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jueves, 25 de abril de 2024 03:33h.

Y al fin, Venezuela desapareció del mapa… - por Marco Lojo JIménez

 

MARCO LOJO JIMÉNEZQuien haya vivido su adolescencia en estas islas, seguro que habrá sido testigos en alguna ocasión del fenómeno de aquellos que, sin confrontar directamente en la misma, enardecen a los posibles contendientes con unas expresiones inequívocas: “¡Tain! Lo que te dijo” o “¿Tú te dejas decir eso? Chos, yo no me dejaría”. Luego, seguramente habrán visto una figura aún peor: los que, presentándose como pacificadores, haciendo que separan, aprovechan para pegar la patada a uno de los contendientes. Obviamente, no son mediadores: actúan de parte.

Y al fin, Venezuela desapareció del mapa… - por Marco Lojo JIménez​ *

Quien haya vivido su adolescencia en estas islas, seguro que habrá sido testigos en alguna ocasión del fenómeno de aquellos que, sin confrontar directamente en la misma, enardecen a los posibles contendientes con unas expresiones inequívocas: “¡Tain! Lo que te dijo” o “¿Tú te dejas decir eso? Chos, yo no me dejaría”. Luego, seguramente habrán visto una figura aún peor: los que, presentándose como pacificadores, haciendo que separan, aprovechan para pegar la patada a uno de los contendientes. Obviamente, no son mediadores: actúan de parte.

Los que me han leído hasta aquí, seguro que habrán llegado por sí solos a la conclusión de que me refiero a los desencuentros de Podemos: una inmensa pelea de colegio, en el que en lugar de confrontar políticamente unos documentos y la idoneidad de candidatos y estrategias, se han dedicado a la bronca entre “dos machos alfas”, como los ha caracterizado acertadamente Miguel Urban.

Lo cierto, es que súbitamente la crisis interna ha sido capaz de generar tal desasosiego que se han acabado las comparaciones con Regímenes políticos como el de Venezuela, organizaciones terroristas o la famosa comparación con los nazis de la Condesa Esperanza Aguirre. No es que se cierre la ventana histórica para el cambio: es que se está echando las persianas desde los sectores dominantes enfrentados. No es que haya la quintogésima manipulación mediática u ocultación por los grandes medios de comunicación: simplemente, les basta glosar las discusiones  -no políticas- internas y las jugadas e intercambios epistolares de un tándem que se viene abajo.  

Y a todo esto, ni una referencia a sus diferentes proyectos políticos. El ruido no permite el debate. Y los golpes en la mesa, de mucha militancia preocupada, apenas hacen efecto…

No todos, desde luego, han estado en esas posiciones: la honrosa excepción ha sido y es Podemos en Movimiento. Y no sólo es que actúe de parte de esa candidatura, que obviamente defiendo: es que han ayudado y conminado a postular un debate de ideas, para colocarnos en el mapa político, para confrontar proyectos, sin abandonar posiciones, pero sin dejar de lado la fraternidad que debe presidir la unidad desde los de abajo. No se habrá escuchado una declaración cargada de malicia por parte de este sector, sí llamadas, en cambio, a la explicitación de las diferencias políticas, no diferencias personales.

Colocarnos en el mapa para que vuelva a florecer ese proyecto político que hizo tambalear el Régimen del 78, colmar las esperanzas de los desposeídos en esta crisis-estafa que va tornándose interminable y señalar la necesidad de centrarnos en la estrategia a seguir deberían bastar para que Vistalegre II se pueda considerar un éxito. A veces la serenidad puede hacer emerger países y continentes: podríamos ver cómo de nuevo la casta de este país nos muestra Venezuela, como paradigma del “mal”, como el “miedo” que necesitan generar para impedir que éste cambie de bando.

Y a modo de epílogo: las peleas de perros son una terrible práctica a desterrar por el ser humano. Distinto, es cuando los perros ladran: eso, querría decir que cabalgamos… 

* En La casa de mi tía por gentileza de Marco Lojo JIménez
MARCO LOJO