Mas sigue bajo el rígido control de gobiernos próximos a multinacionales. Es la de hoy una sociedad casi ajena, además, a la “España de la rabia y de la idea”, mansa, dócil, maleable, disciplinada, obediente… Y, sobre todo, con una gran parte de la juventud terriblemente resignada a su condición de mano de obra de barata, de baratillo incluso.
El señor Rajoy lo sabe. Por tal razón los va llamando a su diestra diestra sin aspavientos. Es consciente de la urgente renovación. Pero también sabe de urnas, recuentos de votos, mayoría simple, partido más votado… Y eso, en las actuales circunstancias, permite pasos procesionales (dicen que ya murió el bipartidismo, pero aún no tañen las campanas, ni PSOE y PP llaman a duelo). Y el señor Antona (el puñetero subconsciente me dictó “Ansón”: rectifico ipso facto) es uno de esos jóvenes invitados para la readaptación generacional. Eso sí: sin anarquías ni agitaciones desestabilizadoras, solo por Esppaña. El hombre vale.
* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar