La estrategia del miedo... aunque sea mintiendo - por Marco Lojo Jiménez *

La persecución de la “caverna mediática” a Podemos no tiene parangón: se trata de que cualquier propuesta que haga este grupo político, no sólo sea criticado –función loable que justifica la existencia de medios de comunicación plurales-, sino que, sea vilipendiado y calumniado –algo que ya choca con delitos de injurias y calumnias que se recoge en nuestro Código Penal y el código deontológico de la profesión periodística-, aunque sea faltando descaradamente a la verdad: algo que, directamente, contradice el derecho a libertad de información garantizado en nuestra Constitución, el derecho a una “información veraz”.

Lo último ha sido la serie de noticias crispantes y con un desprecio absoluto a la verdad, que afirman que una diputada del grupo parlamentario de Podemos en el Congreso de los Diputados, Meri Pita, habría presentado una moción para “sacar al Ejército del Archipiélago”[1].

De lo que se trataba la propuesta[2], recientemente rechazada, es que Canarias se establezca como “territorio neutral permanente”, esto es, que no pueda servir como base militar para realizar operaciones militares contra otros países y que, en caso de conflicto bélico, no se puedan realizar maniobras en dicho territorio, basándose, fundamentalmente, no sólo en una vocación pacifista de la propuesta –cosa que para nada la envilece-, sino precisamente como garantía para que Canarias no sea objetivo militar dado el carácter geoestratégico de las Islas, pudiendo poner en peligro tanto a la población residente como a los miles de extranjeros que visitan las Islas, bien sea por turismo o por necesidad –aludiendo dicha propuesta a la población refugiada que en los últimos diez años han llegado a las Islas[3]. 

Una necesaria iniciativa que constituiría Canarias en territorio de paz: de sobra conocemos en este archipiélago de las maniobras de la OTAN poniendo en peligro a cetáceos y otra fauna protegida, de los vuelos de la CIA haciendo escala en los aeropuertos canarios o de la utilización de la base de Gando para repostar aviones en incursiones militares para ofensivas aéreas en el vecino continente africano[4].

Por tanto, en ningún caso establecía la retirada de los militares españoles de Canarias poniendo en riesgo a su población civil frente a presuntos ataques de potencias extranjeras[5], cosa que, si hubieran trasladado bien la propuesta del grupo parlamentario, tendrían que haber titulado como en otros rotativos: “Podemos propone Canarias como territorio neutral permanente”. Al no hacerlo así, podemos concluir, por un lado, la terrible mentalidad militarista y colonialista de los comentaristas  –¿es que acaso cualquier principio de seguridad de un país o de un territorio debe establecerse únicamente mediante una política belicista? ¿dónde quedó el Derecho Internacional? ¿acaso el Archipiélago se reduce a una región de ultramar a la que defender como colonia por su “pertenencia a España”, únicamente como base militar geoestratégica?-; por otro, el total desprecio a la verdad: se puede tener una posición contraria a que Canarias, en el que ya triunfó con rotundidad el “no a la OTAN”, sea un archipiélago de paz, pero no falsear totalmente una noticia para desprestigiar y calumniar a todo un grupo parlamentario.

La prensa conservadora lleva  mal los vientos de cambio. A la estrategia del “Podemos-ETA” y  “Podemos-Venezuela”, se une la estrategia de fabricación de informes falsos con total desprecio a las garantías del Estado de derecho –como ya denunció Wyoming[6]- o la falsación mediática faltando al menor fundamento deontológico del periodismo, con el fin de infundir miedo. Pero el miedo ya está cambiando de bando. Los temores infundidos e infundados por la caverna no pueden tapar ya los Blesa, los Aznar, los Rato, una corrupción endémica de un Régimen cuya gangrena recorre desde el más pequeño de los ayuntamientos a las máximas autoridades del Estado. “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”. Pues eso.