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domingo, 28 de abril de 2024 08:08h.

¿Seremos capaces de librarnos de tanta ignominia?

Maniobras militares. Obediencia y protección ambiental - por Rafael J. Rodríguez Marrero

 

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Maniobras militares. Obediencia y protección ambiental - por Rafael J. Rodríguez Marrero

 

La pasada semana algunos medios de comunicación parecían celebrar el anuncio de nuevas maniobras militares organizadas por la Armada española en Canarias. Nominados como Sinkex-23, los ejercicios aeronavales se realizarán en aguas al sur de nuestro archipiélago.

Los medios de comunicación transcriben la noticia del portal web defensa.com, https://www.defensa.com/espana/ejercicio-lanzamiento-armas-lhd-juan-carlos-i-harrier-sh-60f,  en la que resumen las peculiaridades de tales maniobras.

También la web de la casa real nos informa de los ejercicios pues el rey de España acudirá a los mismos. En dicho medio nos dicen que “Don Felipe asistirá, a bordo de la fragata “Méndez Núñez” al ejercicio de la Armada “Sinkex-23”, que se desarrollará entre los días 29 y 30 de junio”. Añade la web que “en el ejercicio “Sinkex-23” está prevista la intervención de los buques LHD “Juan Carlos I”, las fragatas “Méndez Núñez” y “Canarias”, los BAM “Rayo” y “Relámpago”, el patrullero de altura “Centinela” y el buque auxiliar “Mar Caribe”, que se ocupa del remolque del buque “Martín Posadillo”, así como aviones de combate AV-8B “Harrier II” de la 9ª Escuadrilla y helicópteros SH-60F de la 10ª Escuadrilla. También, participará el submarino S-81 “Isaac Peral”, última incorporación de la Armada y el buque más avanzado de su flota”. 

Todo un elenco de cacharros aeronavales para deleite de flora y fauna marina y para disfrute de cuantas personas se creen el “cuento de la defensa”.

 La población canaria debe estar tranquila; sabe que el estamento militar se caracteriza, entre otras actitudes, por la obediencia. Las gentes de memoria -y también las hemerotecas- recuerdan los numerosos zifios que murieron en nuestras aguas archipelágicas por el uso de sonares en maniobras navales del Ministerio de Defensa, allá en 2002. Una investigación realizada en aquellos años por el equipo del Centro Atlántico de Investigación de Cetáceos del Instituto de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (IUSA) mostró que los animales habían muerto “por una enfermedad descompresiva debido a la utilización del sonar”. Estudio que llevó al Parlamento Europeo a recomendar una moratoria en el uso de este tipo de sonares. Compromiso que incorporó el gobierno español a partir del año 2004 en relación a las aguas perimetrales de Canarias. 

La obediencia de la que presume el estamento militar queda patente en la nota de defensa.com. Efectivamente, nos dicen que para cumplir con el compromiso del gobierno, los ejercicios no implicarán “el uso de sonares activos a poniente y al sur dentro de las 50 millas náuticas de las islas más occidentales”; por ello, la zona seleccionada para los lanzamientos de misiles y torpedos contra el buque logístico Martín Posadillo -retirado del servicio en 2020- y otros blancos “se encuentra a una distancia de 100 millas náuticas (182 km) del archipiélago canario”. 

Como decía, podemos estar tranquilos. En el océano que nos baña y en el territorio que ocupa Canarias, parece, sólo habitan zifios. Una lástima que estos obedientes militares se rían de la decisión soberana del pueblo canario que viene diciendo desde hace décadas, incluso mediante referéndum, que somos un pueblo de paz; que no queremos cacharros para las guerras.

Sorprende aún más el contenido de la nota del estamento militar -a través del mencionado portal web- cuando afirman que “la elección de esta zona, manifiestamente alejada de las rutas marítimas y aéreas, supone la respuesta a la realidad medioambiental de las Islas Canarias así como una muestra más del compromiso de la Armada con los retos y demandas necesarios para la protección del medioambiente, el desarrollo sostenible y su permanente preocupación por reducir el impacto de la actividad en el medio marino”.

Lo dicho, el Ministerio de Defensa y el estamento militar no nos protegen únicamente de enemigos -reales o ficticios-; se encargan de la protección de nuestro medio ambiente, "haciendo que las guerras y las maniobras preparatorias a las mismas sintonicen con el desarrollo sostenible y un saludable medioambiente".

¿Seremos capaces de librarnos de tanta ignominia?

Rafael J. Rodríguez Marrero.

Montaña Hendida, Fuerteventura. 27/junio/2023


* Gracias a Rafael J. Rodríguez Marrero
 

RAFAEL JUAN RODRÍGUEZ MARRERO reseña
mancheta junio 23