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lunes, 29 de abril de 2024 11:19h.

Ineficaz e impasible - por Isidro Santana León


Lo hemos exigido los grupos independentistas, a excepción de alguno que, oportunistamente, lo cacarea hoy: la necesidad imperiosa de una ley de residencia para Canarias. Cuando comenzó este incendio, algunos nos llamaron racistas, xenófobos, etc., por querer detener el avance de las llamas y, concretamente usted, señor Rivero, miraba impasible cómo el fuego lo derruía todo, e incluso se vanagloriaba con la pira, para alertar ahora, sobre las cenizas de la patria, que hay que apagar los rescoldos del caos...
Ineficaz e impasible - por Isidro Santana León

Lo hemos exigido los grupos independentistas, a excepción de alguno que, oportunistamente, lo cacarea hoy: la necesidad imperiosa de una ley de residencia para Canarias. Cuando comenzó este incendio, algunos nos llamaron racistas, xenófobos, etc., por querer detener el avance de las llamas y, concretamente usted, señor Rivero, miraba impasible cómo el fuego lo derruía todo, e incluso se vanagloriaba con la pira, para alertar ahora, sobre las cenizas de la patria, que hay que apagar los rescoldos del caos. Este asunto sale a relucir en el blog del presidente del gobierno de Canarias, y que yo leo en el colonial Canarias7, el 24/12/12. Verá, señor Rivero, usted y su tropa nacinalistoide, no tienen vergüenza. Ni siquiera tienen la decencia de exponer los datos reales de la población foránea en nuestro archipiélago, e instrumentaliza los falsificados por el INE (Instituto Nacional Español de Estadística), que anota la entrada de 180.000 extranjeros en Canarias, en diez años, cuando la realidad es que, en esa década y hasta la actualidad, nos han invadido unos 550.000 si añadiera los 370.000 extranjeros españoles –aparte de otra tanda de colonos de esta nacionalidad que, con anterioridad, ya estaban asentados aquí– y que usted y ese instituto colonialista soslayan arteramente.

Hace más de diez años, los independentistas canarios y algunos expertos en demografía –los pocos sensatos que se atrevieron a hablar del fenómeno– advertíamos que Canarias no contaba con territorio suficiente para absorber el ingente flujo de personas que entraba sin control en esta tierra. Todo ocasionado por la desmesurada construcción a la que su gobierno les abrió los brazos con placer, dislate que, lamentable e irremediablemente, ha degradado la mayor parte de nuestro territorio, inclusive, usando para el menester hasta los terrenos agrícolas que recalificaban para seguir con los pelotazos y la corrupción, desarraigando a los barrios y sus costumbres para que los ricos y los foráneos ocuparan sus lugares originarios y un tochazo de libro que se habría de escribir para señalar el daño causado a Canarias y a su pueblo en tan poco tiempo. También le advertíamos, los independentistas canarios, que era necesario apostar por un modelo económico diversificado –iniciativa que dijo, antaño, poner en marcha y no lo ha hecho– donde se potenciara el sector primario, secundario y terciario, así como que los recursos estratégicos (energía, aguas, comunicaciones, puertos, aeropuertos etc.), estuvieran bajo estricta vigilancia y control público, que para nosotros sería la nacionalización, y que así nadie especule con la vida y el futuro de la población. 

Ahora, después de tanto tiempo de saber la lección, además de no desear ponerla en práctica, quiere abrir un debate… ¿para hablar de qué y con quién?, ¿es que usted no ha oído el clamor del pueblo canario?, ¿usted nunca se ausenta de su coroto y se acerca al vulgo? No hace falta debate alguno. Existen una herramienta que manejan países europeos como Groenlandia, las Islas del Canal, incluso la misma Alemania la ha intentado usar –entresijos legales que conoce porque nos lo ha escuchado a nosotros, pues usted no ve más allá del vértice de la nariz–, como es la Ley del Control de la Residencia. Ponla en marcha, mi niño, ahora más que nunca por motivos excepcionales, como hace tu jefe en España con los decretos; no dejes entrar un español más en Canarias, a no ser que venga de turista y, si por mí fuera, con pasaporte. Claro que usted no se atreve porque tiene que pedir permiso a sus amos de la metrópoli, o buscar la aprobación de los partidos godófilos en Canarias. 

Hace mucho tiempo, algunos compatriotas nuestros se reunieron con ustedes, para advertirles que había que darle un giro radical a la locura que se estaba haciendo con y en nuestra nación y la previsible potencial debacle; pero, su grupo, siempre apoyado por los partidos españolistas y muy apegado al poder, con una estrategia endogámica, altanera y soberbia, ni siquiera reflexionó sobre nuestras advertencias, sino que justificaban el fenómeno de muy positivo porque se creaba mucho empleo y porque la desgraciada población canaria estaba contenta, ya que se ganaba mucho dinero, se derrochaba a raudales, y los políticos robaban a plena luz del día, sin el más mínimo pudor y con la anuencia de la “justicia”, maraña perniciosa que le ha servido a su grupo para mantenerse en el poder y seguir mamando de aquel ubre artificial que le pusieron a Canarias. ¿Para qué quiere usted hablar del problema migratorio, para que venga más gente? Desde que Belicoso Soria se entere de que usted aspira a regular la demografía, mandará con destino a Canarias algunos trasatlánticos repletos de españoles en paro –pues usted sabe la carencia de escrúpulos de éste– para seguir jodiéndonos la vida, no tanto a usted como al pueblo canario, brío que se le desinflará, como en Cataluña, desde que usted, si se considera nacionalista canario, le plantee un calendario de descolonización para el traspaso de la soberanía. Plantéeselo al godófilo Perez, a lo mejor, quien sabe, coge el rumbo de Pasqual Maragall. La cosa está muy jodida y a los canarios sólo nos queda, no una salida: la salida… Le deseo lo mejor, no porque estas fiestas católicas me ablanden, me han dicho que no es usted mala persona, que su problema es que le puede más la cobardía que el arrojo. Le adjunto un poemilla que está publicado en mi libro “A los vivos y a los muertos”; suelo exponerlo para esta fiesta. Espero que le guste.

“Feliz navidad”

Ya están aquí las fiestas,
fiestas de la hipocresía,
donde el sistema se sacia
cubriéndose de fantasía,
aparentando sus mafias
altruismo y bonhomía.

…Las fiestas de los derroches,
del fausto y la melodía,
que apesadumbran al pobre
y al ricachón de alegría 
se le colma la morada
que aprovisionó enseguida.

…Sí, exuberante de goce
¡y hasta de filantropía!
con el dinerario importe
que, a explotación abusiva, 
saca al productor soporte
de esta polis corrompida
donde ausente de valores
el humanoide camina.

…Quien sin dignidad y por orden
se arrastra por la comida
y en un desmán y desorden
gasta lo que le designan,
aunque a su poder desborden
el turrón, la golosina

Mas el patrón se hizo “dulce”
porque la fiesta es bendita:
dice el consumista obrero
que engorda al capitalista
con devengados dineros
hasta el bolsillo rentista.

Lucra el rico y se da porte
mientras en la calle mendiga
un andrajoso canario
con cara de muerto en vida:
extendiendo flaco brazo
pidiendo alguna propina
para, cuando junte los cuartos,
correr a por la papelina
en que se envuelve su amante, 
su atractiva heroína.

…Y el Champán sobre la mesa,
y el gran pavo en la cocina,
y en la calle los cartones
en recovecos y esquinas:
donde se apilan los hombres
y las mujeres vencidas
por la hambruna pegajosa,
por la droga, por la priva,
que le ensartó esta bazofia,
esta sociedad podrida,
fría, cruel, invalorosa,
despiadada, asesina.

Sí: en el olvido los rostros,
¡siempre!, ¡toditos los días!
durante el año completo,
y en navidad se amnistía.

Así el egoísta mortal
de la conciencia cochina,
con Dios quedará en paz
y gentil ante las vecinas.

…Por los humildes profesa
-dice en confesión divina-:
un solo rato en el año
y el resto, vil, los margina.

Luego, toditos se alocan
al son de las campañitas
gastos que no dan respuesta
a mil situaciones malditas.

Y mientras los que pueden corren
ufanos a toda prisa,
las caritas de otros niños
no expresan una sonrisa.

…Si: la de los desheredados
de esta secular mentira,
de esta mierda de mercado
al que algunos sólo miran
cómo se empapa el mantel
y se vota la comida.
Mas después a suelto pie
ronca el burgués las delicias,
cuando el recoveco pelea
por cartones e inmundicias
con que cubrirse la piel
del sereno y la injusticia.

Allí, en misa del gallo,
del pollo, o de la gallina,
se dan los golpes de pecho
fulanito y menganita.
Y los hermanos sin techo
seguirán en la desdicha
por el rico y su despecho
egoísta y fratricida,
que le quitó los derechos
al paria y a la familia,
que recuerda sólo en pascua
y mata con la desidia
para entregarles el pan
que a diario necesitan.

Pues dice la tradición
que en Noche Buena se invita
al agasajo impostor
a un pobre y a su pobrecita.

Y cuando pasa la farsa 
el rugir de las tripitas
fugaz lo obvia el señor
y su pulcra mujercita
cumpliendo sin condición
lo que sus conciencias le dictan.