Recuento electoral libre de toda sospecha - por Erasmo Quintana
Recuento electoral libre de toda sospecha - por Erasmo Quintana *
En 2020 tendremos comicios electorales, pero hay un detalle a resaltar no por conocido menos inquietante, que es la pregunta de quién y cómo se hace el recuento final de los votos -suyos y míos-, hecho que es de muy difícil comprensión en el conjunto de la ciudadanía, aquélla que está al cabo de la calle de lo que se
Aquí a la ciudadanía se la ha mantenido en la ignorancia, puesto que ni los partidos políticos ni los medios de comunicación han dicho nada, guardando sobre esto un más que sospechoso silencio. Pero lo más curioso es que incluso el partido emergente de carácter nacional, Ciudadanos, nunca se ha pronunciado al respecto, mientras que Podemos sí, y la excepción ha sido Vox en las Andaluzas, de 2015, y Change.org y Avaaz, que solicitaron un recuento alternativo de votos en las elecciones de 2016. En las últimas elecciones catalanas, allí se hizo un seguimiento exhaustivo para la limpieza del proceso; desde el punto de vista jurídico se hace muy cuestionable tanto la legalidad, como la consecuente constitucionalidad de todo el procedimiento electoral. ¿Qué conclusión sacamos de todo ello? Primero: Que el acto de votar, con esta premisa, queda desprovisto de las garantías legales, reales y efectivas, al facilitar que pudiera ser manipulado en origen modificando las actas oficiales que llegan de todas las Juntas Electorales Provinciales a la Junta Electoral Central. Segundo: Que el conjunto de los ciudadanos debería estar enterado de este “posible” fraude, y conocer qué empresas privadas intermedian en la instrucción del procedimiento electoral. Tercero: Ante esto la pregunta obligada es: ¿Nos pueden decir qué pinta un personal privado y ajeno a la Administración del Estado para intervenir tan directamente en un proceso oficial? ¿El Ministerio del Interior no dispone de los medios humanos propios para hacer el recuento final en una consulta electoral, y se tenga que contar con la empresa privada? ¡Cómo no va tener el Ministerio del Interior capacidad informática y humana para hacerle frente al recuento de los votos, que son la voz sagrada de los ciudadanos!
Así pues, mis amigos, para que sea (y lo parezca) un procedimiento electoral limpio, legal y constitucional, el recuento informático: la instrucción completa, debe realizarse únicamente por los funcionarios, que son los que están investidos por imperativo constitucional, y puesto que son los que mayores garantías de imparcialidad ofrecen en el ejercicio de las funciones públicas (Art. 103.3 CE). Porque ¿quién comprueba que los datos que el personal de Indra comunica al sistema informático central se corresponden exactamente con las actas de la votación? La intervención privada en lo público, ¿por qué? Siempre resultará más económico para todos si el dinero de las arcas públicas que le dan a esas empresas, se lo ahorraran. Hay que mirar siempre con lupa lo que es de todos, y los recursos económicos que maneja el Gobierno lo son.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana