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domingo, 28 de abril de 2024 03:42h.

De la Nada a la Miseria. El largo viaje de ATI-COALICIÓN CANARIA (I) - por Julián Ayala

 

FR J AY
La casa de mi tía se honra publicando este tratado de historia de ATI que venía haciendo mucha falta

 

COATICIÓN CANARIA
COATICIÓN CANARIA

De la Nada a la Miseria. El largo viaje de ATI-COALICIÓN CANARIA (i) - por Julián Ayala Armas, periodista

I. De los orígenes al despegue

“Es de muy buena ventura

aquel que nunca subió

pues que con ello assegura

de se sentir la tristura

del triste que descendió.”

 

(Lope de Estúñiga: Cancionero)

 

PROEMIO: EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES. 2019: El viernes 14 de junio, un día después de los idus de dicho mes, según el calendario romano, hubo en Tenerife 500 movimientos sísmicos. El presagio no podía ser más alarmante, hasta el omnisciente Padre Teide estaba conmocionado por el histórico cataclismo político que se avecinaba. Habría que bucear en los meandros más insondables de la Historia para hallar una situación parangonable con la debacle de ATI-CC, que empezó en la ciudad que fue su cuna y ahora parece que va a ser también su sepultura. Fue el 15 de junio pasado. CC perdió no solo su buque insignia, la alcaldía de Santa Cruz de Tenerife, que con diferentes nombres venía ocupando desde abril de 1979, sino también las de La Laguna y Tegueste, mientras en El Rosario siguen gobernando IR-Los Verdes y SSP, con lo que los autollamados nacionalistas han perdido toda su representación en el área metropolitana de Tenerife, una zona donde viven más de 400 mil personas.

ALONSO BERMÚDEZ

 

2019: ATI (COALICIÓN CANARIA) pierde Santa Cruz de Tenerife y La Laguna
2019: ATI (COALICIÓN CANARIA) pierde Santa Cruz de Tenerife y La Laguna

 

pacto de las flores
PACTO DE LAS FLORES 2019

La debacle del partido se consolidó cinco días más tarde, el jueves 20 de junio, cuando por fin fructificó el pacto de izquierdas para el Gobierno autónomo. Después de innumerables conciliábulos, acuerdos, desacuerdos y vuelta a empezar, con triquiñuelas variadas por parte del imputado Clavijo y su equipo, la intervención entre bambalinas del ex ministro panameño del PP José Manuel Soria, y las vacilaciones y exigencias del cacique gomero Casimiro Curbelo (al que, según un amigo ocurrente, solo le ha faltado pedir una línea de AVE entre San Sebastián y Vallehermoso), CC fue expulsada también del Gobierno autónomo, después de 26 años de campar a sus anchas y a la de los poderes económicos de los que sus gobiernos –en ocasiones compartidos con el PSOE– han sido fieles medianeros. 

‘LOS ROJOS’ AL PODER. La sesión de investidura del nuevo presidente, el socialista Ángel Víctor Torres, tuvo lugar los días 11 y 12 de julio. En su discurso Torres hizo hincapié, entre otras cosas, en el giro social de su futuro Gobierno, que arbitrará una serie de medidas encaminadas a mejorar la situación de los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Para ello se establecerá un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad, de manera que pague más el más tiene y que reciba más el que más lo necesite. 

 Ya veremos si se cumple este y los otros proyectos anunciados por el nuevo presidente, pero por ahora su mero anuncio ha levantado el temor  y la indignación en los sectores más retardatarios y antisociales del empresariado canario, desde CEOE Tenerife, que predijo una desaceleración económica si se sube impuestos, al Círculo de Empresarios de Gran Canaria, cuyo presidente Mario Romero Mur, completamente desbocado, calificó el mismo 12 julio de “comunista” y “de extrema izquierda” al nuevo Gobierno. Más o menos lo mismo que dijeron en la campaña electoral y después de ella, muchos candidatos democráticamente derrotados de CC y PP, entre ellos el ex alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez y el también ex presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso. Pero han pasado los meses y todavía no han desfilado los tanques del Ejército Rojo por las Ramblas de Santa Cruz (hasta el otro día del General Franco), ni por la Avenida de Las Canteras. ¿A qué están esperando? Estos comunistas ya no son dignos de disfrutar del paraíso en la tierra. ¡Porca miseria! 

 ‘CONSUMATUM  EST’. A todas estas, faltaba cerrar el círculo del desastre, lo que tuvo lugar en solo tres días, del 8 al 10 de julio, cuando CC perdió la presidencia de los tres cabildos insulares en los que sus listas habían sido las más votadas. Así, el 8 PSOE, NC y Podemos (otra vez los jodidos comunistas) consumaron la moción de censura a Lola García, que llevaba dos semanas gobernando en minoría el Cabildo de Fuerteventura; el nuevo presidente es Blas Acosta del PSOE. El 11 lo pasaron conspirando, según su costumbre, pero el 10 PSOE, Cs y Podemos presentaron la censura en el Cabildo de Tenerife, donde el ahijado de la Virgen de Candelaria, Carlos Alonso, estaba ya repartiendo canonjías entre los suyos y sus aliados del PP. Ese mismo día, PP y PSOE hicieron público su acuerdo para desalojar a Nieves Lady Barreto de la presidencia del Cabildo de La Palma.

El 24 de julio se materializaron ambas mociones, no sin que se produjeran algunas incidencias en el Cabildo tinerfeño, donde CC intentó, mediante una treta presuntamente legal, retrasar el pleno hasta el uno de agosto. No tuvo éxito, pues el secretario de la Corporación rechazó la maniobra y el socialista Pedro Martín Domínguez fue elegido nuevo presidente. Lo mismo ocurrió –allí sin ningún incidente– en el Cabildo de La Palma, donde el bastón de mando pasó de manos de Nieves Lady Barreto, de CC, a las de Mariano Hernández, del PP. 

Consumatum est, CC ha sido eliminada de la presidencia en todos los cabildos del Archipiélago y tampoco gobierna en ninguna de las capitales insulares. Sólo un dato más, para dar constancia de la magnitud de la caída: en su feudo de Tenerife, mientras el Partido Socialista ha logrado quince alcaldías. CC solo ha conservado 8. La de Tacoronte es compartida entre NC y PSOE y la de Güímar entre CC y PSOE. El resto de los ayuntamientos son: Tres del PP, uno de IR-Los Verdes, uno de Sí Se Puede, que también son rojos, aunque un poco desteñidos, y otro de AISU. En todo el Archipiélago los ayuntamientos gobernados por el PSOE son 35 y los de CC 20. Los restantes se dividen entre PP, NC, SSP, IR-Los Verdes y algunos grupos independientes.

 

DOS IMÁGENES, DOS FECHAS. Entre las dos fotografías que siguen hay 40 años de distancia.

ATI HERMOSO BERMÚDEZ

La de la izquierda corresponde a la constitución del primer Ayuntamiento de la democracia el 20 de abril de 1979. En ella, en segundo plano a la  derecha, un Manuel Hermoso joven, pletórico y triunfante minutos antes de ser elegido alcalde de Santa Cruz de Tenerife por primera vez (1). En la segunda, un contrito José Manuel Bermúdez, ex alcalde de la ciudad, contempla, en el claroscuro que simboliza su nueva etapa política, a la flamante alcaldesa del PSC/PSOE, Patricia Hernández, en el momento de prometer su cargo. Una y otra fotografía personifican el principio y el fin de un largo viaje político que, “partiendo de la nada ha alcanzado las más altas cotas de la miseria”, frase del genial cómico Grouño Marx que viene pintipirada para definir la situación (2).

GROUCHO MARX
GROUCHO MARX

 

CUATRO ALCALDES, TRES GENERACIONES. En estos cuarenta años ha habido en Santa Cruz de Tenerife cuatro alcaldes: Manuel Hermoso, que gobernó 12 años, de 1979 a 1991 (los cuatro primeros en UCD y los ocho siguientes en ATI); José Emilio García Gómez, el más breve (no pertenecía a la crème ática), pues solo fue alcalde 4 años, de 1991 a 1995; Miguel Zerolo, el que más duró –16 años de 1995 a 2011– y el que más provecho le sacó al cargo; iba para delfín de Hermoso, pero su ambición desmedida le hizo a cambiar de ruta y ahora está veraneando en Tenerife 2, y José Manuel Bermúdez, sucesor de Zerolo en 2011 y alcalde hasta el pasado mes de junio.

HERMOSO, GARCÍA GÓMEZ, SEROLO, BERMÚDEZ, CON HERNÁNDEZ, QUE TRUNCÓ LA LÍNEA - David Cuesta en TWITTER
HERMOSO, GARCÍA GÓMEZ, SEROLO, BERMÚDEZ, CON HERNÁNDEZ, QUE TRUNCÓ LA LÍNEA - David Cuesta en TWITTER

Tres generaciones de chicharreros y chicharreras han vivido a la sombra del poder de ATI-CC. La primera y más envejecida es la contemporánea de Hermoso, que tenía 44 años cuando accedió por primera vez a la alcaldía. La segunda es la nacida en 1979, que cumple ahora 40 años, y la tercera la que vio la luz alrededor de 1999 y que en 2019 ha cumplido o cumplirá los 20 años. 

Demasiadas generaciones durante demasiados años han sufrido el paulatino deterioro de sus condiciones de vida, pues las políticas de los distintos gobiernos de ATI-CC, desde 1979 en el Ayuntamiento santacrucero, a partir de 1987en el Cabildo de Tenerife y desde 1993 en el Gobierno de Canarias, han profundizado el foso de penuria y desigualdad social heredado del franquismo. Estos largos años de gobierno oligárquico han dado lugar a una Comunidad canaria con unos porcentajes de marginación social y empobrecimiento superiores a la media española y muy por encima de la media europea, al mismo tiempo que un escandaloso crecimiento de la riqueza de las élites económicas y políticas. Uno de los factores de ese enriquecimiento ha sido la corrupción institucionalizada, “seña de identidad” de los gobiernos y gobernantes de CC y también, aunque en menor medida (pues han gobernado menos), del PP y de algunos otros grupos insularistas de derechas, como el PIL de Lanzarote.

 

CUARENTA AÑOS ATRÁS. Y todo empezó hace cuarenta años, durante la etapa de la transición política de la dictadura a la actual democracia demediada que inauguró el régimen del 78. La nueva era de recomposición del poder oligárquico cogió a trasmano al viejo empresariado tinerfeño, agrupado en dos sectores principales: el comercial, nucleado en torno a la Cámara de Comercio, Industria y Navegación, con los puertos francos y las peculiariadades fiscales como instrumentos fundamentales, y el agrario, con la Caja Rural y las exportaciones de plátanos, tomates y flores como cultivos más rentables.

Aplausos a Galván Bello en el segundo congreso de ATI (Hotel Mencey, 1986). | DA / J.R.C. / J.G.C.
Aplausos a Galván Bello en el segundo congreso de ATI (Hotel Mencey, 1986). | DA / J.R.C. / J.G.C.

Los agrarios, ligados estrechamente al fenecido régimen franquista, apostaron mayoritariamente por opciones políticas de derechas: Alianza Popular en las elecciones de 1977 y Coalición Popular en las de 1979, en los dos casos con Manuel Fraga Iribarne como candidato a la presidencia del Gobierno. Estos dos partidos fueron antecedentes del actual Partido Popular, que se constituyó como tal en 1989. Sus representantes más conspicuos en Tenerife (Pedro Modesto Campos, Emilio Gimeno, Leopoldo Cólogan…), procedentes en su mayoría de la antigua burocracia patronal e institucional franquista, fueron incluso candidatos en las primeras elecciones democráticas, donde cosecharon fracasos estrepitosos.

Simultáneamente, en la amalgama política que fue Unión de Centro Democrático (UCD), el partido que Adolfo Suárez, primer presidente de la transición, construyó con retales de diversas tendencias del franquismo aperturista, empezó a destacar, sobre todo a través de su actuación en el gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, un grupo de jóvenes empresarios y técnicos ligados a los servicios y a la industria y con cierta experiencia como gestores de empresas públicas. Fueron los casos de Manuel Hermoso Rojas, Adán Martín Menis, Luis Suárez Trenor y Francisco Ucelay Sabina, entre otros. 

Hermoso, ingeniero industrial, había sido delegado del Instituto Nacional de Industria y presidente de la Sociedad de Desarrollo Industrial de Canarias (SODICAN), era socio del constructor Honorio Socas y tenía una pequeña empresa vinculada al sector, Prefabricados Maher, S. A., así como otra serie de negocios diversificados, que iban desde una granja porcina a una planta de extracción de áridos. En lo político, había aparecido en las postrimerías del franquismo como representante del Grupo de Demócratas Independientes, del abogado Antonio García Trevijano, y posteriormente se había integrado en UCD como miembro del Partido Socialdemócrata de Fernández Ordóñez. 

Adán Martín, también ingeniero industrial, había sido –o lo era por esa época–  gerente de la empresa pública Litografía Romero y procedía de una familia adinerada, propietaria entre otras empresas de Harinera de Tenerife, S. A. Junto a ellos, Luis Suárez Trenor, economista y gestor de empresas vinculado a SODICAN y Francisco Ucelay, también economista, ligado al sector tabaquero (CITA) y a la construcción, constituyeron, entre otros, el núcleo de los que alguien por aquella época denominó los “tecnodemócratas”, algunos de los cuales, andando el tiempo, serían los principales dirigentes de la política tinerfeña y canaria.

En la lotería que fueron aquellas primeras candidaturas democráticas de los partidos de derechas y centro (se cuentan anécdotas chocantes de cómo fueron captadas algunas personas, el propio Manuel Hermoso entre ellas) resultó agraciado también un estudiante de Derecho de 22 años, Miguel Zerolo Aguilar (esta vez sí le tocó “el gordo”), perteneciente a una familia de tradición franquista, que fue el benjamín de la primera corporación democrática santacrucera. 

Estos jóvenes empresarios se lanzaron al ruedo político, y con una autoconfesada gestión empresarial de los asuntos públicos, colocaron los objetivos económicos en el puesto de mando de su actividad.

 

REVOLUCIÓN PASIVA. Algunos de estos “tecnodemócatas”, sin un plan preconcebido desde un primer momento, fueron los integrantes principales de la fracción de la burguesía canaria –más moderna y dinámica que la que apoyó y se aprovechó del franquismo– que dirigió en el Archipiélago la revolución pasiva (4), que acabó cambiando todo –las formas– para que no cambiara nada –el sistema de dominación capitalista, hoy más socialmente destructivo que nunca–. 

Primero ATI, luego la FRAIC/AIC y, finalmente, Coalición Canaria cumplieron en el Archipiélago el mismo papel que jugaron en el Estado los partidos del régimen del 78, especialmente el PSOE durante los 14 años de gobierno de Felipe González. Con la particularidad de que en las Islas las ATI-AIC-CC tuvieron que luchar en varios frentes: 

 

  • En primer lugar, contra los partidos de la izquierda avanzada (PCE y grupos a su izquierda), cuya influencia social y política no era muy grande, al igual que en el resto del Estado, pero algunos de los cuales acabaron siendo imprescindibles para consolidar la hegemonía de lo que andando el tiempo sería el nuevo nacionalismo canario. De ellos, el más importante y coherente en su acción política fue Unión del Pueblo Canario. Primer y único intento de creación de un movimiento nacional-popular autóctono en las Islas, UPC levantó grandes esperanzas prontamente defraudadas– durante su fugaz andadura en los años de la primera legislatura de la democracia, desapareciendo después víctima de la feroz reacción del sistema y, sobre todo, de sus propias contradicciones internas.

 

  • En segundo lugar, los movimientos y plataformas populares, espontáneos y surgidos ante casos concretos (torres de Vilaflor, puerto de Granadilla, anillo insular, PGOs de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, Ley del Suelo…), cuya transversalidad y apego a las demandas de los sectores sociales afectados los convirtió muchas veces en la verdadera y única oposición a la política desarrollista y devoradora del territorio de los sucesivos gobiernos de Coalición Canaria. El más importante de ellos fue Asamblea por Tenerife. Nacida en 2004, AxT fue un movimiento ciudadano inédito y sin parangón en Canarias por su organización, capacidad de movilización (sacó a la calle reptidamente a cientos de miles de personas), y claridad en sus objetivos. Durante una década imposibilitó la puesta en marcha de las obras del puerto industrial de Granadilla. Nos referiremos a ello más adelante. 

 

  • En tercer lugar, contra los partidos de obediencia estatal (“sucursalistas”), política y electoralmente más potentes que los anteriores y con diversos niveles de enraizamiento social, que se consideraban los únicos legitimados para llevar a buen puerto la transición democrática en las Islas. El principal de ellos fue el PSOE, que después de una primera época de hegemonía política pasó, a partir de su expulsión del Gobierno Autónomo en 1993, a ocupar una posición secundaria, aunque relativamente importante, en la política canaria. Pero nos estamos adelantando a los acontecimientos. Vayamos por partes.

 

DE UCD A ATI. La debacle de UCD en las elecciones generales de 1982 dejó políticamente huérfanos a los “tecnodemócratas”. Al PSOE canario, entonces en plena soberbia del poder recién adquirido –corrían los primeros meses de 1983–, no se le ocurrió otra cosa que volver a ofrecer a Manuel Hermoso la presidencia de SODICAN. Hermoso despreció esa limosna y volvió los ojos hacia un pequeño grupo político creado en algunos municipios del norte y sur de Tenerife para concurrir a las anteriores elecciones y que había obtenido las alcaldías de La Orotava, La Victoria, El Rosario y Granadilla. Era la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI), formada en torno a personajes como Francisco e Isidoro Sánchez, de La Orotava; Elías Bacallado de El Rosario; Alfonso Fernández, de La Victoria, y Froilán Hernández, de Granadilla. En esta refundación de ATI participaron también otros políticos procedentes de UCD, como el joven alcalde de El Sauzal, Paulino Rivero, y el veterano ex presidente del Cabildo, José Miguel Galván Bello, así como algunos desengañados de las expectativas de Alianza Popular.

La nueva ATI fue el partido-revelación en las elecciones locales de 1983 en Tenerife.  Manuel Hermoso revalidó la alcaldía de Santa Cruz por mayoría absoluta. Asimismo, ATI ganó las alcaldías de La Orotava –donde gobierna sucesivamente hasta la actualidad–, El Sauzal, La Victoria, Adeje y Granadilla.

 

ATI De derecha a izquierda, Elías Bacallado, Manuel Hermoso, José Miguel Galván Bello, José Emilio García Gómez y José Luis Sabina en la presentación del primer manifiesto político de ATI y su gestora. (Santa Cruz de Tenerife, 1984). D.A./J.R.C./J.G.C.
ATI De derecha a izquierda, Elías Bacallado, Manuel Hermoso, José Miguel Galván Bello, José Emilio García Gómez y José Luis Sabina en la presentación del primer manifiesto político de ATI y su gestora. (Santa Cruz de Tenerife, 1984). D.A./J.R.C./J.G.C.

De derecha a izquierda, Elías Bacallado, Manuel Hermoso, José Miguel Galván Bello, José Emilio García Gómez y José Luis Sabina en la presentación del primer manifiesto político de ATI y su gestora. (Santa Cruz de Tenerife, 1984). D.A./J.R.C./J.G.C.

 

LOS INDEPENDIENTES SE EXTIENDEN. Al mismo tiempo grupos independientes, provenientes en gran parte de UCD, pero al margen de ésta y del Centro Democrático y Social (CDS), el nuevo partido de Adolfo Suárez, se presentaron y lograron alcaldías en las islas de La Palma: Los Llanos, San Andrés y Sauces, El Paso, Breña Baja y Fuencaliente; El Hierro, donde lograron la presidencia del Cabildo, la alcaldía de Frontera y un diputado regional, y La Gomera, donde nucleados en torno al presidente del Cabildo, Lito Plasencia, revalidaron la corporación insular y ganaron tres de los seis ayuntamiento de la isla, así como dos diputados en el Parlamento Autónomo. En Gran Canaria fueron diez los municipios controlados por agrupaciones independientes; de ellos solo dos, Telde y San Bartolomé de Tirajana, eran de izquierdas. En Lanzarote, la agrupación insular AIL consiguió las alcaldías de Yaiza y Tinajo, y otro grupo independiente la de Teguise. Por último, en Fuerteventura los independientes lograron la alcaldía de Betancuria.

Estos grupos de independientes, más los menguados partidos UCD y CDS, obtuvieron las alcaldías de 33 municipios canarios. Por su parte el PSOE logró solo 28 alcaldías, aunque venció en el Parlamento Autonómico. 

 

LOS DOS GOBIERNOS DE SAAVEDRA. Efectivamente, en las primeras elecciones al Parlamento de Canarias, celebradas el 8 de mayo de 1985, el PSOE consiguió 234.562 votos (el 42,36%) y 27 escaños. El segundo lugar fue para la coalición formada por AP, PDP y UL, que obtuvo 17 diputados, seguida del CDS con 9 escaños; Asamblea Majorera (AM), con 3; UPC con 2; AGI con 2; Convergencia Canaria Reformista (agrupación formada por antiguos militantes grancanarios de UCD), con 1; PCC/PCE con 1 y AHI con 1. 

JERÓNIMO SAAVEDRA
JERÓNIMO SAAVEDRA

En la sesión de investidura, que tuvo lugar el 27 de junio, el socialista Jerónimo Saavedra, que ya había presidido el Gobierno durante el Parlamento provisional, logró 33 votos (los 27 de su partido más los 3 de AM, 2 de AGI y 1 de AHI). UPC y PCE se abstuvieron y AP/PDP/ UL, CDS y CCR votaron en contra. 

Saavedra gobernó en minoría, con sus 27 diputados, hasta el 22 de junio de 1985, que presentó la dimisión al ser aprobado por toda la oposición, tanto de derecha como de izquierda (30 votos contra 27), un dictamen de la Comisión de Economía y Comercio de la Cámara que rechazaba el tratamiento dado a Canarias en el Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea. Según este dictamente, preceptivo pero no vinculante para el Gobierno del Estado, había aspectos en el Tratado que afectaban seriamente a los sectores agrícolas pesqueros e industriales de las Islas y no daban garantías para posibilitar el desarrollo económico y social de Canarias en el futuro. Más de treinta mil agricultores se habían manifestado por este motivo en las dos capitales canarias. 

Según declaraciones de Saavedra, su dimisión tenía la única finalidad de asegurar una gobernabilidad estable en Canarias. Para ello, intentaría formalizar un pacto “bien agarrado”, con fuerzas progresistas de la Cámara.

Fue el “Pacto de Progreso”, que agrupó a una mayoría absoluta de 32 diputados: 27 socialistas, 3 de AM, 1 del PCC/PCE y otro del Partido de la Revolución Canaria, integrante de UPC (3). La tercera investidura de Saavedra como presidente del Gobierno canario (la primera había sido en el breve Gobierno provisional, mientras se debatía el Estatuto) fue el 17 de julio de 1985. Su discurso recibió, además de los 32 votos afirmativos del pacto, 24 en contra y dos abstenciones (de AGI y AHI).

Como recogía la prensa de la época, la alianza de socialistas, comunistas y un sector del nacionalismo autodeterminista causó sorpresa e inquietud en medios empresariales de Canarias e incluso del PSOE a escala nacional. La derecha canaria pura y dura, representada por Alianza Popular, agitaba incluso el fantasma del frentepopulismo. El secretario general del PSC/PSOE, Alberto de Armas, quitó hierro a esas inquietudes, asegurando que el presidente Saavedra contaba con toda la confianza y el apoyo de su organización, de la que era presidente. En el mismo sentido habría que entender la oferta hecha por los socialistas al CDS para negociar un pacto legislativo, compatible con el de gobernablidad firmado por la izquierda.

GALVÁN BELLO VOTA EN 1979
GALVÁN BELLO VOTA EN 1979

EL ‘DESPOJO’ COMO PRIMERA ESTRATEGIA DE ATI. Pero no era este el único frente abierto al nuevo Gobierno. En el período que va de 1985 a 1987 ATI, aprovechando la reacción conservadora y uniéndose a ella, fortaleció su alianza político-empresarial en Tenerife, enarbolando el estandarte de la defensa de los intereses de la isla frente al “despojo y los expolios canariones”. Este mensaje, sembrado en los surcos abonados del ancestral pleito insular, fructificó de inmediato alentado por los altavoces mediáticos. Los insularistas chocaron frontalmente con el PSOE, cuyo objetivo principal en esos momentos era la consolidación del proyecto autonómico regional (los dirigentes socialistas se consideraban “arquitectos” del nuevo edificio institucional: la Comunidad Autónoma de Canarias).  

En este contexto, la principal aportación de izquierdas que ha hecho un Gobierno de Canarias, la Ley de Aguas, que contemplaba como principales características el control público de las extracciones de agua y de los canales de distribución de la misma, contribuyó a echar más leña al fuego, pues afectaba directamente a los intereses de un importante sector del caciquismo agrario, los “aguatenientes”. ATI lideró políticamente la oposición a la ley, atrayendo a sus filas a sectores sociales tradicionalmente de derechas. En Tenerife el descontento y las protestas desembocaron en una gran manifestación, que recorrió las calles de Santa Cruz. 

 

LA FRAIC, NACIONALISMO DE ‘TODO A CIEN’. Por otra parte, a la vista de los resultados de los grupos de independientes en las distintas islas, los dirigentes de ATI iniciaron contactos con ellos, especialmente los herreños y gomeros. De estos contactos surgió el proyecto de extender el movimiento insularista a todo el Archipiélago. La incorporación a ATI de personas procedentes de otros proyectos políticos, ente ellos el efímero Partido Popular Canario (PPC), como el médico Victoriano Ríos y los exconcejales de Santa Cruz, José Emilio García Gómez y Miguel Ángel Barbuzano, iba a dar mayor intensidad y coherencia política al proyecto unificador.

Así, con ATI como impulsora, acabó creándose la FRAIC, Federación Regional de Agrupaciones Independientes de Canarias, a la que Victoriano Ríos y otros ideólogos de barbecho intentaron dotar de un barniz nacionalista de tienda de “todo a cien” (hoy sería de bazar chino), con el que se pretendía limar el insularismo descarnado de las distintas formaciones independientes. 

La FRAIC, lastrada por su origen, fue una organización efímera y un proyecto frustrado, como se demostró en las elecciones locales y autonómicas de 1987. Bajo el paraguas de ATI la Federación resultó victoriosa en Tenerife y a través de API tuvo también buenos resultados en La Palma, pero pinchó en La Gomera, —donde la AGI de Lito Plasencia, perdió el Cabildo, que pasó al PSOE, y los principales ayuntamientos—. En Lanzarote y Fuerteventura los independientes obtuvieron resultados relativamente buenos, pero la FRAIC fracasó estrepitosamente en Gran Canaria, donde había intentado penetrar a través de Las Palmas con un partido creado por arriba, AIGRANC, sin base social ni arrastre electoral. El insularismo frentista de ATI era un obstáculo casi insalvable para extender el proyecto independiente a todo el Archipiélago.

 

NOTAS

 

(1) Delante de Hermoso, en primer plano, melenudo y barbado, un especimen de perroflauta (entonces no se usaba este término) de la época, que se encontraba presente en tan solemne acto más por casualidad que por designio. 

 

(2) Como es sabido, la travesía por el desierto de José Manuel Bermúdez solo duró un año y un mes. El acceso al poder de Patricia Hernández estuvo basado en el apoyo de dos personas, Matilde Zambudio y Juan Ramón Lezcano, ambos militantes de Ciudadanos, un partido de aluvión, cuya carencia de ideología iba pareja a las ambiciones personales de sus integrantes, como se ha demostrado en su trayectoria posterior que le ha conducido a la casi desaparición del mapa político español. La dimisión de Lezcano, descontento con lo que le había tocado en el reparto, trajo consigo su sustitución por la siguiente en la lista de Ciudadanos, Evelyn Alonso que, habilmente captada por Colición Canaria, inclinó la balanza a favor de Bermúdez que, por un voto de diferencia (14 contra 13) inclinó la balanza de la moción de censura que tuvo lugar el 12 de julio de 2020.

 

(3) La expresión “revolución pasiva” la usó por primera vez el político napolitano de tendencia republicana, Vincenzo Cuoco, en su Ensayo histórico sobre la revolución napolitana de 1799, que a raíz de la primera ocupación de Nápoles por los ejércitos de Napoleón, dio lugar a la efímera República Partenopea, en cuya creación hubo una escasa implicación popular. En los años 30 del siglo XX este concepto fue retomado y sistematizado con un sentido distinto al original por Antonio Gramsci, uno de los pensadores contemporáneos que más ha contibuido a enriquecer el marxismo con nuevas aportaciones, en lugar de limitarse a la exégesis del mismo. Partiendo de sus reflexiones sobre el Risorgimiento italiano, Gramsci observó que en el acontecer de las instituciones económicas y políticas llega un momento, en determinadas circunstancias históricas, que un sistema institucional agota su andadura, produciéndose lo que llamó una crisis orgánica del mismo, en la que se aunan dificultades económicas y políticas imposibles de superar sin un cambio profundo. 

Pero los nuevos procesos constituyentes  que se abren pueden tener una perspectiva y una dirección política popular, es decir, reflejar las demandas de las capas sociales más desafavorecidas y ser dirigidos desde abajo por sectores políticos afines, para llegar, si triunfan, a una solución revolucionaria que ataque y supere las raíces mismas de la crisis (en cierta manera el papel que intentó jugar UPC en Canarias con escasa fortuna). Pero pueden también ser dirigidos desde arriba, desde las mismas élites –o parte de ellas– que gobiernan las instituciones anteriores y consideran que hay que ceder algo para lograr un nuevo consenso que les permita conservar su hegemonía económica, política y social. 

A esto es a lo que Gramsci llamó revolución pasiva y es lo que ocurrió en la época de la unidad italiana y lo que –sistematizado y universalizado teóricamente por él– sirve para explicar también lo sucedido en el Estado Español con el régimen dictatorial fascistoide y nacional-católico del franquismo, cuya crisis orgánica, gestada a lo largo de varios años, se materializó crudamente a la muerte del dictador, haciendo inevitable un nuevo proceso constituyente. Este fue hegemonizado por sectores económicos y políticos (UCD y AP/PP) desgajados del régimen anterior, bajo el paraguas de la monarquía instaurada por el dictador y con el consenso de los partidos de la oposición democrática, especialmente el PSOE y el PCE, a los que en Canarias se unió en posición hegemónica ATI/AIC/CC.

 

(4) UPC Se presentó a las primeras elecciones al Parlamento de Canarias en coalición con Asamblea Canaria (AC) y logró dos diputados, Oswaldo Brito de Izquierda Nacionalista Canaria, por Tenerife, y Gonzalo Angulo, del Partido de la Revolución Canaria, por Gran Canaria. Llegaron al acuerdo de ejercer la portavocía del grupo de manera rotatoria, Brito los dos primeros años y Angulo los dos últimos. Ya desde los inicios hubo desencuentros y distanciamiento entre ambos (la no adscripción de Brito al  pacto de Progreso” fue uno de ellos), pero en los dos años finales, cuando Oswaldo Brito se negó a ceder la portavocía que correspondía a Gonzalo Angulo,  esas contradicciones se convirtieron en enfrentamientos abiertos y públicos, lo que no fue óbice para que, algunos años más tarde, ambos personajes volvieran a coincidir en Iniciativa Nacionalista Canaria (ICAN), uno de los grupos que crearon Coalición Canaria. 

(En la próxima entrega expondremos cómo ATI, principal partido de las Agrupaciones de Independientes de Canarias, logró superar a trancas y barrancas su principal contradicción y de “la hora de Tenerife” se pasó a “la hora de Canarias”, con la creación de CC y el asalto al Gobierno Autónomo.) 

* Gracias a Juliá Ayala

JULIÁN AYALA
JULIÁN AYALA

 

mancheta ene 23