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martes, 30 de abril de 2024 10:53h.

Un obispo por la paz - por Rafael Álvarez Gil

 

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Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista, señala este artículo

Un obispo por la paz

Rafael Álvarez Gil

TELDE ACTUALIDAD

Este fin de semana falleció en el País Vasco Juan María Uriarte (1933-2024), un obispo cuyo nombre en la década de los años noventa retumbaba hasta en Canarias. Uriarte fue de los que se mantuvieron firme en casar todas las piezas del drama del conflicto vasco en aras de lograr la paz. Esto es, denunció el terrorismo y a la par resaltó las torturas que se estaban produciendo por parte de los agentes policiales.

Recordemos lo que supuso en una época el cuartel de Intxaurrondo de la Guardia Civil con el general Enrique Rodríguez Galindo y sus hombres perpetrando torturas, acometiendo el caso Lasa y Zabala en 1983, el asesinato de Mikel Zabalza en 1985… y la complicidad de algunos cargos públicos socialistas por aquel entonces que pasaron de criticar a la Guardia Civil como fuerza represora del franquismo a granjearse su simpatía tras la victoria del ‘felipismo’ en octubre de 1982 y el reciente olor a golpismo del 23F. Esta es la antesala de la etapa de Juan María Uriarte como obispo de San Sebastián.

El momento cumbre fue cuando Uriarte ejerció de mediador entre el Gobierno de José María Aznar y ETA, al calor de la tregua que duró 14 meses entre 1998 y 1999. Ahora que tanto el PP ataca la amnistía, la realidad es que negoció con ETA. Aznar envió a Suiza una delegación protagonizada por el secretario de Estado de Presidencia, Javier Zarzalejos, el secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxa, y, su gurú sociológico, Pedro Arriola.

La negociación no prosperó y a comienzos del 2000 el terrorismo volvió a las andadas. Sin embargo, Juan María Uriarte puso todo su empeño en ayudar a acercar posturas. Es más, no solo era consciente de las torturas policiales que se producían sino que, incluso, pidió el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles de Euskadi.

Son perfiles así, los capaces de salirse de los moldes impuestos en un acto de valentía, los que propician los puentes de diálogo con el objetivo de cosechar soluciones a las problemáticas. En Irlanda del Norte no se hubiese llegado al acuerdo de Viernes Santo de 1998 sin el rol previo adquirido por dirigentes que corrieron el riesgo de ser incomprendidos tanto por los suyos como por los otros. Durante aquella tegua de ETA, lo que ocurría en Irlanda del Norte se seguía muy de cerca. Esas personas son las que albergan la superación de obstáculos y el sentido de la paz.

Aznar llegó a referirse a ETA como el movimiento vasco de liberación y aceptó la mesa de diálogo. Su ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, hizo lo que La Moncloa le pedía, a pesar de que luego en 2001 fue candidato a ‘lehendakari’ en un frente antinacionalista que armó con el PSOE de Nicolás Redondo. Bloques irreconciliables en los que el obispo Uriarte trató de explorar ventanas de oportunidad.

* Gracias a Rafael Álvarez Gil y TELDE ACTUALIDAD y a la colaboración de Antonio Aguado

https://teldeactualidad.com/art/159546/un-obispo-por-la-paz

RAFAEL ÁLVAREZ GIL
RAFAEL ÁLVAREZ GIL
TELDE ACTUALIDAD La casa de mi tía republica por el alto interés del contenido, bajo las Normas de Uso Justo de la UE
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