Entre la piscina de El Valle de Agaete y las encuestas sobre el PSOE - por Nicolás Guerra Aguiar *

En el Valle de Agaete hay piscina, pero no se puede usar por aparente falta de sentido común y desajustes entre políticos, por más que los perjudicados son los de siempre: sus frustrados usuarios. Por otra parte, algunos periódicos llegan a conclusiones opuestas ante una realidad -indiscutible avance del PSOE- a pesar de que el punto de partida sea el mismo y, además, confirmado por encuestas.

  Por tanto, estimado lector, hay comportamientos humanos disparatados y absurdos, cuando no sorprendentes. Como hay políticos y empresas empeñados en disimular la tozuda realidad. Así, dicen, la botella puede estar medio vacía o medio llena. Exactamente lo mismo sucede con la cuesta arriba o la cuesta abajo: existen una u otra… según se pretenda subir o bajar.

   Pero esté el envase medio lleno - medio vacío o la pendiente sea hacia abajo – hacia arriba, lo cierto es que ambas situaciones se dan a la vez, en el mismo momento. Sin embargo, las cosas no siempre se ven así, tal es la obcecación humana. Y ya no le digo si afectan a la política, sacrificada actividad en la cual muchas veces se racanea la propia racionalización.

   Un caso ilustrativo, por ejemplo, es el de la piscina de El Valle de Agaete, tal leo en Infonortedigital: existe pero no se puede usar. Según la oposición (PP más otros), había comunicado a los vecinos la apertura de la misma. Pero el alcalde gaetense ordenó el corte de suministro eléctrico (“actitud caciquista” en palabras de la oposición). Desde el Gobierno municipal se niega rotundamente tal afirmación, ¡faltaría más!

   Lo mismo sucede con el PSOE: en sus comentarios a la encuesta de junio encargada a Metroscopia, el diario El País afirma que su tendencia alcista de cinco puntos se vio frenada por el acercamiento a Podemos (“El PSOE se atasca”, concluye). Sin embargo para El Confidencial, periódico digital que encargó un estudio al Instituto DYM, el PSOE crece cinco puntos en intención de voto y se coloca por delante de Podemos: obtendría el mejor resultado desde que Podemos irrumpió en 2014.

   Y la lengua, como es sabia, ya previó desde siglos atrás tales disparidades, disimilitudes o acaso antagonismos. Por tanto, si acudimos a su diario uso y atendemos a la estructura lingüística, los contrastes de pareceres solemos compendiarlos en frases hechas. Se trata de construcciones no solo poco complejas sino, incluso, a veces aparentemente muy simples. Sin embargo, rotundamente esclarecedoras.

   Así, por ejemplo, “Se llevan como el perro y el gato” (tiene sus excepciones, claro: los he visto relajadamente tumbados al sol) cuando dictamos sentencia sobre la escabrosa relación entre dos personas.  O lo contrario: si decimos que Pepe y Luis “son como el punto y la i” nos referimos a la exquisita relación entre ambos, o incluso dependencia: para que la i latina exista como tal es imprescindible la presencia del punto y este, a su vez, no tiene razón de ser aisladamente en un texto sin el soporte moral de la grafía, eterna acompañante.

En ese mismo campo, y aunque debemos tener siempre presente el consejo de Don Quijote a Sancho sobre la extremada prudencia en el uso de refranes,

bien es cierto que la sabiduría popular los construye y usa acertadamente. Así, por contraste, “Más vale un ‘toma’ que dos ‘te daré’; Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer; No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy; Quien mal anda, mal acaba; No hay mejor desprecio que no hacer aprecio; Lo cortés no quita lo valiente…”. Es más: la lengua ha construido expresiones fijas para indicar comparaciones o contrastes. Entre las primeras, “de la misma manera; asimismo; de manera similar…”. Entre las segundas, “de otro modo; sin embargo; no obstante; por todo esto; aunque esto puede ser verdad…”.

   Pero vayamos a los dos hechos concretos arriba indicados. Uno, la radical oposición entre dos posicionamientos políticos en torno a la piscina de El Valle de Agaete. La instalación deportiva -según el Consejo de Administración (en manos de la oposición)- podía abrir sus puertas para el disfrute proletarial de la piscina. Pero el alcalde dispone exactamente lo contrario: no habrá corriente eléctrica. Obviamente la señora Del Rosario, concejala y presidenta del Consejo de Administración, alcaldesa accidental y legítima aspirante a la alcaldía, anda perpleja, anonadada y sorimbada, cual si al señor alcalde le hubiera entrado una solajera veraniega y tuviera jerrumbriadas las arterias de su raciocinio. Por tanto, y en ortodoxo derecho, “condena enérgicamente una actitud tan inaceptable […] donde los verdaderos y únicos damnificados son los vecinos y vecinas de El Valle de Agaete”.

   Por contra, la versión oficial destaca que desde la etapa anterior (gobierno del PP) todos eran conscientes de irregularidades en el servicio eléctrico. Cuando el nuevo equipo de Gobierno accedió al poder intentó arreglar tal desaguisado. Mas el pacto PP – otros (los reconvertidos) le arrebató democráticamente el control del todopoderoso Consejo de Administración. Por tanto, deben solventar las deficiencias como se les exige a todos los vecinos: apertura de expediente y tramitación del mismo. Mientras, los hipotéticos beneficiarios deben conformarse con chorros de agua de acequia y ejercicios al pie de Tamadaba.

En conclusión, un claro ejemplo de disparidades políticas que jeringan al ciudadano. Es la rigurosamente llamada “defensa de los intereses populares”.

   Segundo caso: sobre la misma realidad (subida del PSOE en la intención de voto según las últimas consultas), opuestas interpretaciones. Para El País “el PSOE se atasca”. Para El Confidencial, su avance es muy importante. Punto de partida para ambos: encuestas de junio. Las dos coinciden en el tanto por ciento: 25,6 / 25. Las dos, realizadas el mismo mes por distintas empresas. ¿Entonces?

   Pues, entonces, vienen dos sensaciones. Una: astutos politólogos y empresas periodísticas acaso intentan influir sobre los lectores. Dos: quizás consideran a estos algo así como singuanguos. Es el llamado “equilibrio informativo”.

* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar