Por favor, un remedio para este hartazgo - por Erasmo Quintana
Por favor, un remedio para este hartazgo - por Erasmo Quintana *
El novelista inventa,
el biógrafo siente,
el investigador encuentra
Hay quienes han convenido en considerar junto con nosotros -sobre todo los que de estas cosas entienden- que el trabajo de investigación histórica, navegando por lo común entre legajos polvorientos de un solitario y recóndito Archivo es más bien propio de personas que están en situación de privación de su libertad, por el casi infinito acopio de horas que son necesarias en tan arduo y complejo oficio de historiador. Pero ocurre que este perder la libertad o estar preso, al ser libérrimamente escogida por la cosa que se ama con pasión, en vez de ser un penoso castigo, se convierte en pura delectación del alma y en motivo de ensanchamiento de los espíritus, que vuelan alto, muy alto, cercano a las regiones sublimes del Parnaso.
Es ahí donde vemos al doctor en Historia Moderna por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y profesor de Enseñanza Secundaria, Pedro C. Quintana Andrés, autor de esta bella semblanza histórica sobre nuestra querida ciudad “Una mirada al pasado. El término de Guía de Gran Canaria (1600-1750)”. Trabajo que tenemos el honor de presentar de este incansable investigador y que el amable lector tiene en sus manos.
La presente obra de Pedro C. Quintana Andrés viene a colmar el ya rico patrimonio cultural de la patria de Luján, Gordillo y Bento y Travieso, y ese marchamo al que tanto nos tiene acostumbrados el cronista oficial de Guía, Pedro González Sosa, al que acude aquél, citándolo con sus inestimables aportaciones sobre la historia del querido solar donde nacieran tan preclaros personajes.
Nuestro historiador disecciona de entre el fárrago del texto escribanil el pálpito y el resuello de una población que luchaba pegada a la tierra y sin descanso en una época poco propicia para la más elemental supervivencia pero que, sin embargo, en la estudiada (1600-1750), lo fue menos para la Villa de Guía por ser la mejor situada económicamente de la Comarca. El autor lo expone todo con una inmejorable prosa que invita a “devorar” sin límite de tiempo sus páginas, y donde vemos cómo va evolucionando el término de Guía y su paulatina transformación hasta mediados del setecientos, época por lo demás esplendorosa en lo social y económico, llegando a doblar en vivienda fabricada y en habitantes a la originaria Villa de Gáldar. Asimismo, al final de la centuria estudiada, el comienzo del declive que se traduce en el inexplicable estancamiento de la Villa de Guía y la tendencia inusitada al alza de Gáldar, lo que es más que notorio en el fuerte crecimiento de la población del Guanartemato.
También hay lugar para referirse al edificio, primera ermita que el señor de la Conquista Sancho de Vargas puso bajo la advocación de Santa María de Guía, situada en la Villa de Abajo a cuya sombra y sonido argentado de sus campanas crecería paulatinamente su núcleo poblacional, mereciendo este
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana