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sábado, 04 de mayo de 2024 04:22h.

El esperpento que no cesa - por Erasmo Quintana

 

FRASE ERASMO

El esperpento que no cesa - por Erasmo Quintana *

valle goya galdósEn estudiosos del tema hay la extendida opinión de que esperpento no es un término atribuible a Ramón María del Valle-Inclán, ya lo inventaron Goya y Galdós, y aconsejan del primero recorrer las salas que el Museo del Prado tiene dedicadas al pintor de Fuendetodos, y fijar la atención en su pintura negra, pero sobre todo en tres caprichos en los que aparecen personajes mirándose al espejo: Un petimetre o presumido mira y la imagen le devuelve un mono; en otro, una mujer es la que se mira y el espejo reproduce una serpiente enroscada en una guadaña; en el último, un mosquetero ve que su imagen está convertida en un gato enfurecido. El espejo es una metáfora de realismo sin filtros, que reproduce la verdad tal cual es, aunque con nuestra simple mirada no seamos capaces de verla.

CAPRICHO GOYA ESPEJO 1CAPRICHO GOYA ESPEJO 2CAPRICHO GOYA ESPEJO 3

cipriano rivas cherifCipriano Rivas Cherif, cuñado de Manuel Azaña, en sus Apuntes de crítica literaria nos dice que, venida a menos la monarquía literaria que Galdós entronizó en el Madrid de Fortunata y Jacinta, él y Unamuno, Azorín, Baroja, Machado y Rubén Darío, reconquistaron el mapa moral de las Españas hacia el ideal, la sublimación o espiritualización tan de necesidad. Con La reina castiza, Los cuernos de Don Friolera y Luces de boemia, Valle-Inclán, valiéndose del antipatrioterismo, llevó su crítica mordaz usando la tragedia esperpéntica que vemos en estos trabajos. En la obra última de Benito Pérez Galdós y particularmente la que tiene que ver con sus Episodios Nacionales (España trágica), muchos quieren ver los esperpentos valleinclanescos, lo que se traduce en la preocupación tan honda que Goya, Pérez Galdós y Valle-Inclán sentían por la España que les tocó vivir.

Y la historia se repite: ¿no es esperpéntico lo que hace Puigdemónt con tanta avilantez y prepotencia? Tan duro como se mostraba en su camino al independentismo, y ahora tan huidiza cobardía en la que está instalado actualmente, aunque se lo está pensando y pudiera entregarse. Su comportamiento fue el de los malos actores que no saben su papel. Un iluminado que dice estar seguro de sí mismo y permanece en Bruselas manifestando, aconsejado por su abogado Paul Bekaert, que no puede regresar a Cataluña hasta que no le aseguren “un juicio justo y con garantías.” Para él España no es un país democrático y de derecho con separación de poderes. Se inclina por un Govern en el exilio. La magistrada de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, lo acusa de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos. Él y sus acólitos no son conscientes del carajal en que han metido a aquel rincón del país que dicen amar tanto, creando una incertidumbre descomunal. Hasta el momento cerca de dos mil empresas de todos tamaños se han ido con su sede social a otros puntos del país. Parece que no les importa arrasar Cataluña con tal de ellos ser independientes.

Aquí esperpento y desvarío se dan la mano, pues del desatino y el absurdo a estar mal de la cabeza hay un paso. Si no, qué es lo que sigue: la presencia frente al Supremo cuando la Mesa del Parlament estaba declarando, de Alberto Garzón, Doménech y Pablo Echenique, entre otros, en muestra de apoyo a los encausados secesionistas junto a la ultraderecha neonazi con banderas nacionales en alto y gritando “viva España”. Declaraciones de Pablo Iglesias: “Me avergüenza que en mi país se encarcele a opositores”; Ada Colau pidiendo a Rajoy que “detenga esta espiral represiva”; Junqueras, “que el bien derrote al mal en las urnas el 21D”; José Montilla, al que los encarcelamientos “son medidas desproporcionadas”, es decir, justicia a la carta, y Puigdemont desde su escondrijo belga, que “los exconsellers están encarcelados por sus ideas”.

En definitiva, son presos políticos. ¡Pobrecitos, si no han hecho nada! La declaración unilateral de independencia de Cataluña, saltándose a la torera el orden constitucional establecido con todas sus leyes, y su mismo Parlamento, poniendo en jaque a todo un país, vienen a decirnos ahora, “si es que todo fue una broma”.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana

ERASMO QUINTANA RESEÑA