El presidente del cabildo, no me saludó - por El Padre Báez

Sucedió en el pregón de la Inmaculada Concepción de la Virgen, la pura, la sin pecado, la llena de gracia -nada de esto dijo- y porque respeto su persona, pero no sus ideas (plantar toda la isla de pinos, y ello por cuarenta (40) años, y matar las cabras a cualquier pobre, que se le escape porque dice se come lo que no existe (endemismos en media isla). Lástima que no acepte una corrección fraterna y evangélica, y rechace el saludo ante el público y autoridades, en el templo de Jinámar, donde se lució, cual hombre que rechaza la mano del amigo que le corrige y le ayuda, porque siempre hubieron profetas (ahora que los periodistas no lo hacen), que señala el mal, que la persona, digna de respeto cuasi sagrado, pero no sus acciones que pueden ser rechazables, como es el caso, pues robando las tierras a los pastores, no permitiéndole el pastoreo, ni la agricultura, dado que te multan por todo, nada te dejan hacer, y persigue al que haga lo que haga en ganadería y en agricultura, porque lo único que se busca es la dependencia total y exclusiva de todo-todo, que venga de fuera, porque ni la leche de tabaibas suple la de las cabras, ni la pinocha suple el trigo, el millo, la cebada, etc. Es decir un presidente de una isla que solo permite se plante pinos y se mate las cabras, y que uno se lo diga y se lo repita, no es para rechazar el saludo de quien respeta su persona y cargo, pero no sus acciones, que son de muerte (y me refiero a los que multados exageradamente, al no poder pagar, antes de ir  la cárcel se manda a mudar (se suicidan, y son muchos, pero está prohibido decir o contar se suicidó, y la causa es o son las multas que ponen por hacer algo que siempre se hizo. El cabildo te declara lo tuyo de protección especial y ya no puedes hacer nada en lo tuyo, y ya van a plantarte de pinos lo tuyo, o la multa te la conmutan por pinos que debes plantar donde antes plantabas papas o coles. Total, que el presidente del cabildo, no acepta la corrección profética, que le dice  lo hace mal, y peor es imposible, y ya debiera cambiar y dejar de destrozar la isla. Una isla que si dejaran de suministrarnos la comida, nos moriríamos de hambre, pero en ello van sus negocios. En fin se ha retratado el presidente, que en un templo de la Inmaculada comete el pecado de rechazar el saludo de alguien que le respeta, pero que le echa en cara lo mal que lo hace: bien por su persona y cargo, mal por su comportamiento contra el pastoreo (mata las cabras) y contra la agricultura (lo llena todo de pinos). Ya con setenta niños (70) comenzó a plantar 350.000 pinos en Veneguera donde la mejor fruta tropical, ahora sustituida por -repito- 350.000 pinos que van a plantar y ya van por el inicio con los plantados por los niños, a los que adoctrinan en la plantación de lo que nos da pinocha que no se come y defienden y protegen las tabaibas cuya lecha es la que puede sustituir la de las cabras y nos mataría unas pocas gotas de esa leche.

El Padre Báez, que se asombra ante la mala educación, falta de respeto, rechazo de un saludo respetuoso, por parte del presidente, que como me han dicho tantísimos: ¡qué falta de educación, falta de respeto, se retrató, parecen sectarios, son personas -generalizando al partido- que odian, no perdonan, etc., etc.!, y queda en evidencia ante autoridades, cámaras de fotógrafos y de televisión, y ante el público que llenaba el recinto sacro o templo, de donde Jesús los echaba si no se reconciliaba antes con sus hermanos, pero, si ni siquiera reparó en el título de la Virgen -la Inmaculada- sino hablando de las cañas y otras tonterías, palabras vacías, porque pregonar a la Virgen en su Fiesta, y no hablar de Ella, como que no, no... ¡No estuvo bien: al rechazar el saludo, y...!

Así son algunas de nuestras autoridades; así les luce el pelo, ¿qué cabe esperar de quien no sabe aceptar unos consejos simples y llanos?: no maten más cabras, y si estamos más que sobrados de pinos, dejen de plantarlos, que son nuestra desgracia. Los pinos quitan tierra a la agricultura y a la ganadería, que son las que nos dan comida, a no ser que nos las traigan para nuestra ruina de salud y económica a todos, al depender de todo de fuera.

* Remitido por El Padre Báez para su publicación