Buscar
sábado, 20 de abril de 2024 08:39h.

Nunca me cansaré de decir - por Isidro Santana León

 

ISIDRO SANTANA LEÓNNunca me cansaré de decir que el único objetivo que tienen las metrópolis, respecto de sus colonias, es exclusivamente saquearlas

CANARIAS COLONIA EN CRISIS

Nunca me cansaré de decir - por Isidro Santana León *

Nunca me cansaré de decir que el único objetivo que tienen las metrópolis, respecto de sus colonias, es exclusivamente saquearlas. Jamás les ha importado ni les importará el bienestar o el desarrollo del pueblo colonial sino, todo lo contrario: mantenerlo en una situación de ignorancia perpetua que hace distorsionarle la realidad en la que vive y así esclavizarlo de forma que no sepa que tiene cadenas. Para ello, el reino sometedor, cuenta con un grupo esbirril local y minoritario que, a cambio de prebendas y notoriedad, custodia y ampara el estatus de sometimiento, hasta con jactancia. A mi juicio, esa casta delegada del colonialismo, desaparecerá de nuestra nación canaria desde el momento que logremos la soberanía o cuando la vean venir… es más: pienso que, ante tal situación, saldrán huyendo para vivir en otra parte del mundo con el botín saqueado a nuestro desgraciado pueblo.

Sin embargo -como he oído de muchos que se hacen llamar patriotas- imputar a un pueblo sometido ser el culpable de su situación me parece una indecencia y un arremetimiento innoble; máxime, cuando quienes debieran llevar a cabo la labor anticolonial de instruir al pueblo y organizarlo, aquellos grupos que se hacen llamar independentistas, pues ésa debiera ser la verdadera misión de su existencia –a no ser que les detenga otros intereses– para lograr la cohesión nacional y llevar la colonia a la libertad que le arrebata la tiranía dominante.

Jugar a la democracia sobre el mismo tapete de un reino –o república– que te subyuga, es reconocer y aceptar que el régimen imperante tiene toda la legitimidad de aherrojarte; pues, vista la historia de los pueblos coloniales, éstos han llegado a la libertad mediante la contrafuerza con que te oprime la potencia dominadora o bien  porque la colonia ya perdió el interés económico y estratégico que le aportaba a la potencia colonialista.

Si un indecente esta pervirtiendo con la mentira y la manipulación a un hermano menor y no te rebelas desmintiéndole a tu fraterno la inoculación mental que con él hace, entonces eres cómplice de que la familia continúe aceptando la opresión como un hecho natural.

Esa contrafuerza en Canarias es inexistente, pues, los que tienen esa responsabilidad patria, no han sabido o no ha querido conectar con nuestro pueblo, y hasta coartan y boicotean la labor de aquellos que lo hacen usando los medios que tienen al alcance y que pueden alumbrar conciencias neblinadas.

Todo es tan surrealista, que uno ya no sabe que pensar, aunque experiencias vividas hay para señalar el mal endémico del independentismo canario: han aprendido lo peor del colonialismo español… aunque me duela decirlo no me lo puedo callar, porque callar es aceptar una situación que no tiene lógica, salida y da mucho que pensar.

Un reino colonialista siempre es enemigo del pueblo colonial y no cabe otra opción que romper sus esquemas involucrándose en la sociedad y también en sus problemas.

Los actos simbólicos, por muy patrios que se aparenten, no deja de ser simbolismos. Con simbolismos no se cambia la conciencia de una sociedad colonizada, hay que entrar en su seno, en su problemática, en sus emociones, su dolor y sus carencia, para que confíen en que existe un movimiento en su patria con capacidad práctica para revertir su situación y, sobre todo, demostrar la honradez y la decencia en cada acto. (Esto último lo valora, sobre manera, los pueblos, pues de ahí su indecisión, desorientación y desconfianza en todo lo que huele a partidos y a políticos o jueces, ya que todos le parecen lo mismo y, ante la impotencia, creo que ya les da igual Juana que Dolores.

Mientras el independentismo retrocede por comprobada incapacidad, el colonialismo español avanza a pasos agigantados pudriéndolo todo. No existe un cortafuego para parar el avance del incendio que España ha prendido en Canarias; para detener a los pirómanos al servicio del régimen y, sobre todo, a los que aparecen como bomberos, pero coadyuvando con gasolina.

Una colonia es una casa de locos, donde los loqueros se aprovechan de los enfermos y no entiendo –o si– por qué esa resistencia, entre el llamado independentismo, a renunciar a los grupúsculos, en donde algunos encuentran su realidad existencial, en pro de un verdadero Movimiento de Liberación Nacional.

* En La casa de mi tía por gentileza de Isidro Santana León

isidro santana león reserña