Que no quepa duda "Claro que PODEMOS” - por Adolfo Padrón Berriel (Miembro de PODEMOS Gran Canaria y Las Palmas de Gran Canaria) *

Largo ha sido el camino recorrido en estos 10 meses de existencia de PODEMOS. Febril la actividad de miles de personas en la construcción de un proyecto tan  ilusionante como complejo, pues no sólo había que serlo, sino también  parecerlo, en la apuesta por una metodología absolutamente novedosa en la gestación de una organización política.

La edificación de PODEMOS tenía que enmarcarse, lo está haciendo, en medio de un proceso absolutamente transparente -tan transparente que las discusiones internas siempre se han mantenido en público- y  haciendo de la paciencia una virtud -más virtud que nunca-;  zambulléndonos en un prolongado proceso asambleario que no todos entendían e incluso muchos no respetaban. Ambas condiciones eran y son absolutamente necesarias para alcanzar el objetivo: crear una herramienta política eficaz, netamente ciudadana, construida horizontalmente, de abajo hacia arriba, con la participación igualitaria de todas y todos quienes quisiesen y quieran involucrarse.

Hemos cerrado con éxito nuestra fase constituyente estatal. La Asamblea Si Se Puede, celebrada en Madrid el pasado mes de noviembre, supuso la proclamación de un modelo organizativo y un proyecto político tan fascinantes como aplaudidos por la inmensa mayoría de las personas que se sienten parte del fenómeno PODEMOS. Las propuestas defendidas por Pablo Iglesia, su candidatura a la secretaría general, así como el equipo “Claro que Podemos” al Consejo Ciudadano estatal, resultaron apoyados de forma incontestable por miles de ciudadanos que, por primera vez, pudieron participar, sin cortapisas  ni condiciones, en la organización interna de un partido que ya es mucho más que eso, pues se ha convertido en el catalizador de la esperanza de millones de almas en nuestro país.

Mientras duró ese proceso constituyente estatal, muchos se esforzaron por destacar y hasta amplificar la existencia de discrepancias internas que en muchos casos fueron presentadas como auténticas fracturas en el seno de nuestra organización. Obviaban dos hechos:

De una parte, Podemos no es un bloque monolítico de pensamiento único y nunca ha tenido vocación de serlo, sino que y por el contrario, es fruto de la voluntad colectiva de confluencia de una gran diversidad de sensibilidades y la transversalidad fue, desde el principio, uno de sus rasgos de identidad. Por otro lado, de forma natural y a conciencia, porque no podía ser de otra manera, había que permitir que esa diversidad se manifestase sin censura ni ocultamiento y los foros de discusión fueron premeditadamente abiertos –práctica poco acostumbrada, por cierto,  en el espectro político conocido hasta el momento-. Pero cuando “Vista Alegre” dio por concluido ese proceso, el cierre de filas se hizo patente, para la alegría de casi todos y la intranquilidad de los de siempre.  PODEMOS dejo de ser una especulación para convertirse en una fuerza arrolladora.

Ahora toca el turno a los diferentes territorios y en nuestras islas, como en el resto del país, se abren los procesos que culminarán con la conformación de los diferentes Consejos Ciudadanos municipales, insulares y autonómicos. Es a los círculos municipales a quienes les ha tocado romper el hielo y convertirse en la punta de lanza para que en las próximas semanas PODEMOS cuente en nuestro Archipiélago con la musculatura que otorga una estructura firme y coherente en su proyecto y en su modelo organizativo.

Al igual que ocurrió en el constituyente estatal, también en Canarias se han puesto de manifiesto las sanas y necesarias diferencias en los planteamientos y las maneras de entender el boceto y también se han afrontado con transparencia y naturalidad. Y a pesar de que también hemos tenido que lidiar con interferencias propiciadas por quienes intentan, a toda costa, torpedear la consolidación de PODEMOS en nuestras islas, sabemos que la sensatez y el sentido común  se impondrán finalmente  porque, pese a quien  pese, esto no hay quien lo pare.  

Pero no todo vale ni da lo mismo: de entre las diferentes candidaturas que participan en los distintos municipios sólo hay una que representa la vía de la continuidad y la cohesión con el proyecto común de PODEMOS y con la línea de trabajo que desarrollan Pablo Iglesias y el propio consejo estatal. Sólo “claro que Podemos” está en condiciones de garantizar que esta herramienta política cuaje en nuestras ciudades y pueblos y organizar posteriormente el tan demandado “asalto ciudadano” a las instituciones.  Y es que “Claro que Podemos” ha sido capaz de aglutinar a las mujeres y hombres que consiguieron que Canarias y, particularmente, Gran Canaria y Las Palmas de Gran Canaria, cosecharan tan buenos resultados en las pasadas elecciones europeas; y sumar a quienes después se fueron incorporando a los grupos de trabajo con entusiasmo y ahínco.

En este contexto, permítanme destacar la trascendencia que para el conjunto del Archipiélago supondrá lo que acontezca en nuestro municipio capitalino, pues es en él donde PODEMOS  encuentra su principal  motor  en Canarias. La clave se encuentra en que entre el 26 y 30 de este mes de diciembre, el mayor número posible de personas  participe en el proceso electoral interno y deposite su confianza en el proyecto “Claro que Podemos”, capitaneado por Miguel Montero como candidato a secretario general municipal, para que 2015 pueda marcar el comienzo del cambio.

Que no quepa duda: ¡Claro que Podemos!

Canarias, a 23 de diciembre de 2014.

Adolfo Padrón Berriel

(Miembro de PODEMOS Gran Canaria y Las Palmas de Gran Canaria)

* Publicado con autorización del autor