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sábado, 20 de abril de 2024 11:34h.

Socializar lo vital - por Justo Menéndez Viejo

Creo que una de las principales enseñanzas que nos proporcionaron los regímenes del comunismo real, en su evolución, fue su incapacidad para construir un sistema de valores capaz de sustentar el cambio de modelo. O lo que es decir, las ideologías son sólo verborrea si no proyectan formas y valores también ideologizados, como hace la derecha. 

Socializar lo vital - por Justo Menéndez Viejo

Creo que una de las principales enseñanzas que nos proporcionaron los regímenes del comunismo real, en su evolución, fue su incapacidad para construir un sistema de valores capaz de sustentar el cambio de modelo. O lo que es decir, las ideologías son sólo verborrea si no proyectan formas y valores también ideologizados, como hace la derecha. 

No puedo dejar de pensar que nuestra cultura se ha construido milenariamente, a golpe de interpretación de la Biblia, y que cualquier nuevo modelo económico -sustancialmente diferente- necesita corresponderse con un sistema de valores potente y estanco capaz de sustituir al que nos ha traído hasta aquí, con todas sus virtudes y defectos. 

Por eso, ante la confusión reinante, cuando la crisis es estafa, los billetes papelitos sin valor, el fin de la recesión un equívoco margen de error y la deflación pura mentira; mientras democracia es la ley del más fuerte y todos sopetean en conceptos que la derecha ha conseguido imponer, quizás convenga revisar términos como izquierda y unidad. Esas esencias que quizás puedan permitir crear la opinión y debatir los valores para construir una mayoría social democrática, en el futuro.

Por si pudiera ser de utilidad a alguien, voy a proporcionar una escueta definición de izquierda que sólo tiene una premisa: el trabajo como valor de intercambio económico desaparece lenta pero inexorablemente por causa de la mecanización. Esos repuntes en las exportaciones que se producen por la industria automovilística, proporcionaran cada vez menos puestos de trabajo porque para esa industria resulta impensable dejar de avanzar en la robotización y así, todos los sectores en un futuro muy próximo.

En estas circunstancias, creo que ser de izquierdas significa anteponer el derecho a no tener que competir por lo que resulta vital, sobre cualquier neo-libérrimo derecho personal a enriquecerse. Es decir, el valor a sustituir sería ese absoluto derecho al beneficio empresarial en sectores como los alimentos, el agua, la energía, la salud, la dependencia o la educación.

Y ese,  debería ser el programa único y la recarga ideológica de cualquier hipotética unidad de la izquierda: Socializar lo vital.