Estamos consumiendo Naturaleza - por Erasmo Quintana
Estamos consumiendo Naturaleza - por Erasmo Quintana *
Venga el bardo a cantar
esplendores ya pasados
con intención de empezar
lo que no hemos comenzado.
Volver a la luz del sol diáfano
cuidando nuestro Edén dañado,
que lo que hoy destrozamos
mañana no será recuperado.
Característico de este clima cuasitropical es la escasez de lluvia, incluso en época propia de las mismas. Circula una teoría sobre los aviones intercontinentales, que no sé yo lo que tiene de rigor científico, aseverando que la estela blanquecina que dejan por la combustión de sus motores, al ser tantas y que se entrecuzan, modifican el comportamiento de las nubes en su efecto lluvia. En nuestro país, 1948, 1952, 1954 y 1961 son fechas clave en un intento oficial de provocar lluvias artificiales ya desde ese primer año en Gran Canaria y resto del Archipiélago.
El periódico franquista Falange, en 1948 daba la noticia que el Cabildo Insular, presidido por Matías Vega Guerra, por primera vez solicitaba del Gobernador Civil la asunción del proyecto de lluvia artificial. El mismo rotativo, en 1952, daba la noticia que se iniciaban pruebas de esta lluvia en una extensión de 60.000 km. cuadrados en Arenas de San Pedro (Ávila). En 1954, una escueta noticia daba cuenta que se estaban haciendo experimentos de lluvia artificial en el Marruecos español. En 1961 Falange daba la noticia de la arribada a Las Palmas de G.C. del coronel de Infantería, Leopoldo Castán, licenciado en Ciencias Químicas, que venía de Madrid con destino Fuerteventura, donde pensaba realizar importantes experimentos de lluvia artificial, cuyas experiencias le habían dado resultados lisonjeros. Mas en la isla majorera tenía sus reparos, porque el problema climático y lo alargado de su orografía le hacía ser prudente.
Para Gran Canaria, tuvo que ser el comienzo de la década de los sesenta del siglo pasado cuando, por fin, pudimos ver aviones empleando nieve carbónica y yoduro de plata, junto con productos hidroscópicos para aumentar el tamaño de las gotas de agua. En este “sueño”, mis amigos, el Cabildo grancanario se gastó lo que no se sabe (cosa propia de la dictadura), para nada, porque todo fue un sonoro, estruendoso fracaso.
A pesar de la aplastante realidad del cambio climático, cuya causa principal es la avaricia de los hombres “de negocios” mundial (veamos cómo aquí, en nuestro país la derecha todavía trata de negarlo, con la excusa de que son cosas de la izquierda, dixit Aznar y Rajoy), deberían ser menos materialistas y más humanos, para que el Mundo que dejamos a nuestros nietos, al menos, lo disfruten en la misma medida y calidad que nosotros venimos disfrutándolo.
* La casa de mi tia agradece la gentileza de Erasmo Quintana