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viernes, 26 de abril de 2024 08:03h.

Funeral cínico - por Paco Déniz

Es verdad que en velatorios y funerales pasa el tiempo entre sonrisas y lágrimas. Se muere alguien querido y lo lamentas, te reencuentras con amistades del pasado y lo celebras; en fin, que son momentos de emociones múltiples. Mi padre cada vez que se iba a Telde a un funeral volvía con unos supuestos primos que nadie había visto nunca, con una chispa graciosa. Todo eso cabe en un funeral, pero las falsedades están fuera de lugar.

EL ALMENDRERO DE NICOLÁS

Funeral cínico - por Paco Déniz

Es verdad que en velatorios y funerales pasa el tiempo entre sonrisas y lágrimas. Se muere alguien querido y lo lamentas, te reencuentras con amistades del pasado y lo celebras; en fin, que son momentos de emociones múltiples. Mi padre cada vez que se iba a Telde a un funeral volvía con unos supuestos primos que nadie había visto nunca, con una chispa graciosa. Todo eso cabe en un funeral, pero las falsedades están fuera de lugar. En el funeral de Mandela algunos le han echado un morro que se lo pisan. Y no satisfechos con su desubicada presencia, hacen ruedas de prensa alabando las grandezas del líder negro fallecido por su contribución a la pacificación de Sudáfrica, a la conciliación entre los pueblos y a su profundo legado democrático. Pero en cuanto vuelven a sus países siguen a lo suyo, a hacer todo lo contrario de lo que dijeron. Es el caso del presidente de todos los españoles, que se apresuró a volver para terminar de pulir la ley de seguridad ciudadana que nos multa a todos por pensar diferente, por denostar a los símbolos patrios, por poner unas urnas para que la gente decida, y para mantener a algunos presos políticos en prisión. Si Mandela fuera ciudadano español todavía estaría en la cárcel por la doctrina Parot y aguantando que algunos energúmenos de la avanzadilla de la extrema derecha pidieran su ejecución. Igual que Obama que, por muy negro que sea, está deslegitimado para alabar los esfuerzos de paz de Mandela mientras siga destrozando a todo país árabe que se le ponga delante.

Vale que es una cuestión de Estado y hay que guardar las formas, pero de ahí a intentar envolverse en el personaje es algo que ningún demócrata que conozca a estos cínicos puede tolerar. Ese traje les queda muy ancho. Si fueran coherentes, Rajoy no diría que no admitirá el referéndum catalán, Obama disolvería a la CIA y a los marines, el príncipe de los españoles abdicaría y se iría a la cola del INEM. Si fueran coherentes harían lo que hizo Pepe Monagas que, según entró en el duelo con una mazurca que te cambas, dijo: “Mire, yo vengo a acompañar, ¿no hay nada pa’ mantener?…”, Y le contestaron: “Sí Pepito, pase pa’ la cocina que allí hay ron”.

Paco Déniz