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domingo, 28 de abril de 2024 21:27h.

Los partidos progresistas europeos en la órbita del ala derecha y globalista Partido Demócrata de los EEUU - por Carlos Martínez

 

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Los partidos progresistas europeos en la órbita del ala derecha y globalista Partido Demócrata de los EEUU - por Carlos Martínez, secretario general del Partido Socialista (PSLF), politólogo, miembro del Consejo Científico de Attac *

La tercera vía socialdemócrata de tiempos de Blair y su antecesor Felipe González acabó de liquidar las referencias de clase y de partidos del trabajo en una operación que dejaba al congreso de Bad Godesberg del SPD el partido socialdemócrata alemán, cuando renunció a ser el partido de la clase, a su izquierda.

La socialdemocracia abrazo el liberalismo y su referente pasó a ser el Partido Demócrata de los EE.UU de forma entonces silenciosa aunque efectiva, asumiendo el neoliberalismo. Es decir defensa del capitalismo, el mercado, decían de forma eufemística.

La trasformación liberal de la socialdemocracia llevó al fortalecimiento de los partidos verdes y al ecologismo político así como tras la caída del muro de Berlín a la transformación de muchos partidos comunistas en partidos socialdemócratas y sistémicos. Verdes y “nuevas izquierdas” lograron despertar una nueva ilusión en sectores más comprometidos con la democracia igualitaria, pero sin embargo no consiguen arrebatar a los partidos tradicionales socialistas tornados en socioliberales el voto obrero.

El Partido Verde alemán fue y sigue siendo el referente de todos los verdes europeos.

Tras los movimientos indignados la clase media progresista se ilusiona nuevamente con la posibilidad de un cambio real y la democracia radical en la que sobran los partidos. Aunque algún partido trate de construirse sobre sus cenizas. La militancia, el compromiso económico de la cuota, la organización reglada, son sustituidos en el Reino de España por los inscritos a una web y la cuota por nuevas formas de colectas en cuentas radicadas la mayoría en paraísos fiscales.

Esto es lo que hay. Los verdes alemanes son ya un partido neoliberal, atlantista y favorable a la III Guerra Mundial en alianza con los EEUU, olvidando la profunda crisis y el de la anglosfera así como surgimiento de una nueva emergencia económica y política en gran parte de África, América Latina y Eurasia. 

Es decir la clase trabajadora queda abandonada, sin partidos, ilusiones ni referencias políticas a manos del trumpismo, las extremas derechas o el patriotismo y la colaboración de clases que aprovechan el paro y la destrucción de la sanidad pública para impulsar la xenofobia y el racismo entre los débiles. El pacto con el poderoso, siempre más fuerte, al final impone no solo su economía, sino algo más grave incluso, su cultura, su generismo, su belicismo.

Las derechas tienen el campo abonado porque las y los progresistas no quieren cambiar la sociedad, ni transformarla. Las referencias a la cultura obrera han sido ridiculizadas, laminadas y el Trabajo negado, en lugar de analizar sus nuevas realidades, necesidades y esperanzas.

Los EEUU y de forma especial el Partido Demócrata hunden Europa/Unión en una guerra al objeto de colocarnos su gas y su petróleo más caros, pero al mismo tiempo, nos dejan sin trigo, sin arroz, sin níquel o sin aluminio y con una inflación que puede llegar a ser insoportable. La obediencia soviética de muchos y muchas pasa a ser obediencia al Partido Demócrata en su ala globalista, es decir a Biden, pero los globalistas que no tiene más salida para perpetuar su poder que la guerra.   

La destrucción de los partidos o de la idea de partido transformador y de clase pasa a ser sustituida por el populismo caudillista. No partidos, donde solo manda el jefe o la jefa y grupos o círculos en torno a la jefa o el jefe. No partidos, que al final no tienen nada que ofrecer más que las migajas del sistema y que quedan además muy a la derecha de las izquierdas latinoamericanas moderadas. No partidos, que acaban aceptando la monarquía que es el régimen perpetuador de toda clase de privilegios. Pretendiendo sumar o poder, si se puede dicen, acaban dando gato por liebre en su lucha contra el socialismo, pero no en contra del socioliberalismo con el cual conviven y son felices, pues eso les permite creerse de izquierdas.

Solo creyendo en la necesidad de articular un partido de trabajadoras y trabajadores, de las clases populares y de la nueva clase obrera precaria y ajena a los sindicatos del régimen, podremos frenar el ascenso de las derechas, al margen unos partidos ex socialdemócratas y caudillistas como es el caso del PSOE de Sánchez o las nuevas estructuras populistas y postmodernas. Tan solo así se podrá construir una alternativa política que nos sitúe en el lugar adecuado ante la crisis económica, el peligroso capitalismo senil y la crisis del dólar. Además informar verazmente a las clases populares y trabajadoras, sobre en que mundo realmente vivimos en el que la vieja, decadente y trasnochada Europa solo juega un papel colonial y subsidiario, además de provocar risa en el resto del mundo. Personas sensatas como Petro, Lula o Lopez Obrador no entienden al autoinmolación de Europa en beneficio del “amigo americano” mientras Marruecos o Turquía se enriquecen también jugando a dos barajas y comerciando con ambos contendientes de la guerra OTAN-Rusia.  

* Gracias a Carlos Martínez

CARLOS MARTÍNEZ PSLF

 

 

 

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