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viernes, 19 de abril de 2024 17:14h.

Las Secuelas de las Dictaduras (parte I) - por Carlos Gallo Garavano

En este artículo trataré de plasmar mi experiencia de vida, marcada por dos dictaduras en Argentina como fueron la de Onganía y la de Videla (que falleció este 17 de mayo).

Las Secuelas de las Dictaduras (parte I) - por Carlos Gallo Garavano (*)                                            

18 de mayo de 2013

En este artículo trataré de plasmar mi experiencia de vida, marcada por dos dictaduras en Argentina como fueron la de Onganía y la de Videla (que falleció este 17 de mayo).

Lavado de cerebro

Nací en Morón Argentina en 1952 a 20 km de la Casa Rosada (donde reside la presidencia del gobierno argentino) cuando el presidente constitucional era el militar General Perón, elegido democráticamente en 1946 y que había formado parte como vicepresidente del gobierno anterior durante la presidencia de facto por golpista del General Pedro Pablo Ramírez, pero en 1955 otro golpe militar que se mantuvo hasta 1958 cambió de General al frente del país.

Le siguieron gobiernos civiles tutelados y condicionados por los militares, donde Perón y su partido estaban proscriptos, de esa forma transcurrió el tiempo entre 1958 y 1966 durante la presidencia de Arturo Frondizi, José María Guido y de Arturo Illia.

En los inicios de la década de los 60, se produjeron varias revueltas militares, con tanques en las calles, donde se enfrentaban entre ellos mismos con los famosos bandos de azules y de colorados, pero en junio de 1966 se unieron nuevamente para el nuevo golpe militar del Teniente General Onganía que duró hasta 1973, cuando el Teniente General Lanusse permitió unas elecciones democráticas libres que incluía el retorno del partido peronista y de su líder Juan Domingo Perón. Paradójicamente el ex presidente constitucional Arturo Frondizi apoyó abiertamente el golpe militar que derrocó a otro presidente constitucional.

Democracia entre mayo de 1973 y marzo de 1976, donde fueron presidentes Héctor José Cámpora, Raúl Alberto Lastiri, Juan Domingo Perón y María Estela Martínez y nuevamente los militares con el Teniente General Videla a la cabeza realizaron un nuevo golpe de estado e instauraron una nueva dictadura, que resultó ser la peor de la historia argentina y que todavía sigue generando consecuencias en el pueblo argentino y extranjero, con el dolor irreparable de los desaparecidos.

Con los años conocimos otra parte terrible de la historia vivida, que no debemos olvidar y se la conoce como “Operación Cóndor” o “Plan Cóndor”, nombre con que se conoce el plan de coordinación de operaciones entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales de Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y esporádicamente, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, con la CIA de los EEUU, durante las décadas de 1970 y 1980, cuyo director en 1976 fue George H. W. Bush, que posteriormente fue vicepresidente de EEUU entre 1981 y 1989 y presidente de EEUU entre 1989 y 1993.

En este apartado una mención muy especial para el aparente ideólogo del mencionado plan Henry Alfred Kissinger, Consejero de Seguridad Nacional de EEUU entre 1969 y 1975 y Secretario de Estado de EEUU entre 1973 y 1977 coincidiendo con las épocas más duras y lamentables del Cóndor, por sus consecuencias principalmente en vidas humanas.

Afortunadamente desde diciembre de 1983 hasta la fecha hay democracia en Argentina, de la que disfruté hasta agosto de 1986 al trasladar mi residencia a Canarias, época democrática que comenzó con el presidente Raúl Ricardo Alfonsín y actualmente sigue bajo la presidencia de Cristina Fernández.

Entre 1970 y 1978 estudié en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, situada a 700 metros de la Casa Rosada, donde me tocó vivir la dictadura post Onganía, la época democrática y la peor parte de la dictadura de Videla.

Mi título universitario me permitió trabajar entre 1975 y 1986 (traslado a Canarias) en la “AENA” de Argentina, que gestionaba todas las pistas de aviación del país y en esa época dependía directamente de los militares del “Ejército del Aire”.

En esos años no existía internet y los controles sobre los medios de comunicación mediante la censura o de los propios medios mediante la auto-censura (acción más grave por ser culpa propia), permitía aislar en forma simple y total a la población argentina de la verdadera realidad mundial.

Todo lo escrito en los párrafos anteriores es para demostrar como un ciudadano, argentino en este caso, podía tener el cerebro manipulado y lavado como consecuencia de haber vivido casi exclusivamente con los “buenos” de los militares y sus famosos lemas para mejorar Argentina: “Revolución Libertadora”, “Revolución Argentina”, “Proceso de Reorganización Nacional” y llevarla a las primeras posiciones del ranking mundial y lo más importante protegerla de los malos del mundo.  

En definitiva te hacían creer que eran nuestros salvadores y héroes. Hasta ganaron el mundial de futbol de 1978 pagando partidos o realizando acuerdos con sus colegas del último gobierno militar de Perú.

En los próximos días se publicará la segunda parte de este artículo

(*) [email protected] - Carlos Gallo Garavano, reside en el Sureste de Gran Canaria