No era yo, era mi sombra quien lo hizo - por Erasmo Quintana
No era yo, era mi sombra quien lo hizo - por Erasmo Quintana *
Hay personas que se buscan a sí mismas y no se encuentran. No están disponibles. Ése debe ser Rajoy a la hora de asumir responsabilidades, por él y por sus compañeros de viaje. En sus años de gobierno lo que ha conseguido ha sido destrozar el país a todos los niveles
Ahora que por fin soy yo, el que siempre tuve que ser, mi vida tiene un porqué, un sentido ordenado y recto. Como antes vivía “por encima de mis posibilidades” la crisis me ha puesto donde debía, plenamente consciente, con cuidado y justito en el gasto. Pagando repago en los medicamentos, que supone una eficaz bajada de la pensión, esa que Rajoy empeñó su palabra no tocar; alza en el recibo de la luz; formación educativa y universitaria más prohibitiva, dejando a los con más recursos económicos las plazas de sus hijos mucho más selectas y de mayor calidad por la bajada de la masificación; aumento paulatino del coste en la cesta de la compra. Más ajustes, más recortes, más impuestos que no repercuten en el bienestar ciudadano, y mientras tres mil demonios me lleven, nuestros hijos engrosando las colas del paro que son, a lo que se ve, la única y luciferina solución que hay a la terrible economía que sobrevuela junto a nuestras esperanzas rotas por un Gobierno de derecha extrema convertido en refinado especialista de malas prácticas.
Instalados en la situación de carencias de todo tipo llegaremos a ser nosotros mismos; en verdad vivíamos una vida de fábula, irreal, que no nos correspondía. Ser y estar en la realidad es trabajo y sacrificio para que otros vivan en el Paraíso, que está aquí. Nuestro país, Edén del latrocinio de cuello blanco; y la Justicia, mejor esperar por la divina. El panorama político y social, un esperpento valleinclanesco: las agresiones sexuales de grupos como “La Manada” en aumento, visto lo gratis que sale a los violadores sus “heroicos divertimentos”; multitudinarias manifestaciones de mujeres en todo el país reivindicando la igualdad de género y protesta por la ridícula sentencia a los cinco
Y mire usted, señora, no; lo que decimos en privado es lo que realmente pensamos. El político, desde que sale de la privacidad de su casa lleva la careta puesta, introduciéndose
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana