Esa Prensa canalla - por Nicolás Guerra Aguiar
Esa Prensa canalla - por Nicolás Guerra Aguiar *
Buena parte de la sociedad española anda hoy entre agobiantes desequilibrios, perplejidades y emputes. La calumniadora Prensa, claro, es la responsable de tal desestabilización social, ¿quién si no?
Pero, estimado lector, permítame un paréntesis, pues hay una cuestión lingüística por medio relacionada con nuestra tierra isleña. Así, la Academia considera “malsonante” la voz empute, presente en países americanos y Canarias. Si acaso la estimación como palabra ‘que suena mal’, ‘que ofende al pudor, al buen gusto o a la religiosidad’ se debiera a su semejanza con puta, cabe la estética opción de “emprostitutes”, pues los términos prostituto / prostituta no se ven afectados por la tal malsonancia.
Y si usted -usuario del español- es lingüísticamente creador, nuestro idioma ofrece un amplísimo campo semántico (ramera, cortesana, meretriz, buscona, fulana, furcia, pupila, pelandusca, hurgamandera, zorra, iza, rabiza, colipoterra -Cela-) con el mismo significado para la creación de neologismos. De paso relajaría la tensión moral e impondría pudores lingüísticos, decoros y acaso hasta poéticas formas, las cuales sustituirían a tan soez palabrota (en mi avanzada infancia su uso merecía el restregón de una pimienta de la puta madre por la boca. Ya no le digo nada si era de la reputísima. ¡Cagonlá…!).
Hecha la salvedad retomo el camino, pues lo apuntado al inicio puede afectar incluso a convivencias y necesarias serenidades por dos razones. Una: algunos políticos no juegan limpio. Otra: que haya sido la Prensa quien denunciara públicamente ciertos comportamientos indebidos (en torno a másteres), podría llevar a quienes pretenden gobernar el país a “replanteamientos” sobre la libertad de expresión. Y eso, sin paliativos, es muy peligroso. Terriblemente peligroso.
Añade: “Reputados pensadores han considerado con razon [sic] el derecho á [sic] emitir libremente el pensamiento […] como derecho inherente á la naturaleza humana”. (Previendo suspicacias ajenas, matizo: los pasajes entrecomillados son citas textuales imprescindibles, argumentos de autoridad. Y si esto es así en un simple artículo, ¿sorprende que el 13% de una tesis doctoral reproduzca textos ajenos al doctorando? Es más: cualquier trabajo de investigación, por elemental que sea, exige sólida base intelectual, la cual no solo consiste en amplísima relación bibliográfica. Por tal razón –y con razón- rigurosos investigadores hay que desbordan su contenida ironía cuando descubren conclusiones suyas en trabajos ajenos… sin referencia alguna al autor.)
¿A qué se debe la razonada defensa de Salmerón? Recordemos: el ministro de la Gobernación había ordenado a gobernadores, subgobernadores y alcaldes el “exacto cumplimiento” de la real orden (esta amplía un real decreto) sobre “persecución de los delitos de imprenta”, procedimientos que deben atenerse a los tribunales especiales “creados exclusivamente para entender en ellos”.
Contrástense todas estas presumidas irregularidades con el trabajo serio y profesional de masterizandos sin padrinos, vinculaciones al poder o carné de partido quienes, tras abonar miles de euros asisten a clase y presentan trabajos ajenos a corte y pega, fusilamientos de textos o colaboraciones externas.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar