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viernes, 26 de abril de 2024 15:48h.

Los goros guanches... - por El Padre Báez

.. que para frenar y controlar a los baifos, éstos los hacían y así aislar a las crías de sus madres y aprovechar más la leche, que para el consumo y en sus ritos de ofrendas a Acorán, en las escudillas o cazoletas, derramaban.

Los goros guanches... - por El Padre Báez, presbítero *

... que para frenar y controlar a los baifos, éstos los hacían y así aislar a las crías de sus madres y aprovechar más la leche, que para el consumo y en sus ritos de ofrendas a Acorán, en las escudillas o cazoletas, derramaban. Que el goro era y es, un círculo (tagoror significa también lo mismo, donde en círculo y apoyados en sendas piedras que lo conformaban, se reunían los guanches en asambleas), de piedras, que hueco en su interior lo cubrían por encima con otras piedras o lajas -por Amurga se los ven a cada paso que se dé- y allí retenían hasta la hora de darles de mamar a los baifos, porque de lo contrario, andarían todo el santo día pegados a las tetas de los ubres de las madres, sin dejar un chorro de leche para el dueño y pastor, que a tal fin tenía sus cabras, aparte la cría de sus baifos, pero con un debido control. Cultura y términos éstos, que han llegado a nosotros a través del tiempo, como piezas arqueológicas de un valor filológico y etnográfico, y del pasado de primer orden y una vez más, relacionado con el mundo de las cabras. Cuando pequeño, vi cómo debajo de una cesta -o encerrados aparte- con una piedra encima hacía de goro, y siempre se tuvo a la cría separada de su madre, porque de lo contrario, de leche, ¡nada!; a no ser que se tratara de una baifa a criar, con la que se era más generoso, y en vísperas del sacrificio se le dejaba mamar cuanto quisiera para así obtener un mayor cuajo, de cara a cuajar la leche, o si se trataba de hacer un buen regalo, el baifo iba bien alimentado, al que no se le reducía racionalizándole la leche materna, que lo engordara.

El Padre Báez, al que le viene a la mente ahora los respingos, cabriolas, retozos de los baifos a la hora de ir a mamar, ¡con los empujones o empellones que daban al ubre, buscando la leche! Ahora, el cabildo busca a las cabras, por los riscos, dejándolos huérfanos al pegares tiros a sus madres, que muchas mueren días y semanas después en un mal trato animal perseguido y castigado por ley, de lo cual queda indemne, pues según parece, el legislador no está obligado a cumplir la ley, ¡qué bonito!, ¿no? Pues, éstas tenemos: el cabildo matacabras, las mata, sin más justicia que para el cabildo no la hay, y mira p´ otro lao.

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“... se ha pervertido el pueblo... se han desviado... pueblo de dura cerviz...” (Ex. 32, 7-14). / “... tierra fértil, con árboles frutales...” (Núm. 12, 16-13, 3. 117-33)./ “... que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes...” (Is. 55, 6-7). / “... se volvieron atrás sus corazones,  se han desviado del camino... son nuestra desgracia y opresión...” (salmo 43). / “... les indico el camino a seguir, pero...” (salmo 142). / “... ¿dónde los ubres abundantes?...” (Is. 66, 10-14a). / “... la hierba... el alimento del ganado...” (Salmo 146). / “... renegados, dan asco...” (salmo 118). / “... comerás del fruto... olivos...” (salmo 127). / “... el segador que agavilla...” (salmo 128).

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Lo de Arucas, ¡clama al cielo!: con el hambre, paro y miseria en la que estamos (todo el mundo mirando hacia Cáritas por si le dan algo que echarse a la boca), emulando al cabildo, en lugar de plantar: olivos plataneras, cañas de azúcar, higueras, mangos, perales, etc., echen un ojo a lo que planta. De lo que den de comer esos árboles los alimentaba yo, ¡se iban a morir de hambre!:

Arucas planta cerca de 300 plantas de acebuches, lentiscos y guaydiles para conmemorar el Día Municipal del Árbol.

Me pregunto y digo: ¿por qué no los arrancan, y plantan en su lugar árboles que les den comida? Es una idea, ¡digo (si hubiera cordura)! En lugar de acebuches, ¿por qué no olivos?, etc.

 

* En La casa de mi tía por gentileza de El Padre Báez