La mentira como parapeto y defensa - por Erasmo Quintana
La mentira como parapeto y defensa - por Erasmo Quintana *
Mintió cuando dijo que no sabía de la marcha real de la economía de su país, algo de lo que al más despistado le alcanzaba que a un hombre de su talla, bregado por su largo periplo en la política y llamado a ser la alternancia, estaba por supuesto al día de las claves económicas al más alto nivel, por lo que no se le podía suponer en el limbo. Él sabía perfectamente de la crisis; tanto, que las autonomías gobernadas por su partido eran unas de las principales concernidas en la marcha real del momento económico.
Así que en pocos meses el compostelano se quitó la careta, por lo que le vimos su auténtico rostro. Y para justificar tan flagrante incumplimiento todo se le iba en decir que a él no le gustaba hacer lo que hacía, que no le quedaba otro remedio lo de cargar sobre las clases más menesterosas y desfavorecidas de la sociedad todo el peso de la crisis económica; que la lluvia de millones venidos de la Unión Europea para salvar a la Banca no nos costaría un céntimo; el quebrantamiento del Estado de bienestar; la modificación en el Estatuto de los Trabajadores convirtiendo a éstos en los nuevos esclavos; los recortes en Sanidad y servicios sociales; la pérdida de la capacidad adquisitiva de los pensionistas, al desvincularlos del IPC; el recorte en las libertades democráticas con la “ley mordaza” y un largo etcétera, “tenía que hacerlo”. En serio, habría que psicoanalizarlo para saber cuánto de autojustificación de su conciencia tiene y cuánto de respuesta ideológica de neoliberal convencido. El político que miente en algo trascendente pierde crédito y, no sé ustedes, mis amigos, pero al menos yo, no le compraría un coche de segunda mano.
En la caja B del PP aparece también, junto con su jefe Aznar, su mano derecha Francisco Álvarez Cascos, al que la bien urdida red de corrupción, era el propio Luis Bárcenas quien lo señalaba como FAC y el interfecto negaba que esas iniciales fueran suyas. Las conclusiones finales de la fiscal lo aleja de toda duda: se trata del intendente de Aznar. Todo ello quedó reflejado en anotaciones durante 14 años –las entradas y salidas de dinero negro- en ocho formas diferentes de la trama que integra Gürtel. Pero suerte que acompaña a Rajoy, miren ustedes, pues la crisis de independencia de Cataluña le ha venido como agua de mayo para casi esconder el escándalo de la corrupción que no cesa en el PP. A las preguntas directas que le hacen los diputados en el Parlamento al investigador oficial de la Guardia Civil sobre si Rajoy ha tenido que ver con lo que se le acusa de corrupción, la respuesta ha sido “indiciariamente, sí”, la misma respuesta cuando se le preguntó por Rato y los más que aparecen en las listas de Bárcenas.
Es muy llamativo que el problema catalán le haya servido para opacar su mayor lastre: setecientos cargos del PP imputados y que no se esté hablando de ello con lo superlativamente grave que es. Pero no importa, ello está en su genética y lo vemos ya
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintanaç