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viernes, 26 de abril de 2024 22:20h.

Martí y Canarias - por Francisco Javier González

 

FRASE FRANCISCO JAVIER

Martí y Canarias - por Francisco Javier González *

martí atentadoConfieso que no esperaba que el gobierno "autónomo" hiciera alguna manifestación de repulsa a la gusanera por las delirantes acciones sobre las estatuas martianas en Cuba. Era difícil por el temor a que los clasifiquen como alineados con el gobierno actual cubano, aparte de que en realidad Martí era un disidente, un revolucionario alzado contra el colonialismo español y eso puede pegarse como el coronavirus -que no es lo mismo que el virus de la corona que padecemos- y podría entenderse que alientan a la subversión o incitan a los independentistas. Tampoco el canario de a pie ha manifestado malestar o interés, ponendo una vez más de relieve que se intenta que desconozcamos nuestra propia historia. Esa es una las labores que mejor desarrollan "nuestras" sumisas autoridades delegadas en su actuación como medianeros de la finca colonial.

Para que, al menos los amigos, no olviden de lo que procedemos y lo que hemos sido,vuelvo a publicar la parte final de un artículo de 2014 (LA CUBA ESCLAVA Y LOS “ISLEÑOS”) acompañada de un par de imágenes de apoyo y muestra de nuestra presencia en la isla más canaria del Caribe. El gofio y una imagen del homenaje anual a Nicolás Estévanez. (esta es del 2015)

gofio la lucha cubacanarias cuba

MARTÍ EL APOSTOLComo muy bien encabeza su trabajo Manuel Hernández González en el nº 459 de la revista BienMeSabe (10/01/12) “La identidad canaria recreada por Martí”: “Para Martí, como para el conjunto del pensamiento emancipador cubano y para el concepto de la identidad isleña en Cuba que subyace en la visión criolla, los canarios son un pueblo criollo ultramarino conquistado por los españoles. Una idea que también se expresó en la América colonial y la independencia de Venezuela”. Bolívar hizo suya esta idea de una identidad diferenciada del español y el canario en su Decreto de Guerra a Muerte: “Españoles y canarios contad con la muerte aunque seáis indiferentes, si no obráis por la liberación de América...” Podemos dar un repaso a los movimientos liberadores en América y en todos encontraremos canarios y la mayoría no encajan en ese papel de siervos de la gleba que claman por mantener su servidumbre a cambio de asegurar su ruin presente. Todo lo contrario.

Es evidente que entre las elites coloniales en Cuba había canarios, pero el grueso de la emigración canaria a Cuba era fundamentalmente campesina. CANARIOS CUBARealmente la emigración isleña a América está presente desde los tiempos iniciales de la colonización española, aunque se incrementa primero a fines del XVI con la caída del cultivo de la caña y la exportación de azúcar isleña a Europa por el menor precio del azúcar americano, especialmente el procedente del Caribe colonial. Más tarde, en pleno XVII, se experimenta otro incremento considerable de la emigración isleña hacia América dependiendo de los vaivenes de la exportación de vinos y las hambrunas isleñas. Desde el último cuarto de ese S. XVII (1678) los españoles obligan a la emigración forzosa de familias canarias a los territorios americanos que querían poblar o defender (especialmente Rio de la Plata-Uruguay; Texas; Luisiana; California; Florida; Puerto Rico y Cuba) instaurándose el llamado “Tributo de Sangre” que tomaría carácter oficial con el “Reglamento Real de 1718” que obligaba a la emigración americana a 5 familias de al menos 5 miembros cada una por cada 100 toneladas exportadas desde Canarias a las colonias americanas.

Los factores adversos que reinaban en Canarias en el XVIII, tanto los climáticos como el desequilibrio entre producción/exportación agrícola y crecimiento poblacional, como los factores estrictamente políticos –deseos de la corona española de poblar la isla de Cuba- provocan un gran incremento de la emigración campesina isleña, tanto la auspiciada por la corona como la ilegal. El núcleo fundamental de los cultivadores de tabaco que se establecen alrededor de la población de Jesús del Monte estará así formado por nuestros “magos” o “mauros” emigrados que van extendiéndose por zonas adyacentes cercanas a cursos de agua, las denominadas “vegas”, como San Miguel de Padrón, Bejucal, Santiago de Las Vegas, Sagua, Bayamó, Guanabacoa….pasando los campesinos canarios -convertidos ya en “guajiros”- a denominarse como “vegueros”.

Resultado de imagen de "Rebelión de los Vegueros"De esos magos convertidos en guajiros va a nacer el primer movimiento anticolonial de toda la América moderna, que fue la "Rebelión de los Vegueros" de 1723, en que los vegueros canarios de Santiago de las Vegas se alzan contra la dominación española en Cuba y la explotación a que los sometía la metrópoli a través del "Estanco del Tabaco". La condición inferiorizada del isleño frente al español nos la muestra una cuarteta de la época colonial: "El Gobernador del Cayo/ ha ordenado con empeño/ que quien no tenga caballo/ que se indio naborímonte en un isleño." Aplastada por el colonialismo, la revuelta de los canarios en Cuba finalizó con la muerte de los isleños más destacados, a los que el Indio Naborí dedicó una sentida décima que comienza con la cuarteta "Doce vegueros de acción/ terminaron su destino/ colgando del camino/ de San Miguel de Padrón..."

Resultado de imagen de canarios guerra independencia de cubaLa última independencia americana tiene también el acento cubano de la solidaridad internacionalista canaria. No solo por los Mayores Generales canarios como Salvador Hernández Ríos y Manuel Suárez Delgado, o los Generales Julián Santana, Jacinto Hernández Vargas, Matías Vega Alemán y Lucas Marrero, o los militares de alta graduación como el comandante Antonio Ramírez o el capitán Agustín Fleitas Santana, ambos muertos en combate contra las tropas españolas, sino y sobre todo, por los miles de canarios, algunos de mi propia familia, que combatieron en las filas mambises como simples soldados. Incluso algunos estaban ya alzados mucho antes del Grito de Yara como Manuel Martín, el para los españoles "bandolero" y para los cubanos "Rey de los campos de Cuba". Recuerdo a mi tío-abuelo Ramón que cantaba una décima que comenzaba con “Y dice Manuel Martín/ que si no le dan centenes/ descarrila hasta los trenes/ y mata a la policía….”

Para calibrar correctamente lo que era esa presencia combatiente canaria hay que escuchar la palabra del propio José Martí: "Allá, hace años, no había en el presidio de La Habana penado más rebelde, ni más criollo, que un bravo canario, Ignacio Montesinos. Toda la ira del país le chispeaba en aquellos ojos verdes. Echaba a rodar las piedras como si echase a rodar la dominación español... ¿Quién mejor que este isleño podría llamarse cubano? Ni es raro que el hijo de Canarias, mal gobernado por el español, ame y procure en las colonias de España la independencia que por razón de cercanía, variedad de origen y falta de fin bastante, no intenta en sus islas propias...

JOSÉ MARTÍsecundino delgadoMartí, que de ser venezolano sería "blanco de orilla" como isleño de madre, nos conoce perfectamente. Entiende incluso a los compatriotas que dan su apoyo al opresor español allá y aquí, entonces y hoy, a aquellos de los que diría el prócer independentista canario Secundino Delgado que "es doloroso ver hermanos nuestros por quienes derramaríamos gustosos hasta la última gota de sangre, laborando contra nosotros, y sirviendo de instrumento al adversario común, quién se esfuerza por lanzarnos al abismo." (¡Mis canarios!. El Guanche nº 5. Caracas).

Para ellos, continúa Martí: Del bien raíz suele enamorarse el hombre que ha nacido en la angustia del pan, y cultivó desde niño con sus manos la mazorca que le habría de entretener el hambre robusta; por lo que ha salido el isleño común, mientras no se le despierte su propia idea de confusa libertad, atacar, más que auxiliar, a los hijos de América, en quienes el gobernante astuto les pintaba el enemigo de su bien raíz. Pero no hay valla al valor del isleño, ni a su fidelidad, ni a su constancia, cuando siente en su misma persona, o en la de los que ama, maltratada la justicia o que ama sordamente, o cuando le llena de cólera noble la quietud de sus paisanos. ¿Quién que peleó en Cuba, donde quiera que pelease, no recuerda a un héroe isleño? ¿Quién, de paso por las islas, no ha oído con tristeza la confesión de aquella juventud melancólica?. Oprimidos como nosotros, los isleños nos aman. Nosotros, agradecidos, los amamos.

Martí termina este escrito (Patria. 27 agosto 1892) diciéndonos: Pronto va a tener Montesinos la ocasión suspirada de servir a Cuba. El Montesinos martiano, de quién me dicen amigos cubanos que, probablemente, era gomero de nacimiento y murió en la "Guerra Grande", no pudo luchar por la independencia de su propia patria, pero ayudó a plantar en ese hogar de exilio la semilla de la libertad cuando se le despertó su propia idea de confusa libertad como analizaba Martí.

Desde Secundino, perseguido por su actuación en Cuba, apresado en Tenerife e injustamente encarcelado en Madrid por el general Weyler – el “Carnicero de Cuba”- esa semilla libertaria, esa idea, ya no confusa, de libertad e independencia nacional, ha arraigado en nuestro propio suelo y hoy, cualquiera de esos canarios liberadores de naciones y continentes sometidos al yugo español, estarían en esta su patria luchando por nuestra independencia, por nuestra soberanía nacional.
 

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Francisco Javier González

francisco javier gonzález
 

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