Revolucionarios y Revoluciones. Imagen y semejanzas - por Marcel Menéndez de la Torre
Revolucionarios y Revoluciones. Imagen y semejanzas - por Marcel Menéndez de la Torre *
Muchas veces no nos parecemos a quien somos o a quien queremos ser o a quien decimos ser, muchas veces decimos ignorar las necesidades materiales y espirituales externas e internas y abusamos de esta, muchas veces nos olvidamos que para ser revolucionario no es tan solo serlo sino también parecerlo, parafraseando la imagen.
¿Cómo es posible que en ocasiones traidores, camaleones y aprovechadores de las relaciones y las circunstancias actuales y utilizando determinadas relaciones humanas hayan sido capaces de engañar a la sociedad? ¿Qué falló?
¿Dónde estuvo la vigilancia combativa de cada barrio ,de cada entidad, de cada persona, de cada militante revolucionario, de cada organización? ¿dónde estuvimos que no nos dimos cuenta de los comportamientos aburguesados que se le salían por los poros de la piel, de los niveles de vida y gustos que se gastaban y de sus preferencias y amistades selectivas? ¿dónde estuvimos, que no nos dimos cuenta de que su imagen y sus semejanzas no eran las de un revolucionario verdadero...? ¿dónde estuvo esa humildad, ese sentir patriótico, esa fraternidad y humanidad de aquellos que se decían ser capaces de realizar cualquier sacrificio a favor de la sociedad, incluyendo la vida propia?
¿Cuándo nos dimos cuenta?… cuando ya la traición y los intereses materiales eran y fueron más fuertes que ellos mismos y no les quedaba más remedio que manifestar públicamente sus ambiciones y materializar la traición a sus orígenes; a sus ideales y a todo por lo que decía haber luchado. ¿Entonces qué fallo en nuestra vigilancia?, en nuestra combatividad, en nuestra ejemplaridad, en nuestra humanidad y en nuestra libertad de ser fraternos.
Debemos cuidar la sociedad y debemos cuidar la revolución que hemos creado y estamos fabricando, por encima de nosotros mismos, no nos podemos confiar, pues esos traidores y camaleones crean una expectativa más dañina que el propio imperialismo con sus campañas difamadoras y de toda la prensa con sus mentiras y verdades a medias.
Todos debemos ser fieles vigilantes de nuestros propios comportamientos y denunciar a tiempo por todos los medios existentes las irregularidades y debilidades que comienzan a florecer y que rápidamente son utilizadas por nuestros enemigos ideológicos, obligándonos en múltiples ocasiones a traicionarnos nosotros mismos. No subestimemos al imperialismo que a decir del Che” No podemos confiar ni un tantico así”
Debemos cuidar la revolución y debemos cuidar esas debilidades que en la línea del consumismo y del capitalismo cruel, egoísta y salvaje están dando vueltas continuamente sobre nuestras cabezas como aves de carroña… En muchas ocasiones algunos se pueden salvar. En otras llegamos demasiado tarde a su corrección.
Por otra parte, no nos podemos dejar confundir sobre lo que se está jugando en América Latina y en el mundo. Debemos preguntarnos por qué las ideologías llamadas de izquierda son tan vulnerables a la división y a la defensa a ultranza de concepciones y conceptos tontos que destruyen la unidad. ¿Somos realmente revolucionarios? Hoy más que nunca la unidad suprema es la palabra de orden, y todo lo que atente contra esa unidad deberá ser rechazado…Pues no basta ser obrero, no basta ser humilde, no basta ser fraternal, no basta ser y decir ser humano, también hay que demostrarlo en el barrio, en las instituciones, en la vida misma y, sobre todo, en nuestra propia familia.
Espacio que hoy dejemos a los enemigos y a los creadores de la división que nos debilita, nos costará años en ocasiones poder volver a recuperar, pues una despiadada industria capitalista se implantará nuevamente y no posibilitará ninguna esperanza de progreso y de bienestar social , pues solo piensan en el capital como su bien superior… Por ello una vez más neguemos el altar al dios dinero y pongamos a sus pies la conciencia de los hombres.
Hoy podemos aún decidir lo que será mejor para nuestros hijos y abuelos y para nosotros mismos; no resbalemos en nuestras decisiones, las revoluciones están en marcha, nuestros posibles errores no pueden hacer que titubeamos y perdamos las esperanzas. Recordemos como dijo en una oportunidad un líder latinoamericano, “Lo que no es eficiente, no es socialista”. El capitalismo no es nada eficiente, sí es explotador, derrochador, imprevisible en la planificación, es además, y por siempre, por su propia naturaleza inhumano y crea las más grandes desigualdades entre las personas, haciendo cada vez los ricos con mayores riquezas y los pobres sometidos a mayor hambre y pobreza…
Si somos capaces de crear nuevos partidos políticos lo primero que debemos defender, además de sus conceptos ideológicos, deberá ser la unidad de acción, y la aplicación más genuina del centralismo democrático dentro del mismo, y así podremos bloquear las divisiones que nos impondrán desde afuera y desde adentro, y así podremos combatir las deficiencias humanas heredadas del capitalismo y que se manifiestan dentro de nuestras personalidades. Una transparencia, vigilancia extrema logrará hacer triunfar nuestras revoluciones democráticas transformadoras de la sociedad.
Ejemplo de lo anterior está difundido y esparcido por toda América y por el mundo. Protejamos nuestros recursos materiales y sobre todo los recursos humanos y el conocimiento que hemos heredado de nuestros pueblos y ancestros…Hoy y ahora es el momento de gritar “Revolución”… y como dijera el apóstol de la independencia Cubana cuando organizaba la guerra de independencia y parafraseándolo de otra forma…” Quien se une hoy por Cuba se unirá para todos los tiempos” y entonces… “Quien se une hoy con América Latina, el Caribe y el mundo, se unirá para todos los tiempos”...
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Marcel Menendez de la Torre y la colaboración de Carlos Ortiz de Zárate