De la pluma a la rosa; de la rosa a la alcachofa - la opinión de Chema Tante

De mis tiempos profesionales de marquetinero me ha quedado la convicción de que los logos  y su evolución (o perpetuísmo) dicen mucho de la personalidad del representado. A quien diseña el logo, pero, sobre todo, a quienes lo aprueban, suele traicionarles el subconsciente. Lo que le pasa al PsoE es un paradigma de ello. 

Aunque ya resultaba significativo, era aceptable que la modernización del partido que nació como socialista y obrero abandonara el yunque y la pluma por el puño y la rosa. Sustituían la cultura y el trabajo por el romanticismo y la lucha. 

 

 

Pero ahora el pragmatismo electoral de un partido "que no es igual que el Pp" pero se le parece, le hace dejarse de sentimentalismos, abandonar el puño, renunciar a la esencia del soclialismo; y se inclinan por la alcachofa. No negaré que la alcachofa es flor nutritiva y si me apuran, con cierta belleza, pero esa imagen con que ahora coronan su logo evidencia que el concepto de socialismo que asumen quienes dirigen ese partido es mucho más prosaica. Alimenticia, le llamaría yo. Todo es válido, hasta abandonar la ideología, por ganar las elecciones o, por lo menos, alcanzar lo suficiente para acercarse al poder. Ya vemos que es lo que han hecho en Canarias, donde se amarran a la más rancia derecha, tragando lo que haga falta. Y va Rubalcaba, en su ignorancia o en su cinismo, y proclama el caso canario como ejemplo socialista. Eso es lo que marcan como modelo de futuro. Pactar, aunque sea con el dablo en forma de Paulino, con tal de gobernar.

Y, como colofón, esa conclusión engañosa con que rematan su conferencia: la igualdad, dicen. Una bella palabra, pero que indica la confusión de las ideas. Esta gente sedicente socialista no habla ya de justicia social, de redistribución de la riqueza, de sistemas fiscales progresivos, sino de igualdad, a secas. Ya hemos visto que esta cúpula socialista comparte el concepto malvado neoliberal de igualdad, según la cuál, es la gran falacia neoliberal, a la igualdad se llega haciendo que los ricos sean cada vez más ricos, para que las migajas que se descuelguen de la opulencia mantengan la supervivencia de los y las de abajo.

El sentimiento alcachofero, que les hace aplaudir la monarquía: que les lleva a seguir aceptando que la prioridad política sea pagar la deuda, por odiosa que sea; que les induce a mantener aquello de que "bajar impuestos también es de izquierdas". ¿Alguien cree que ese partido, que ya no es ni socialista ni obrero, le aplicaría impuestos a las grandes fortunas y empresas, que le apretaría las tuercas a la banca, que implantaría la tasa a las transacciones financieras, que impondría disciplina fiscal, que lucharía por la eliminación de los paraísos fiscales? No. Nada de eso, garantiza la dirección del partido, alejada del socialismo y de los obreros y las obreras. 

No parece que haya cambiado mucho esta gente. Pero hay que reconocer que han sido sinceros y han dejado que aflore su subconsciente. La alcachofa, como norte y guía de su pensamiento.

Chema Tante