¿Por qué somos africanos y no pasa nada por serlo? - por Domingo Garí
¿Por qué somos africanos y no pasa nada por serlo? - por Domingo Garí, profesor de la ULL
Ser africano se puede tomar con la total naturalidad de saberse como tal y asumirlo, o vivirlo como un error de la geografía y de la historia y no querer reconocerlo, lo que te lleva a estar toda la vida negando esa parte de ti. Tener que negarte constantemente como africano, solo es explicable porque tienes una cultura y una mentalidad racista de tal magnitud que, en el supuesto de reconocerte como tal, terminarías odiándote a ti mismo. Es más fácil negar la evidencia y vivir en la alienación. Al fin y al cabo forma parte de la condición moderna vivir alienado.
Millones de africanos han perdido la esperanza que las independencias prometían. El neocolonialismo y la colonialidad frustraron los sueños que las generaciones precedentes trataron de poner en pie, y por la que muchos millones perdieron la vida. Las corporaciones europeas y norteamericanas en alianza con los déspotas en muchos países africanos, convierten en un infierno la vida de muchos de ellos. El asalto a los recursos naturales que luego se exportan hacia el norte del mundo, sumerge a África en el atraso y la dependencia. Y en Canarias estamos mejor, porque aunque seamos una sociedad dependiente con la mitad de la población en la precariedad laboral y económica, el paraguas de la UE nos mantiene en unos niveles de contradicciones soportables. Pero eso no significa que por ello dejemos de ser africanos. Nuestro futuro, todo nuestro potencial verdadero, solo se disparará cuando de verdad dejemos de estar asustados de ser africanos, y potenciemos al máximo las oportunidades que eso nos puede brindar. En el mundo poscolonial no hay que ser un estado independiente para hacerlo. El continente y casi todas sus islas se libraron del colonialismo en el siglo XX pero no de la colonialidad. La lucha política hoy está ahí. La primera batalla que deben librar los canarios contra la colonialidad es reconocerse como africanos.
A estas alturas hay que recordar que las relaciones de Canarias con el Sáhara Occidental se vieron truncadas con el inicio de la guerra de liberación de los saharauis, tras la entrega que España hizo de ese territorio al reino de Marruecos. Pero antes de eso, miles de canarios vivían en el Sáhara. Muchos nacieron allí. Las relaciones comerciales y humanas entre los saharauis y los canarios fueron durante décadas, si no siglos, muy fluidas. Nada de esto se enseña en nuestros colegios, pero todos los que sobrepasamos la cincuentena lo sabemos perfectamente. Canarias comparte con los saharauis uno de los mayores bancos de pesca del mundo. Y antes de que Marruecos iniciara su expansión colonial hacia el sur, y con ello se arruinaran las opciones de la pesca artesanal en el zona, la flota canaria era muy importante.
Ya sabemos que en Canarias además de la inmensa mayoría de los canarios que no se reconocen como africanos, existen miles de colonos que, evidentemente, tampoco se reconocen como africanos, ni siquiera como canarios, pero esa evidencia no debe hacer olvidar la indestructible verdad de que queramos o no, todos los que vivimos en estas islas, vivimos en África. Y los que nacen y viven en África son africanos, igual que los que nacen y viven en Europa son europeos y lo mismo pasa con los americanos y con los chinos, incluso con los descendientes de los portugueses de Macao, que también son chinos, y con todos los demás pueblos del mundo, sin ver yo ninguna razón que esa verdad tan de perogrullo no sea aplicable a los canarios. Claro que existe la opción de ser un colono. Un colono es un fulano que vive ocupando una tierra que no le pertenece y se expande por el territorio de otros. Esto lo hacen mucho los colonos israelíes en la tierra de Palestina, o los colonos marroquíes en las tierras del Sáhara Occidental. Pero ese no es nuestro caso.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Domingo Garí
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