Nuevo orden, viejos problemas y la urgencia de una tercera vía - por Eloy Cuadra
Nuevo orden, viejos problemas y la urgencia de una tercera vía - por Eloy Cuadra, escritor y activista social *
No diré lo del Nuevo Orden Mundial para que no me llamen conspiranoico, pero no podrán negarme que el mundo ha cambiado radicalmente de un año a esta parte, y hay serias dudas de que podamos recuperarlo cómo era antes, aún con sus numerosos vicios e imperfecciones. En este contexto muchos son los problemas que nos acechan, unos nuevos y otros no tanto. En el presente artículo voy a centrarme en dos de estos problemas, aunque la misma reflexión valdría para otros muchos de los retos que nos preocupan hoy. El asunto es que, sea nuevo o sea viejo, siempre abordamos el problema desde una perspectiva ideológica, cerrada y encapsulada que nos obliga a aceptar el paquete completo de argumentos predeterminados sin posibilidad de discrepancia o modulación. Sucede con el asunto por excelencia del último año: la supuesta pandemia. Si discrepas o te muestras crítico con la gestión y las medidas que se están aplicando, si cuestionas la cerrazón o la censura informativas, si te parece mal que no se dé cabida a otros discursos científicos, si crees que están recortando libertades hasta un extremo inaceptable o piensas que serán más los que morirán por las consecuencias que por la propia enfermedad, al instante te tachan de negacionista, de fascista, de estar haciéndole el juego a la derecha y a la ultraderecha, de ser insolidario o un pirado conspiranoico. A mi propia experiencia me remito, por mostrar discrepancias documentadas sobre las pruebas PCR o sobre las vacunas del covid, dos reconocidos miembros de la izquierda ideologizada de Tenerife me han llamado fascista y terraplanista, cuando mis discrepancias nada tenían que ver con Franco o con esa curiosa forma planetaria.
Y así estamos en este país, he planteado estos dos importantes problemas por ser a mi juicio los más graves del momento, pero igualmente valdría el mismo análisis para asuntos tan capitales como la sanidad, la vivienda, la educación o el cambio climático, y casi para cualquier tema. Si dices que prefieres una España con sus límites geográficos como hasta ahora te llaman facha, si pides una ley de vivienda que garantice este derecho para todo el mundo eres un comunista porque la propiedad privada es sagrada, si crees que se están pasando con las restricciones de derechos y defiendes la libertad otra vez vuelves a ser un facha, y si estás por la justicia social y un mejor reparto de la riqueza de nuevo eres comunista. ¡¿Pero qué locura es esta?! Esta locura es España, el país donde desgraciadamente todo se aborda desde la premisa de la ideología fanática y cerrada. ¿Acaso no nos hemos dado cuenta ya que los gobiernos, los políticos y los medios de comunicación mienten casi por sistema? Si es así, y doy por hecho que la mayoría de los que me leen así lo creen, ¿entonces qué pasa?, ¿solo mienten los políticos y los medios del otro bando?, ¿los nuestros no? ¡Venga por favor!
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Eloy Cuadra