Milonga para los orientales (Una reflexión sobre las elecciones presidenciales del domingo en Uruguay) - por Gerardo Rodríguez
Milonga para los orientales (Una reflexión sobre las elecciones presidenciales del domingo en Uruguay) - por Gerardo Rodríguez, profesor de Filosofía, miembro del Secretariado Nacional de STEC-IC *
El próximo 24 de noviembre, la República Oriental del Uruguay se juega su futuro político en la 2ª vuelta de las elecciones presidenciales que se dirimirán entre el candidato del Frente Amplio, Daniel Martínez, y Luis Lacalle Pou, candidato del Partido Nacional o Blanco.
Para los canarios no deberían ser unas elecciones de un país ultramarino más, en primer lugar por la numerosa colonia uruguaya que aquí reside y, en segundo lugar, por que 50 familias canarias fundaron Montevideo y otras miles se establecieron en las pampas, al punto de que hoy se denominan canarios a todos los paisanos nacidos en los departamentos del interior, singularmente de Canelones. Allí también se come gofio, escaldado o amasado, como acredita la memorable “Oda al gofio” del gran payador Abel Soria, canario de Canelones.
El panorama político de Uruguay dista mucho del de otros países, incluido el nuestro, pues presenta como característica central la unidad de la izquierda bajo un proyecto consolidado que gobierna desde hace tres lustros: el Frente Amplio. La derecha en cambio, fue construida desde la independencia del país bajo dos partidos que se diferencian solo en algún matiz: el Partido Colorado y el Partido Nacional o Blanco, que hegemónicamente se alternaron en el poder desde entonces, salvando el periodo de la dictadura militar, hasta el año 2005. Son las viejas organizaciones fundacionales que conformaron un bipartidismo oligárquico hasta la llegada del Frente.
El Frente es ese no-lugar, ese u-topos, que tanto abunda en todas partes para nuestra desgracia, porque parece utópica la unidad de la izquierda a lo largo y ancho de nuestro pequeño mundo. Aquí, sin ir más lejos, donde solo después de unas nuevas elecciones y comprobar que el lobo existe, se dieron un, de momento, fotogénico abrazo Pedro y Pablo.
El domingo 24 de diciembre se celebra el balotaje, la 2ª vuelta de las reñidísimas elecciones presidenciales. La derecha la representa el Partido Nacional o Blanco que ya ha obtenido el respaldo del otro gran partido conservador, el Colorado, y el más inquietante de Cabildo Abierto, la ultraderecha que por primera vez aparece en el panorama político uruguayo, a rebufo del auge de opciones de este perfil en América y Europa. Su respaldo tiene un peaje que deben pagar los blancos, en caso de una hipotética victoria, lo que hará más derechista la acción política que deberán consensuar una vez alcanzado el poder.
Estuve presente en la Convención del Frente que proclamó las candidaturas de Daniel Martínez a la presidencia y Graciela Villar a la vicepresidencia y, a pesar del ambiente de euforia contenida que se respiraba, todos sabían que el resultado era incierto, al contrario de lo ocurrido en las campañas de Vázquez y Mujica, como después reflejaron los resultados de la 1ª vuelta. La victoria del Frente pende de un hilo según las encuestas.
Dos modelos de país se enfrentan y los uruguayos y uruguayas tienen la voz y la palabra, la disyuntiva es progresar o regresar, ellos y ellas deciden. Las elecciones también son trascendentales por la encrucijada en la que se encuentra América Latina y los recientes acontecimientos en Ecuador, Chile, Brasil y el golpe de Estado en Bolivia. Uruguay puede ser el guía que señale el camino a seguir por su estabilidad y la transformación que ha experimentado en los 15 últimos años.
Espero que sepan continuar por la senda del progreso y la justicia social .
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Gerardo Rodríguez