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jueves, 18 de abril de 2024 15:56h.

La cuestión no es soñar con ser SYRIZA, sino construir SYRIZA

Es ilusionante comprobar como una idea simple, sencilla y grande a la vez, se abre camino entre las izquierdas del estado español y es la de siguiendo el ejemplo griego construir SYRIZA. Es decir una agrupación de izquierdas, unida, fuerte y con voluntad de ser gobierno. Pero en la que se integran diversas fuerzas y tradiciones socialistas, eurocomunistas y radicales de izquierdas. En el caso español es imprescindible añadir los nacionalismos de izquierdas.
La cuestión no es soñar con ser SYRIZA, sino construir SYRIZA - por Carlos Martínez

Es ilusionante comprobar como una idea simple, sencilla y grande a la vez, se abre camino entre las izquierdas del estado español y es la de siguiendo el ejemplo griego construir SYRIZA. Es decir una agrupación de izquierdas, unida, fuerte y con voluntad de ser gobierno. Pero en la que se integran diversas fuerzas y tradiciones socialistas, eurocomunistas y radicales de izquierdas. En el caso español es imprescindible añadir los nacionalismos de izquierdas.
 
SYRIZA además ha tenido la suerte de encontrar un liderazgo común, una persona aceptada y además inteligente y dialogante. SYRIZA ha dado acomodo a eurocomunistas, su núcleo inicial, junto a antiguos maoístas, neotrostkistas y socialistas procedentes del PASOK, que hace ya tiempo se enfrentaban a las políticas neoliberales de su partido en el Gobierno y tuvieron la gallardía y honradez, en tanto que socialistas de votar en contra de los recortes y las imposiciones de la Unión Europea.
 
SYRIZA es pues algo nuevo. No es SYNAPISMOS, su fuerza inicial, es SYRIZA.  Por tanto construir SYRIZA en España, sino se quiere hacer una operación de maquillaje, es construir algo diferente, partiendo de lo existente, claro y reconociendo la realidad, pero buscando la credibilidad y las mismas caras y aparatos de siempre, no la dan precisamente.
 
Hace falta una gran dosis de generosidad. Pero también un análisis social, sociológico y político de la realidad del reino de España, al objeto de estudiar el porqué fuerzas emergentes de la izquierda, apenas alcanzarían el 12% de los votos.  No se cambia la realidad ni siquiera con treinta diputadas y diputados, salvo que quiera construirse una fuerza de influencia y subsidiaria.
 
Hoy existe un discurso compartido en las izquierdas, que por cierto en gran parte ha sido construido, desde los movimientos sociales y por los movimientos sociales. Vía Campesina, Ecologistas en Acción o ATTAC por ejemplo, así como los movimientos feministas, antipatriarcado y por la igualdad sexual, son fácilmente identificables en cualquier documento o declaración de principios. Luego, al menos preguntemos, acompañemos y reconozcamos su importancia. El relato por un mundo nuevo, ha sido construido por los nuevos movimientos sociales y no hace falta citar autores y textos, para dejar muy clara, esta afirmación.
 
El Socialismo, como camino de justicia e igualdad, reparto y justicia, democracia económica y control público y político de la economía y profundamente democrático, es una aspiración compartida, una meta a la que pongamos apellidos como del siglo 21 o no, es una meta de radical igualdad y democracia real. Socialismo no es socioliberalismo, ni mucho menos tercera vía que asume el capitalismo. Socialismo es construir una sociedad nueva, con un concepto económico diferente y de todos, no de unos pocos. Socialismo es además una de las grandes tradiciones de la izquierda y por cierto en este Estado, muchas personas de izquierdas, sindicalistas, altermundistas o simplemente progresistas, se identifican con él. Insisto, hablo de Socialismo, no de engañabobos. Habrá pues militantes y activistas que tengan algo que decir ¿O no?
 
Creo que construir SYRIZA es para ir a por el 35% de los votos al menos. Es posible. Es imprescindible.
 
La crisis social y de régimen a la que está siendo sometido este Estado y las agresiones contra las clases populares, por parte de las oligarquías políticas y sobre todo las económicas, exige un esfuerzo de convergencia social de las izquierdas y los socialismos transformadores.
 
Hace falta reaccionar ya, con fuerza y contundencia en la calle. Pero también en la política. Urge una convergencia política. Es imprescindible, pero seria, verdadera, participativa y amable, respetuosa, educada. Guante de terciopelo interno y puño de hierro contra el neoliberalismo.
 
No quememos ideas. No estropeemos el futuro. Construyamos juntos y seamos otra cosa. Una cosa, con primarias, elecciones internas locales, liderazgos sociales de base y programas profundamente antineoliberales.  Pero también cogiendo el toro por los cuernos: y eso pone encima de la mesa, el problema-negocio de la deuda, la banca pública, la Unión Europea y el euro, así como el enfrentamiento a la dictadura del mercado y la dictadura oligárquica en la que se ha convertido el Reino de España.